Hay tantas personas en este mundo que se sienten solas. Algunas veces, son incluso las personas que más gente tienen alrededor de ellos.
Encuentra pequeñas formas de ayudarlos, de mostrar compasión por todas las personas, desde los extraños hasta a los compañeros.
Es muy importante para las personas saber que alguien se preocupa por ellas.
Un corazón endurecido es el mayor obstáculo que bloquea el que podamos recibir todas las bendiciones que estamos destinados a tener.
Si te abres a amar, te abres a todo lo que el mundo tiene para ofrecer.
Una de las mejores formas en la que pueden crecer tu bondad y tu paciencia es al comenzar a practicar sentir ambas cosas con la persona que te devuelve la mirada en el espejo.
Sé bondadoso contigo mismo. Sé paciente contigo mismo.
Esto incrementará tu bondad y paciencia hacia otros.
La disculpa más sincera es aquella que viene con un deseo de corregir el pasado al asumir el compromiso de ser mejor en el futuro.
“Lo siento” no siempre es suficiente. Algunas veces tienes que cambiar.
Yehuda Berg
Bienvenidos amigos: Iniciamos una aventura para re-inventarnos a través del conocimiento, con recomendaciones que nos permitan tener una mejor calidad de vida.
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miércoles, 12 de febrero de 2014
miércoles, 12 de junio de 2013
Terapia del elogio
Renombrados terapeutas que trabajan con familias
divulgaron una reciente encuesta donde se hace notar
que los miembros de las familias latinoamericanas
están cada vez más fríos, disminuye el cariño,
no se valoriza más la calidad, sólo se oyen críticas.
Las personas están cada vez más intolerantes
y se desgastan valorizando los defectos de los demás;
Por eso las relaciones hoy no duran.
La ausencia de elogio está cada vez más presente en las familias;
No vemos más hombres elogiando a sus mujeres
o vice-versa, no vemos jefes elogiando el trabajo
de sus subordinados, no vemos más padres e hijos elogiándose,
amigos etc..
Sólo vemos personas valorizando artistas, cantantes,
personas que usan la imagen para ganar dinero,
que en consecuencia son personas que tienen cierta
obligación de cuidar su cuerpo, rostro.
Esa ausencia de elogio afecta mucho a la familia.
La falta de diálogo, el exceso de orgullo impide
que las personas digan o sientan esa carencia
hasta en los consultorios. Terminan matrimonios,
buscan otras personas que no consiguen dentro de la casa.
Vamos a observar lo que las personas gustan.
El buen profesional gusta que sea reconocido,
el buen hijo igualmente ser reconocido,
como el buen amigo, la dueña de la casa, la mujer que se cuida;
en fin vivimos en una sociedad donde se necesita uno de otro;
Los elogios son la motivación de la vida de cualquier persona.
¿Cuántas personas puedes hacer feliz hoy
elogiándolas de alguna forma ?
Piensa en eso!
Arthur Nogueira
divulgaron una reciente encuesta donde se hace notar
que los miembros de las familias latinoamericanas
están cada vez más fríos, disminuye el cariño,
no se valoriza más la calidad, sólo se oyen críticas.
Las personas están cada vez más intolerantes
y se desgastan valorizando los defectos de los demás;
Por eso las relaciones hoy no duran.
La ausencia de elogio está cada vez más presente en las familias;
No vemos más hombres elogiando a sus mujeres
o vice-versa, no vemos jefes elogiando el trabajo
de sus subordinados, no vemos más padres e hijos elogiándose,
amigos etc..
Sólo vemos personas valorizando artistas, cantantes,
personas que usan la imagen para ganar dinero,
que en consecuencia son personas que tienen cierta
obligación de cuidar su cuerpo, rostro.
Esa ausencia de elogio afecta mucho a la familia.
La falta de diálogo, el exceso de orgullo impide
que las personas digan o sientan esa carencia
hasta en los consultorios. Terminan matrimonios,
buscan otras personas que no consiguen dentro de la casa.
Vamos a observar lo que las personas gustan.
El buen profesional gusta que sea reconocido,
el buen hijo igualmente ser reconocido,
como el buen amigo, la dueña de la casa, la mujer que se cuida;
en fin vivimos en una sociedad donde se necesita uno de otro;
Los elogios son la motivación de la vida de cualquier persona.
¿Cuántas personas puedes hacer feliz hoy
elogiándolas de alguna forma ?
Piensa en eso!
Arthur Nogueira
martes, 9 de octubre de 2012
Algunas reglas de urbanidad
Cada día existen aprendizajes y descubrimientos, modas y conceptos actualizados, pero sin darnos cuenta, olvidamos y desestimamos algunos de los más antiguos e importantes modales y cada vez los vamos sacando de nuestra vida. Por lo tanto, las nuevas generaciones comienzan a crecer sin ellos. Nos referimos a las Reglas de Urbanidad.
Las Reglas de Urbanidad tuvieron su inicio cuando el hombre comenzó a mezclarse socialmente, entonces estableció formas, reglas, conceptos y modales de respeto al prójimo y de la forma más elegante y apropiada de relacionarse con las demás personas. Todas estas reglas fueron mejorando y cambiando de acuerdo a las épocas y a la evolución del hombre. Fueron adaptadas a las diferentes sociedades, climas y clases, en las diferentes escalas sociales y nacionalidades. Cada grupo étnico adoptó las más adecuadas a sus criterios, idiosincrasia, religiones y formas de pensar; pero siempre respetando las relaciones humanas. Eso es urbanidad, consiste en saber convivir en comunidad, saber comportarse de modo correcto en cualquier ocasión para agradar a quienes nos rodean.

En la sociedad actual, muchas de estas reglas han sido olvidadas y ellas están totalmente relacionadas con el crecimiento personal de cada individuo y de su evolución general y en este caso, la espiritual.
Cuando se quiere crecer espiritualmente se debe tener una educación interna y externa de todas las cosas que refieren al hombre, en la existencia humana. He aquí la importancia de las Reglas de Urbanidad y su relación con el misticismo y la espiritualidad.
Principios básicos de urbanidad:
- Respetar al otro como un otro: su carácter, su amor propio, sus opiniones, inclinaciones, caprichos, costumbres, etc., aunque las consideremos defectos. El respeto da un paso más que la tolerancia.
- Escuchar, más que hablar: descubrir quién es el otro, qué quiere, qué piensa. No dirigirse a él como si fuera una proyección de nosotros. Hablar sin descanso es una descortesía hacia los demás, y además revela cierto egoísmo.
- Comprender, antes que juzgar: no odiar al otro ni hablar mal de él ante otros por lo que creemos que son sus defectos. Siempre es mejor preguntarse: ¿qué hace que la persona que nos molesta actúe de la forma en qué lo hace? Así, será más fácil que comprendamos y más difícil que odiemos.
- Pensar antes de actuar o de hablar: elegir siempre la mejor oportunidad, no ser imprudente. Evitar palabras molestas, observaciones poco delicadas, descorteses o demasiado personales.
- Ser discreto: no hacer preguntas que nos hagan parecer excesivamente curiosos, ni divulgar los secretos que otros nos han confiado. De lo contrario, nos ganaremos que nadie confíe en nosotros.
- Adecuar el discurso a los conocimientos del otro: evitar hacer comentarios sobre historia, ciencia, cultura o arte cuando no se conoce el grado de conocimiento de las personas que escuchan.
- Adecuar el discurso a la situación del otro: percibir cuál es su estado anímico y, según eso, decir lo que sea apropiado.
- Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.
En cuanto a nuestra educación como padres, es lógico que para que las personas cumplan con su misión por completo, deben ser educadas desde la infancia con las más elementales reglas de urbanidad. Por eso se dice que la educación nace en la cuna.
Desde que el bebé tiene primer contacto al nacer con sus padres y familiares, comienza la educación. Por eso los padres deben tomar como primeras normas de educación los siguientes puntos:
Todas estas reglas, que podrían sintetizarse en: TRATAR A LOS DEMÁS COMO NOS GUSTARÍA SER TRATADOS, resultan básicas para vivir civilizadamente.
Por lo general, no están escritas, pero cuando todos las respetan nuestra vida se hace más agradable. Es importante cumplirlas, ya que cuando se hace, da un buen ejemplo. Ni hablar de la gentileza: pedir por favor, agradecer, ceder el asiento. Ser gentiles y civilizados, más allá del cumplimiento de ciertas normas básicas, implica recordarle al otro que es persona, y que la relación que podemos tener con él es una relación entre personas. En ámbitos en donde reina el buen trato, con tacto y civilidad, se vive mejor, el ambiente mejora y las relaciones humanas se enriquecen.
Si nos fijamos, está íntimamente relacionada la enseñanza de urbanidad con la educación en valores.
Fuente:
http://sinalefa2.wordpress.com
Desde que el bebé tiene primer contacto al nacer con sus padres y familiares, comienza la educación. Por eso los padres deben tomar como primeras normas de educación los siguientes puntos:
- Hablar en voz baja, con dulzura, calidez y seguridad ante el bebe en la cuna.
- No discutir jamás delante del niño y mucho menos decir malas palabras.
- Dar el ejemplo siempre, no realizar nada obsceno, no criticar, ni hablar mal de otras personas, inclusive familiares.
- Mantener una disciplina general en todo momento, tener orden, respeto de los horarios, cumplimiento del trabajo, buena administración del dinero y buenas relaciones humanas.
- Cenar todos los días en familia dándole el ejemplo con una buena mesa servida, buenos hábitos alimenticios y buenos modales.
- Enseñarles a cumplir con sus deberes, desde las tareas en la escuela, hasta el cumplir con promesas y ofrecimientos a otros niños o personas. Así les enseñaremos a ser hombres y mujeres de palabra.
- Desde bien pequeños darle el ejemplo y mostrarle que el saludo, aunque no conozcamos a la persona, es básico para dar una buena impresión siempre.
- Hablar correctamente el idioma que tengamos.
- Ser sociables, poder sostener una conversación con todo tipo de personas. Ser cortes ante todos.
- Vestir apropiadamente, de acuerdo a la edad y a la ocasión.
- Tratar de evitar discusiones en tonos alterados y bajo estados emocionales extremos. Una sonrisa junto a una disculpa, es la mejor forma de evitar altercados desagradables.
- Respetar la puntualidad y de no poder asistir por causas inevitables, comunicarlo con tiempo.

Todas estas reglas, que podrían sintetizarse en: TRATAR A LOS DEMÁS COMO NOS GUSTARÍA SER TRATADOS, resultan básicas para vivir civilizadamente.
Por lo general, no están escritas, pero cuando todos las respetan nuestra vida se hace más agradable. Es importante cumplirlas, ya que cuando se hace, da un buen ejemplo. Ni hablar de la gentileza: pedir por favor, agradecer, ceder el asiento. Ser gentiles y civilizados, más allá del cumplimiento de ciertas normas básicas, implica recordarle al otro que es persona, y que la relación que podemos tener con él es una relación entre personas. En ámbitos en donde reina el buen trato, con tacto y civilidad, se vive mejor, el ambiente mejora y las relaciones humanas se enriquecen.
Si nos fijamos, está íntimamente relacionada la enseñanza de urbanidad con la educación en valores.
Fuente:
http://sinalefa2.wordpress.com
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