lunes, 1 de abril de 2013

Enseñanzas del TAO: "Un Plato de Arroz"


Ambos eran jóvenes educados, así que cada uno insistía en que el otro debería de pasar primero. Después de algunos minutos discutiendo acerca de quien debería pasar descubrieron que su pregunta era esencialmente la misma, así que acordaron hablar juntos con el sabio.

Uno de los jóvenes pregunto: “Maestro, nuestros problemas son similares, ambos somos empleados de bajo nivel siendo tratados inadecuadamente en nuestro trabajo. Nadie nos respeta y nuestros jefes nos presionan constantemente. ¿Podría usted decirnos si lo adecuado sería renunciar a nuestros trabajos?”

 El sabio cerró sus ojos y meditó largamente. Los dos hombres jóvenes esperaron pacientemente, hasta que finalmente el sabio abrió sus ojos y les dio  su respuesta con cinco palabras:

 “Solamente un plato de arroz”.

 Los dos hombres le agradecieron al sabio y partieron. Ellos pensaban en la respuesta mientras que caminaban en silencio, de regreso a la ciudad. “Es interesante”, uno de los jóvenes rompió el silencio. “¿Qué piensas que el sabio quiso decir”?
 El otro meditaba seriamente: “Bueno, es evidente que el plato de arroz representa nuestros alimentos diarios”

 “Estoy de acuerdo”. Respondió el primer joven, “Creo que nos quiso decir que el trabajo no debe significar nada más que una manera de procurar nuestro alimento y nada más que eso”
Finalmente se separaron, siguiendo los dos por caminos distintos. Uno de ellos conservó su trabajo. El otro presentó su renuncia inmediata e irrevocable  y regresó a su país, a su hogar, y se dedicó a la labranza de la tierra.

 Al  pasar  algunos años  este joven  consiguió un éxito considerable  como agricultor, el  puso en
práctica lo que había aprendido en la ciudad acerca de la importación de semillas de alta calidad. Las frutas y los vegetales que el producía llegaron a ser conocidas como las mejores de la región. Y el disfrutaba no solamente de grandes beneficios económicos, sino de una fama de ser un experto en la materia.

El otro joven, que permaneció en su trabajo, también hizo las cosas bien. El comprender lo que significaba su fuente de trabajo lo hizo cambiar tanto de actitud como si el fuera una persona diferente. El puso manos a la obra en sus actividades, demostrando habilidad para manejar la adversidad. Superó todas las expectativas y recibió una promoción tras otra hasta que llegó a ser gerente de la empresa.

 Un día los dos jóvenes se encontraron nuevamente, y poniéndose al día se dieron cuenta de que ambos habían tomado caminos muy diferentes, pero basados exactamente en la misma respuesta del sabio. Ambos eran ricos y felices, pero entonces ¿cual habría sido el camino correcto?

 “¡Que extraño!” El que se quedó como empleado y llegó a ser gerente de la empresa exclamó confundido. “El Maestro nos dio la misma respuesta a los dos, ambos lo oímos la misma respuesta. Entonces, ¿Porque decidiste renunciar?”

 El agricultor estaba confundido. “Yo entendí sus palabras claramente, él dijo que el trabajo es solamente un medio para conseguir nuestras comidas diarias, así que, ¿porqué tenía que forzarme a mí mismo en permanecer en una situación horrible solamente para conseguir un plato de arroz?, ¡Renunciar era obviamente lo que yo debía hacer! Y tú, ¿Por qué decidiste permanecer en tu trabajo?”

 “Yo también pensé que era obvio” el gerente sonrió. El trabajo solamente debe significar unplato de arroz, y yo lo estaba sobrevalorando, tan pronto entendí esto, me dí cuenta que no había razón para que renunciara a mi trabajo. Yo no tenía que tomar los abusos de manera personal, así que, por supuesto, decidí permanecer y asegurar mis alimentos. ¿No era esto lo que el Maestro nos quería decir?”

 “Ahora, estoy completamente confundido” Dijo el agricultor, dándose unos golpecitos a su cabeza. “¿El Maestro habrá querido decirnos que tomáramos el camino que finalmente tomaste tú o el que tomé yo? Vayamos a preguntarle y lleguemos al fondo de este asunto.”

 Una vez que se presentaron a sí mismos ante el sabio, le explicaron la razón de su visita “como usted podrá ver Maestro, realmente nos gustaría saber el significado real de su consejo de hace años. ¿Puede darnos la respuesta correcta?”
 Otra vez, el sabio cerró sus ojos. Los dos hombres esperaron pacientemente como lo hicieronaños atrás. Después de unos minutos el sabio abrió sus ojos y les dio su respuesta…. otra vez con cinco palabras:

 “Solamente una diferencia de pensamiento”

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 Escuchada esta historia, algunos podrán pensar que no es un final apropiado. El sabio nunca dijo cual era el camino correcto. ¿Esto hace que la historia sea ambigua?, ¿Cómo podremos aprender algo de esto?
 
El lector perceptivo entenderá que la ambigüedad es el punto:
 La primera enseñanza de esta historia es que nada está arreglado por el Tao. Los dos jóvenes tomaron caminos diametralmente opuestos, y aún así, ambos alcanzaron el mismosueño de riqueza y felicidad. De una manera similar, todos tenemos nuestros caminos que seguir y algunos caminos parecerán conocidos y que tienen algo en común pero nunca nos conducirán al mismo destino o a la iluminación espiritual.

El Tao mal aplicado es como un arroyo fluyendo hacia abajo en las montañas, él adivina su camino y lo sigue a través de la tierra. Algunas veces, dependiendo de las condiciones del terreno, puede cambiar su curso, pero, no importa que camino siga, siempre terminará en el océano. Esto es lo que hace a la tradición del Tao tan diferente y especial, ya que no insiste en que hay un único y correcto camino hacia lo divino y tampoco afirma que solamente unos pocos lo conocen. Al Tao no le interesa que camino tomes para conseguirlo, tiene la certeza de que llegarás de una manera o de otra.

La segunda y más importante lección de la historia es exactamente lo que el sabio expresó: Una pequeña diferencia de pensamiento puede significar una inmensa diferencia en la vida. Ambos jóvenes de la historia tomaron la decisión correcta, pero esto fue un golpe de suerte. Esto no significa que cualquier camino sea correcto, sin embargo podemos tomar incontables caminos para alcanzar el mismo destino, hay muchos caminos que nos pueden llevar aún más lejos. Una decisión, a la derecha o a la izquierda en una intersección puede significar la diferencia entre llegar a nuestro destino a salvo o estar totalmente perdidos y sin esperanza.

 Esto es cierto porque el Tao no solamente está presente en el macrocosmos universal. También se manifiesta en lo pequeño y en lo aparentemente insignificante. Es por ello que los sabios señalan el poder que tiene un simple pensamiento, y lo que implica la toma de una sencilla decisión. Podemos pensar que esto no es importante pero es como una palanca que tiene el potencial de mover a el mundo entero y así mismo tiene el poder de cambiar la vida.Entonces, ¿Cómo saber que pensamientos impactarán en nuestro futuro y cuáles no?

 Los seguidores del Tao no intentan diferenciar entre los dos, en cambio le dan importancia a todo lo que hacen y a todos los pensamientos, así sean grandes como pequeños, ambos son sumamente valiosos y merecedores de atención.

 No establecen cuando practicarán el Tao o cuando no, ellos tratan de que su vida esté llena de sentido, haciendo de ello un hábito, de tal manera que puedan permanecer sintonizados en el Tao por siempre.

 ¡Solamente un pensamiento diferente! Eso es todo.
 Un impulso, una idea, una decisión puede cambiarlo todo.
 Es por esto que cada pensamiento cuenta y es importante estar siempre alineados con el Tao.

Enseñanzas del TAO (analisis de autor desconocido).
   
Esta enseñanza nos muestra que no hay decisiones sin importancia: "El simple aleteo de una mariposa puede provocar un huracan del otro lado del mundo"

Siria Grandet - Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (4 Pilares del Destino)

Enseñanzas del TAO: "El hacha"

    
El emisario regresó al palacio y reportó que había terminado su rutinaria tarea de transmitir mensajes a los reinados vecinos.    

    -“¡Excelente!” respondió el rey complacido.

    “Durante tu viaje, ¿viste u oíste algo interesante?”    

    -“Sí su majestad. Hace algunos días en el reino de Ying me detuve en un lugar a comer algo y vi la más extraordinaria demostración de artes marciales”

    El lugar estaba en remodelación, así que había muchos hombres por ahí. Uno de ellos, un viejo carpintero era un poco descuidado y tenía un poco de cal en su nariz, era una delgadísima capa de cal, tan delgada como el ala de una mariposa pero aún así se notaba. Pensé que simplemente se limpiaría la nariz, pero en vez de eso llamó a uno de los hombres y le dijo: “¡Hey!, ¿quieres poner en práctica tus habilidades?”

    El robusto hombre dijo: “¡Seguro!” y se veía feliz cuando sacó su gran hacha y la mostró dándose vuelta y ondeándola para que todos la vieran. Yo vi esto pero no podía hacer nada más que preguntarme. “¿Que planean hacer estos tipos con tan atemorizante arma?”

    Después de afilarla y ondearla varias veces el hombre preguntó al carpintero: “¿Listo?”

    El carpintero sonrió y respondió: “cuando ustedes gusten”. El hombre parecía completamente cómodo y tranquilo, lo cual solo incrementaba mi confusión y curiosidad.    

    El masón se concentró y repentinamente ondeó el hacha frente a la cara del amigo. Yo salté, totalmente sorprendido porque pensé que seguramente cortaría su cabeza.    

    El carpintero no se movió para nada. El hacha pasó por enfrente de él. La cal se había ido pero su nariz estaba perfectamente sana. Su expresión era tranquila, su respiración era normal y él se veía tan relajado como antes.

    -“¡No lo podía creer, su Majestad!, ¡nunca había visto tal despliegue de habilidad en el manejo del hacha!”     


    -“¡Increíble! Exclamó el rey. Encuentra al hombre y tráelo hasta mí. Yo debo verlo con mis propios ojos.    

    El emisario partió en su nueva misión. Regresó al mismo lugar en donde lo había conocido. Después de mucho esfuerzo, consiguió hablar con él y convencerlo de acompañarlo al palacio para ver al rey.   

    Tan pronto como llegaron al palacio, el emisario llevó al hombre ante él:    

    - “Tú debes ser el legendario maestro en el manejo del hacha”. Le dijo el rey - “he oído acerca de tu habilidad especial. Supe que eres capaz de quitar la delgada capa de cal de la nariz de un hombre sin tocarlo ni dañarlo, ¿es eso verdad?”    

    -“Así es su majestad,   he practicado por años”    

    -“Excelente!, respondió el rey “quiero que me lo demuestres, si logras hacerlo yo te recompensaré de manera generosa”    

    - “Lo siento, su majestad pero no puedo hacerlo”.    

    -“¿Que dices? ¿Acaso no te interesa la recompensa?”    

    -“Si su majestad, pero es que solamente puedo hacerlo con mi compañero, el carpintero”    

    -“Oh, Ya veo, ¿porqué no lo dijiste antes? Es tan sencillo como mandarlo traer”   

    -“Eso no es posible, su majestad” – había una nota de infinita tristeza en la voz del hombre - “mi compañero ha muerto, y temo decirle que tal vez este acto se pierda para siempre”.  



    Una manera fácil de entender esto es pensar en el hacha como la palabra que usamos. Exactamente como un hacha bien afilada nuestras  palabras tienen la capacidad de lastimar. Cuando entablamos una conversación con alguien es como si estuviera cada quién afilando un hacha. Un movimiento equivocado y podemos causarle una herida profunda a alguien o lastimarla en su orgullo, ofendemos inadvertidamente, o, tal vez, terminemos criticando a alguien sin haber tenido nunca la intención de hacerlo.

Las palabras significan cosas diferentes para diferentes personas en distintas situaciones y tiempos y la intención puede ser modificada por la tonalidad, gestos y expresiones faciales.
        
     Este suceso especial tiene lugar cuando pasamos tiempo con buenos amigos y seres amados. En su presencia nos sentimos exentos de etiquetas sociales. Podemos hablar claramente y tener la certeza de que nuestras intenciones son perfectamente comprendidas. Exactamente como el hombre del hacha se sintió feliz y el carpintero se sintió tranquilo mientras que practicaban para Ia demostración. El mero hecho de esta tranquila comunicación y confianza, está por encima de todo.

          Existen 3 ingredientes esenciales para lograr que suceda este milagro: La Afinidad, el tiempo y la confianza.     
   
    De la misma manera la confianza es el ingrediente más importante en la comunicación personal. Te dirán: “Está bien, comprendo, entiendo lo que me estás tratando de decir”. Y nos daremos cuenta de que es verdad por la maravillosa confianza que existe.    

    Si la otra parte no confía en nosotros, cada palabra que digamos será sospechosa y abierta a su interpretación negativa y nuestros intentos por explicar y clarificar solo agravarán el problema.    

    ¿Qué pasaría si perdiéramos a  estas personas especiales en nuestras vidas? ¿O si perdiéramos la afinidad y la confianza?    

    Exactamente como el hombre del hacha con la pérdida de su compañero experimentaríamos una pérdida y una tristeza infinita. Sería como un hueco en el corazón y podríamos darnos cuenta, demasiado tarde, de lo que felices éramos cuando no teníamos ese vacío. Y podríamos encontrarnos arrepintiéndonos de no haberlos apreciado.    

    Este es el último mensaje que Chuang Tzu desea transmitirnos a través de esta historia:     

    No esperemos a que sea demasiado tarde. 
    Dejémosles saber a nuestros seres amados (pareja, familiares, amigos) cómo nos sentimos, digámosles que tan felices somos de poder estar tan relajados y confortables en su presencia. Agradezcamos por haber sido nuestros compañeros de actos todos estos años, logrando resultados increíbles solo por el hecho de haberlo hecho  juntos.    

    Si ellos no leen esta historia, no sabrán de qué les estamos hablando, pero está bien. Sabrán lo que intentamos expresarles y una vez más, seremos testigos del milagro de Tao. 

     
Enseñanzas del TAO -Análisis de autor desconocido
     
Siria Grandet- Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (4 Pilares del Destino)

Fuente: Armonizando tu vida