domingo, 4 de noviembre de 2012

En el acto supremo de sentir, se encuentra mi libertad.



Mi libertad me pertenece porque no es de nadie solo es mía: yo la endulzo y la amargo con los sabores de mi vida. A nadie le pedí permiso para que la juzgara, para que la criticara, para que la vanagloriara. Hace muchos años que decidí ser dueño de mis propias emociones, y pagar el precio de sentir.
Y mira que he dudado a veces de no querer sentir más, de que mi corazón solo impulsara el acto mágico de la vida, mi propia vida.
Los soñadores tenemos reflejado en nuestra aura el mágico estímulo del sentimiento. Me emociono, me emociona la vida: Me emociona la sonrisa de un niño cuando lo veo en la calle, la mirada de un anciano que busca cobijo en sus recuerdos, los ojos  de un cliente que comienza a facilitarse su camino.
Yo he sentido muchas cosas, es verdad; he sentido un amanecer  desde el castillo de Bujaraiza, en Cazorla. He sentido la pérdida de mi fe en el campo de concentración nazi de Muschaussen ante los hornos crematorios; he podido sentir lo más parecido al  dios del universo en los labios  que he amado, he llorado y emborrachado delante del lugar donde fusilaron a Federico García Lorca, toda una noche inolvidable con el alcalde de Viznar, Granada. He recuperado la fe mirando a los ojos a Ana, el día que nació.He reído hasta la saciedad en innumerables cenas con amigos: en Madrid, Barcelona, Berlín, Paris, Roma,…Y en medio del espacio de mi mundo.
Y este es mi mundo, mi pequeño cobijo: sigo teniendo un cofre lleno de sueños para poder compartir con todo el que quiera conocerme,: Todo el que quiera darme su mano, tendrá mi mano. Todo que quiera darme sus risas, tendrá mis labios en actitud positiva.
Hoy he sido consiente que… En el acto supremo de sentir, se encuentra mi libertad.
Autor:
José Luis Fuentes Rodríguez
E-mail: joseluisfuentesrodriguez@gmail.com

Eres lo que crees que eres

Para ayudarles a reflexionar y entender mejor esta afirmación, les contaré una pequeña historia…, en la cual, es posible que nos identifiquemos de algún modo con el mensaje que nos traslada…

“Un granjero paseaba por el bosque junto a su perro, cuando de pronto se encontró entre los matorrales, algunas plumas y un huevo de color blanco marfil, justo en la base de un gran árbol. Era un huevo mediano, como el de un pato o una gallina, miró hacia arriba y no vio ningún nido, tampoco vio nidos a su alrededor, ni en las cercanías…

Decidió entonces llevárselo a su granja y dejarlo en el gallinero, exactamente junto a otros huevos que una hermosa gallina estaba incubando, era tan parecido al resto que la propia gallina, lo trató como uno más.

Pasaron algunas semanas, y el milagro de la vida surgió, de los huevos salieron preciosos pollitos, todos redonditos y amarillos…

Bueno, no todos…, uno de ellos era diferente, no era redondito, ni amarillo. Era evidente que no era un pollito, de aquel huevo que recogió el granjero en el bosque salió una cría de águila real, pero la gallina y el resto de pollitos parecía que no ponían reparo en ello, lo trataron desde el principio como uno más, como otro pollito.

Con el paso de los días, y de los meses se convirtió en una gallina más, se pasaba todo el día picando en el suelo intentando comer lo que encontraba por aquí y por allá, siguiendo siempre a su mamá gallina y a sus hermanos pollitos, incluso cacareaba como una gallina…

A veces, sentía que aquel no era su lugar, incluso soñaba que volaba, pero enseguida el resto de gallinas y pollitos le quitaban esa idea de la cabeza y continuaba haciendo lo mismo que hacia cualquier ave de la granja.

Cierto día, cuando paseaba con su mamá gallina vio en lo alto, en el cielo, una impresionante ave volando majestuosa, y le pregunto que era aquello, su madre le dijo: ¡es un águila real, la más grandiosa que vuela por los cielos, es elegante y poderosa a la vez, domina su territorio desde lo alto, tiene fuertes garras y no le tema a nada ni a nadie…¡

Pero no sueñes, le dijo su madre, tú eres una simple gallina, nunca serás como el águila…

Y con ese convencimiento, nuestra águila continuó su vida en la granja, viviendo como una gallina…”

Nuestro entorno, muchas veces marca nuestra vida. Pero nacer en un barrio humilde no significa que tengamos que vivir en él toda la vida, ¿verdad? ¡podemos cambiar¡, ¡debemos cambiar¡, tenemos que estar en alerta, nuestras circunstancias no somos nosotros…, podemos modificar nuestras circunstancias, es posible…, solo necesitamos cambiar algo antes, algo muy importante, primero tenemos que cambiar nosotros…, ¡tenemos que creer en nosotros…¡

Lo que creamos que somos o lo que creamos que somos capaces de hacer, depende de nuestro sistema de creencias, de nuestra comunicación interna, de nuestro diálogo interno, ¡no depende de lo que otros nos digan…¡, no te dejes influir negativamente, no te dejes convencer…

Nuestras creencias, marcan el devenir de nuestra existencia, nos hace sentirnos poderosos o insignificantes, nos hace ser felices o infelices, nos permite vivir una vida plena o una vida vacía, en fin, parece que los resultados dependen de nuestras “creencias”.

Tú decides lo que quieres ser…, recuerda: ¡si crees que eres una gallina, te vas a comportar como una gallina…¡ aunque seas un águila. Que seas de una forma u otra, o te comportes de una forma u otra, está directamente relacionado con lo que creas que eres…

Francisco Lutzardo
Personal Coaching
E-mail: flutzardo@gmail.com


Elegir


Se levantó, temprano, al alba.
Miró alrededor de su habitación, observó como la luz entraba por cada rincón de
su casa, se puso las zapatillas a ciega, como parte del ritual que comenzaba.
Bajó las escaleras escuchando como rompían las olas del mar sobre el acantilado. Abrió la puerta de su casa: Se inundó del olor de la mañana.
Caminó lentamente sintiendo la hierba mojada sobre sus finos pies. Se paró, abrió los brazos hacia el mundo, observó como el sol despuntaba en el acantilado y con los labios cerrados y en silencio, grito hacia sí misma:
“Gracias mundo, gracias sol, gracias vida por darme la oportunidad de levantarme todas las mañana y modificar movida. Gracias porque puedo sonreír, sentir mi corazón y decir: hoy va  ser el día más mágico de mi vida, como ha sido ha sido desde que siento que soy  una afortunada por elegir siempre vivir desde mi aquí y ahora despertando mis sueños”.
Autor:
José Luis Fuentes Rodríguez
E-mail: joseluisfuentesrodriguez@gmail.com

Adiós al “no puedo” y bienvenida al “sí puedo”

Cuantas veces nos hemos dicho: “no he podido hacer más”, “yo sólo no puedo con todo”, “no puedo luchar contra las circunstancias”, “no hay nada que pueda hacer”…, todos estos mensajes que nos enviamos y que en muchos casos forman parte habitual de nuestro dialogo interno (lo que nos decimos mentalmente), tienen un denominador común, ¿sabes cuál?

¡Sí, has acertado¡ son todos “mensajes negativos”, y atención, quizás sea éste el hábito más autodestructivo que podamos tener…

Reflexionemos sobre ello: ¿qué pasará si continuamente nos enviamos mensajes negativos a través de nuestro dialogo interno?, pues que al final acabaremos creyendo que lo que nos decimos es verdad, fomentado así, los estados negativos…, y recuerda, “los estados negativos nos paralizan y nos dejan totalmente desvalidos y faltos de recursos”. Pero esto no ocurre porque inicialmente no creamos en nuestras posibilidades, sino por el efecto de la repetición.

La repetición, es la base del aprendizaje, todo lo que sabemos lo hemos aprendido a través de hacerlo una y otra vez, así vamos adquiriendo todos nuestros conocimientos, repetimos las veces necesarias hasta memorizar los conceptos. Aprendimos a leer, leyendo repetidas veces, aprendimos a escribir, escribiendo repetidas veces, aprendimos a conducir, conduciendo repetidas veces. Todo lo aprendemos repitiendo y practicando…
Entonces, ¿qué pasará si nos repetimos una y otra vez, que no podemos hacer algo? ¿Qué no somos lo suficientemente buenos para algo? ¿Qué nunca podremos ser lo que nos gustaría ser…?

Pues como ya habrán descubierto, “aprenderemos que no podemos” y conseguiremos trasladar a nuestro sistema de creencias que no podemos…, pero esto no es cierto ¡tú sí puedes¡ ¡tus capacidades son ilimitadas¡ pero utilizas la estrategia incorrecta…

Si eres de los que te boicoteas continuamente, de los que se comunican a través de mensajes negativos, te diré algo que seguro te ayudará, algo muy sencillo, algo que cambiará tu vida de forma inmediata…, “COMUNÍCATE CON MENSAJES POSITIVOS”.

A partir de hoy, quita el “no” y el “nunca” de tu dialogo interno, y pon un “sí” es muy fácil, pruébalo, practícalo y conviértelo en hábito. A partir de hoy, comunícate de forma positiva contigo y con los demás, con tus hijos, tu pareja, tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo…, verás que si te comunicas en positivo, tu vida será positiva, y si tu vida es positiva, serás mucho más feliz…

Cuando nuestro dialogo interno es positivo, fomentamos los estados positivos como: la autoestima, la seguridad interior, la fe, la ilusión, la confianza en nosotros mismos…, todos estos estados nos potencian y liberan en nosotros fuentes inagotables de poder personal y recursos…, entonces ¡vale la pena tener dialogo interno positivo¡ ¿verdad?
No esperes más, pasa a la acción y decide no volver a utilizar dialogo negativo en tu vida, lo primero: coge papel, un bolígrafo y escribe lo siguiente, pegándolo donde puedas verlo todos los días:

¡Adiós al “no puedo” y bienvenida al “sí puedo”¡

Francisco Lutzardo
Personal Coaching
E-mail: flutzardo@gmail.com