jueves, 28 de marzo de 2013

Cuento Sufí: "Las creencias"



Una larga caravana de camellos avanzaba por el desierto hasta que llegó a un oasis y los hombres decidieron pasar allí la noche.

Conductores y camellos estaban cansados y con ganas de dormir, pero cuando llegó el momento de atar a los animales, se dieron cuenta de que faltaba un poste. Todos los camellos estaban debidamente estacados excepto uno. Nadie quería pasar la noche en vela vigilando al animal pero, a la vez, tampoco querían perder el camello. Después de mucho pensar, uno de los hombres tuvo una buena idea.

Fue hasta el camello, cogió las riendas y realizó todos los movimientos como si atara el animal a un poste imaginario. Después, el camello se sentó, convencido de que estaba fuertemente sujeto y todos se fueron a descansar.

A la mañana siguiente, desataron a los camellos y los prepararon para continuar el viaje. Había un camello, sin embargo, que no quería ponerse en pie. Los conductores tiraron de el, pero el animal no quería moverse.

Finalmente, uno de los hombres entendió el porqué de la obstinación del camello. Se puso de pie delante del poste de amarre imaginario y realizó todos los movimientos con que normalmente desataba la cuerda para soltar al animal. Inmediatamente después, el camello se puso en pie sin la menor vacilación, creyendo que ya estaba libre. 

(Cuento Sufí )



Muchos de nosotros somos como este camello, estamos atados, prisioneros… en una prisión imaginaria... ilusoria...tan acostumbrados, adaptados... controlados, que no nos atrevemos a pensar por nosotros mismos.

Debemos comprender que depende de nosotros liberarnos de las falsas creencias que nos limitan y ser lo que realmente somos: Seres ilimitados.

“Tú eres tu propia barrera; sáltala desde dentro” Habif

Siria Grandet –Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China

Cuento Zen: "Esto también pasara"



Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...
 Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que  también había sido sirviente de su padre.
La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia.   El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó.  Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico.  Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio.  Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje ...

 -el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey.

-.  Pero no lo leas -le dijo- manténlo escondido en el anillo.
Abrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres; salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar.  El país fue invadido y el rey perdió el reino.
Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos.  Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin.  Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino.  Ya podía escuchar el trotar de los caballos.  No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo.  Lo abrió, sacó el papel y allí  encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:   Simplemente decía  "ESTO TAMBIEN PASARA".

Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio.  Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
Aquellas palabras habían resultado milagrosas.  Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. 

 Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración
con música, bailes...  y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado,  no me encuentro en una situación sin salida...

-Escucha -dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. 

 No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.  No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "ESTO TAMBIEN PASARA"y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba,  pero el orgullo, el ego, había desaparecido.  El rey pudo terminar de comprender el mensaje.  Se había iluminado.

Entonces el anciano le dijo:
 -Recuerda que todo pasa. 
Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
 -Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.  Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza , porque son la naturaleza misma de las cosas.
(Cuento Zen) 

Como nos muestra esta historia, es el ego el que se siente herido, sufre o se vanagloria… no debemos identificarnos con estas emociones o circunstancias de la vida, no son reales… y también pasaran.

Sufrimiento y felicidad, son dos caras de la misma moneda; no te apegues a nada, solo deja que la vida fluya y vivencia cada situación de la mejor manera posible… en armonía con el infinito.

Permanezcamos centrados en lo que realmente somos: seres espirituales viviendo una experiencia humana. Debemos tener la capacidad de mantenernos en armonía Independientemente de los sucesos externos, porque la naturaleza de la existencia es cambiante. 


“El corazón de un hombre puede estar deprimido o excitado; en cualquiera de los dos casos el resultado será fatal” Lao-Tsé

Siria Grandet -Consultora  de Feng Shui Clásico y Astrología China (BAZI)

Cuento: "El dinero"


Dos hombres caminaban en una calle del concurrido centro de negocios de una ciudad. De repente uno exclamó:
-“ ¿Escuchas el bello sonido del grillo? El otro hombre no podía oirlo.


Le pregunta a su compañero 
-¿Cómo es posible que oigas a un grillo en medio de semejante tumulto de gente y tráfico?

El primer hombre se había entrenado para escuchar las voces de la naturaleza, pero en lugar de explicar esto cogió una moneda de su bolsillo y la dejó caer en medio de la calle. De repente al menos ¡una docena de personas se volvieron a mirarles!".

"Oímos" dijo, "Lo que queremos escuchar."
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Hay personas que solo pueden escuchar el sonido de una moneda cayendo al suelo - esta es su única música. ¡Pobre gente! Piensan que son ricos, y no son más que gente pobre, cuya música consiste solamente en el sonido de una moneda al caer al suelo. Gente muy pobre…muertos de hambre. No saben en qué consiste la vida. No conocen la infinidad de posibilidades, desconocen la infinidad de melodías que te rodean – la riqueza multidimensional..." (Relato de Osho)

Estamos tan distraídos de la vida, tan enredados con las cosas materiales que olvidamos lo que realmente importa… nuestra verdadera esencia, nuestro ser. Debemos detenernos… parar el dialogo interno, dejar de hablarnos a nosotros mismos… meditar en silencio, para poder escuchar el sonido interior.

"El corazón del hombre es un instrumento musical; contiene una música
grandiosa. Dormida, pero está allí, esperando el momento apropiado para
ser interpretada, expresada, cantada, danzada. Y es a través del amor
que el momento llega" (Rumi)


Siria Grandet -Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China

Cuento Zen: "Desaprender lo aprendido"


Un día, un novicio se presentó para recibir las enseñanzas de un sabio maestro.
-Primero tendrás que hallar la respuesta a una pregunta, le dijo uno de los discípulos. Si lo consigues, el maestro te aceptará como alumno dentro de tres años.

La pregunta fue presentada y el alumno se esforzó hasta que hubo encontrado la respuesta.
-Tu respuesta es correcta. Ahora puedes marcharte y esperar que pasen mil y un días; sólo entonces, podrás volver aquí para recibir la enseñanza.

El novicio estaba encantado, tras mostrar su agradecimiento se le ocurrió preguntar:
-¿Qué habría ocurrido si no hubiera encontrado la respuesta correcta?
-¡Ah, en ese caso, te habría admitido al instante!

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Para comprender las enseñanzas espirituales…esenciales... primero debemos desaprender lo aprendido… deshacernos de las falsas creencias, de las viejas estructuras…de la vida artificial basada en el materialismo. Vaciar nuestra mente de conocimientos para poder expresar nuestra sabiduría.

“Para ganar conocimiento, adicione cosas todos los días. Para ganar sabiduría elimine cosas todos los días” Lao-Tsé

El comprender es sabiduría, el saber es conocimiento... Se trata de comprender, no de saber...

Siria Grandet -Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (BAZI)

Reflexión: Ser congruente


Les comparto esta anécdota que existe sobre la vida de Mahatma Gandhi; parece sencilla, pero es de una gran sabiduría:

Se dice que una madre llevó a su hijo de seis años a casa de Gandhi.  

Ella le dijo: - Se lo ruego, Mahatma, dígale a mi hijo que deje de comer azúcar; es diabético y arriesga su vida haciéndolo. A mí ya no me hace caso y ya que él lo respeta mucho a usted, yo se que escuchará lo que usted le diga.

Gandhi reflexionó unos momentos y le dijo: - Lo siento señora; ahora no puedo hacerlo. - Traiga a su hijo dentro de quince días.

Sorprendida por la petición pero considerando que él era un hombre sabio,  la mujer le dio las gracias y le prometió que haría lo que le había pedido. Dos semanas después, volvió con su hijo. Ghandi miró al muchacho a los ojos y con autoridad le dijo:
- Chico, deje de comer azúcar.

A lo que el niño asintió.
 
Después de un breve silencio, agradecida, pero extrañada, la madre preguntó: - ¿Por qué debió de esperar y pedirme que lo trajera dos semanas después? - Podía haberle dicho lo mismo la primera vez que vine.
 
Gandhi respondió: - Es que hace dos semanas, yo también comía azúcar.

Es de suma importancia ser personas congruentes: lo que decimos, hacemos y pensamos debe ser lo mismo… no podemos dar lo que no tenemos, por lo tanto para dar o enseñar algo, primero debemos aplicarlo en nosotros mismos. Ser honestos. 

Igualmente, en cualquier profesión o actividad que desarrollemos, debemos primero aplicar lo que transmitimos en nosotros mismos y mostrar los resultados.

En mi caso personal, soy consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China; Sin embargo, para poder decirte que utilizando estas maravillosas herramientas puedes tener bienestar y vivir en armonía, primero he aplicado estos conocimientos en mi misma y después lo he transmitido. Creo que la única forma de enseñar algo es con el ejemplo y que solo podemos dar, lo que tenemos. 

Debemos trabajar en la Suerte del Hombre, que es el desarrollo de la virtud: El bien decir, el bien hacer y el bien pensar.

"Sé el cambio que quieras ver en el mundo" Gandhi

Siria Grandet –Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (Ba Zi)
Fuente: Armonizando tu vida