Y EN EL SILENCIO TE DESCUBRES…
El silencio te habla, sólo tienes que escucharlo
atentamente.
En el silencio encontrarás la paz que te hace falta, las
respuestas que necesitas tener y todo aquello que debes saber.
En el silencio reequilibras tu energía.
Practica la meditación en silencio y cosecharás
maravillosos momento contigo misma, con tu yo superior, con tu esencia.
¿ Cómo hacerlo ?
Comienza conectando tus pies con la Tierra, imagínate
unas hermosas raíces que salen desde la planta de tus pies y van profundizando
en la Tierra hasta encontrar su centro, el núcleo del Planeta, su parte más
profunda y cálida. Cuando conectas con la Tierra estás haciéndolo con la fuerza
transmutadora más grande que existe. La Tierra actúa a modo de bálsamo sobre ti
limpiando tus energías, transformándolas en energías renovadas, en energías
positivas que vuelve a ti entrando de nuevo por tus hermosas raíces. Son
energías recargadas que te ayudarán a reequilibrar tu cuerpo y trabajarán así
mismo en tus cuerpos sutiles reajustado todo tu campo energético.
A la vez, a través de tu coronilla, donde se encuentra el
séptimo chakra, conectarás con la fuerza energética que viene del cielo, del
Padre. Recibirás un baño de energía, como una lluvia de estrellas de colores
blancos, dorados, azulados y rosados que te impregnarán por completo. Y
sentirás que estás en el lugar donde te corresponde, entre el Cielo y la Tierra
ayudada por las dos fuerzas que te complementan y te indica tu lugar exacto en
este mundo.
Y una vez que has conectado con las dos energías,
sentirás que éstas se unen en ti formando una sola, te sentirás plena, completa
y te centrarás en tu respiración e intentarás acallar tu mente, los
pensamientos, las voces… los dejarás correr sin prestarles atención y te
sentirás liviana, sentirás la paz de tu mundo interior, de tu silencio y la
sensación de que puedes volar, de que tienes libertad de dirigir tu vida hacia
donde tú quieras.
No importa que haya ruido a tu alrededor, quizá al
principio sea molesto, el ruido está ahí para distraerte de tu verdadera misión,
para desorientarte, para alejarte de lo que verdaderamente quieres hacer. A
veces el ruido externo no es más que el reflejo de tu propio ruido interior,
por tanto, no luches contra él, conviértete en observador u observadora de ti
misma pero recuerda que no debes juzgar nada de lo que ves, de lo que sientes o
de lo que ocurra ni dentro de ti ni a tu alrededor. Simplemente observa, nada
más y entonces te darás cuenta de que no eres tu pensamiento, de que no eres tu
mente, sino algo que va mucho más allá, eres el SER, el todo y la nada al mismo
tiempo. Si al principio sientes rabia o impotencia, no la retengas, déjala
salir sin lastimarte ni lastimar a otros. Para llegar a tu esencia, a veces hay
que pasar por arduos procesos de limpieza. En ocasiones es como si estuvieras
pelando una cebolla capa a capa y vas eliminando todo aquello que ya no hace
falta que continúe estando contigo. Ese proceso de desmembramiento a veces
puede resultar doloroso, pero merece absolutamente la pena. Si esto ocurriera
no te preocupes, no te asustes, es una señal de que todo está bien y es como
debe ser…Y cuando estés en silencio haz aquellas preguntas que sientes que
necesitas que te sean respondidas, si es algo que debas saber, las respuestas
llegarán a ti, o de inmediato, de manera muy clara y concisa, o al cabo de los
días y a través de cualquier cosa. Una frase de un amigo, una película, algo
que leas, una conversación que escuches entre otras personas, una canción …
llegará de manera muy sutil, pero llegará aunque tarde tiempo en hacerlo y lo
hará justo en el momento adecuado para ello, incluso cuando ya no lo recuerdes,
pero no dudes de que serán en el momento en el que estés preparada para obtener
esa respuesta.
Si te impacientas, no pasa nada, quizá necesites
practicar un poco más la paciencia. Recuerda que todo es perfecto, no venimos a
juzgar, sino a vivir experiencias y a aprender de ellas.
Cuando estás en silencio, reconciliándote contigo misma,
entras en una vibración de paz y amor donde todo es comprensión, donde no hay
jueces, donde el aprendizaje es siempre positivo. En el silencio conectas
contigo, con lo más hondo y más profundo de ti, y en este estado es cuando tu
alma te puede contar cuál es su misión; en este lugar, en este momento es donde
puedes sentir para qué estás aquí, qué es aquello que has venido a hacer a la
Tierra.
Crea todos los días unos momentos íntimos, de soledad, de
silencio, de calma, de paz, de amor hacia ti misma.
Regálate unos segundos contigo misma donde no exista nada
más que ese momento, donde consigas estar en el aquí y el ahora sin
pre-ocupaciones. Conecta con tu Yo Superior y vibra en el amor incondicional y
absoluto. Vibra en tu propia sinfonía que es una con el Universo pero con sus
propios matices que es lo que la hacen especial y única.
El mágico despertar de los sentidos