miércoles, 5 de septiembre de 2012

Reflexiones del Guerrero de la Luz de Paulo Coelho

Lo pasajero y lo definitivo
 Todos los caminos del mundo conducen al corazón del guerrero; él se sumerge sin vacilar en el río de pasiones que siempre corre por su vida.

El guerrero sabe que es libre para escoger lo que desee; sus decisiones son tomadas con coraje, desprendimiento y - a veces - con una cierta dosis de locura.

Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es preciso renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida, y alegran a todos los que en ellas participan.

Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas y los lazos creados con solidez a través del tiempo.

Un guerrero sabe distinguir lo que es pasajero y lo que es definitivo.

Un tipo de estrategia
Comenta un sabio chino sobre las estrategias del guerrero de la luz:

"Haz creer a tu enemigo que no conseguirá grandes recompensas si decide atacarte; así disminuirás su entusiasmo".

"No te avergüences de retirarte provisionalmente del combate si percibes que tu enemigo está más fuerte; lo importante no es la batalla aislada, sino el final de la guerra."

"Si estás lo bastante fuerte, tampoco tengas vergüenza de fingirte débil; esto hace que tu enemigo pierda la prudencia y ataque antes de hora"

"En una guerra, la capacidad de sorprender al adversario es la base de la victoria".

Cuando arriesgar
Un guerrero de la luz, antes de entrar en un combate importante, se pregunta a sí mismo: "¿hasta qué punto desarrollé mi habilidad?".

Él sabe que las batallas libradas en el pasado siempre terminaron por enseñarle alguna cosa. Sin embargo, muchas de estas enseñanzas hicieron sufrir al guerrero más de lo necesario. Más de una vez perdió su tiempo luchando por una mentira.

Pero los victoriosos no repiten el mismo error.

Un guerrero no puede rehusar la lucha; pero sabe también que no debe arriesgar sentimientos importantes a cambio de recompensas que no están a la altura de su amor.

Por eso el guerrero solo arriesga su corazón por algo que vale la pena.

Perteneciendo al mundo
Los guerreros de la luz mantienen el brillo en los ojos.

Están en el mundo, forman parte de la vida de otras personas, y comenzaron su jornada sin alforja y sin sandalias. Muchas veces son cobardes. No siempre actúan correctamente.

Los guerreros de la luz sufren por cosas inútiles, tienen actitudes mezquinas y a veces se consideran incapaces de crecer.

Frecuentemente se consideran indignos de cualquier bendición o milagro.

Los guerreros de la luz no siempre tienen la certeza de qué están haciendo aquí. Muchas veces pasan noches en vela, pensando que sus vidas no tienen sentido.

Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque se preguntan. Porque buscan una razón - y con seguridad terminarán encontrándola.

Lo mejor y lo peor
Dice un poeta: "el guerrero de la luz escoge a sus enemigos"

El guerrero sabe de lo que es capaz. No necesita ir por el mundo contando sus cualidades y virtudes. Sin embargo - como en el viejo Oeste - a cada momento aparece alguien queriendo probar que es mejor que él.

El guerrero sabe que no existe "mejor" o "peor", que cada uno tiene los dones necesarios para su camino individual.

Pero ciertas personas insisten. Provocan, ofenden, hacen todo lo posible para irritarlo. En este momento el corazón del guerrero le dice "no aceptes las ofensas, ellas no aumentarán tu habilidad. Te cansarás en vano".

Un guerrero de la luz no pierde su tiempo escuchando provocaciones, él tiene un destino a cumplir.

Usando la propia locura
Un guerrero de la luz estudia con mucho cuidado la posición que pretende conquistar.

Por más difícil que sea su objetivo, siempre existe una manera de superar obstáculos. Él verifica los caminos alternativos, afila su espada y procura llenar su corazón de la perseverancia necesaria para enfrentar el desafío.

Pero, a medida que avanza, el guerrero se da cuenta de que existen dificultades con las que no contaba.

Si se queda esperando el momento ideal, nunca saldrá del lugar; ve que será preciso un poco de locura para dar el próximo paso.

El guerrero usa un poco de locura. Porque, en la guerra y en el amor, no es posible prever todo.

Siguiendo adelante
El guerrero de la luz no siempre tiene fe. Hay momentos en los que no cree absolutamente en nada.

Y pregunta a su corazón: "¿Valdrá la pena tanto esfuerzo?"

Pero el corazón continúa callado, y el guerrero tiene que decidir por sí mismo.

Entonces busca un ejemplo. Y recuerda que Jesús pasó por algo semejante - para poder vivir la condición humana en toda su plenitud.

"Aleja de mí este cáliz", dijo Jesús. También Él perdió el ánimo y el valor, pero no se detuvo.

El guerrero de la luz continúa sin fe.

Pero, aún así, sigue adelante, y la fe termina volviendo.