Es soltar los problemas (permitir a Dios que borre los programas/patrones/memorias que los crearon), y mantenerse en paz a pesar de la realidad que se te presente.
Estar en paz “ a pesar del entorno” no es ser pasivo ni indiferente.
Es tomar acción, es elegir no engancharte con los problemas que no son más que la manifestación de tus programas.
Es haberte dado cuenta que eres responsable de todo cuanto ocurre en tu realidad (no culpable) ya que los programas están en ti. Se han incorporado a tu inconciente desde afuera y actúan en “piloto automático” haciéndote creer que tú eres ellos
Es haber comprendido que engancharte con los problemas e intentar manejarlos con el intelecto no es más que querer solucionar lo que fue creado por tus programas, utilizando lo mismo que los creó (manejar programas con programas)
Es estar despertando y haberte dado cuenta que pensar y analizar, que es lo que has venido haciendo hasta ahora, no resuelve problemas, ya que no elimina los programas que los crearon (datos muertos como los llama el Dr Len)
Es haberte dado cuenta que ser más “pensante” y “analítico” no es ser más inteligente sino es estar más dormido.
Es tomar la decisión de no dejarte engañar más por tus programas que se manifiestan como pensamientos que dicen que sabes. Es dejarte de identificar con ellos ya que ellos no son tú.
Es liberarte de tus viejos programas y dar permiso a Dios para que los borre, sabiendo que ese lugar irá siendo ocupado por inspiración divina y que empezarás a ser más sabio en tus decisiones y acciones
Es soltar los problemas (dar permiso a Dios) confiando sin expectativas (que también son programas que creen que sabes cómo debe resolverse un problema) con certeza de que la solución correcta y perfecta está en camino
Es comprender que lo que limpies en ti será limpiado en los otros y tu entorno mejorará, que si estás en paz, tu entorno se pacificará.
Te invito a leer esta maravillosa afirmación de Louise Hay
“El mundo exterior no me afecta. Yo estoy a cargo de mi propio ser.
Resguardo mi mundo interior, porque es ahí donde creo.
Hago todo lo necesario para mantener mi mundo interior en paz.
La paz interior es esencial para mi salud y bienestar.
Entro en mí y encuentro ese espacio donde todo es silencioso y sereno.
Puedo verlo como un profundo estanque, callado y pacífico, rodeado por el verdor de la hierba y por árboles altos y silenciosos.
Puedo sentirlo como nubes blancas y ondulantes en las que me recuesto para ser acariciada. Puedo oírlo como una música suave y deliciosa que me calma los sentidos.
De cualquier manera que decida experimentar mi espacio interior, en él encuentro paz. En ese centro de paz estoy yo.
Soy la pureza y la quietud del centro de mi proceso creativo.
En paz creo, vivo, me muevo y experimento la vida.
Porque me mantengo centrada en mi paz interior, tengo paz en mi mundo exterior.
Aunque otras personas vivan en la discordia y el caos, eso a mí no me afecta, porque para mí misma proclamo la paz.
Aun cuando pueda estar rodeada de locura, yo sigo estando calmada y en paz.
El Universo es un lugar ordenado y tranquilo, y yo lo reflejo en cada momento de mi vida.
Las estrellas y los planetas no necesitan preocuparse ni asustarse para mantener su órbita celeste.
Tampoco el pensamiento caótico contribuye a que mi existencia sea pacífica.
Escojo expresar tranquilidad,porque soy paz.
Y así es. “
Louise L. Hay
Aportación: Andrea Arva