martes, 18 de diciembre de 2012

El lenguaje de la existencia


Entre tú y la existencia hay una relación inmediata. Y todo lo que tienes que aprender es cómo entender el lenguaje de la existencia. Conoces los lenguajes del hombre, pero no son los lenguajes de la existencia. La existencia conoce solamente un lenguaje, y es el del silencio.

Si puedes estar silencioso, serás capaz de entender la verdad, el sentido de la vida, el significado de todo lo que existe. Y no hay nadie que pueda interpretarlo por ti. Cada uno tiene que encontrarlo por sí mismo, nadie puede hacer el trabajo en tu nombre. Pero eso es lo que los sacerdotes han estado haciendo durante siglos. Están parados como una muralla china entre tú y la existencia.

Si las personas comienzan a aproximarse a la realidad, sin nadie que los conduzca, sin nadie que les diga qué es bueno y qué es malo, sin nadie que les dé un mapa que ellos tengan que seguir, millones de personas serán capaces de entender la existencia, porque nuestro latido es también el latido del universo, nuestra vida es parte de la vida de la totalidad.

No somos extranjeros, no venimos de algún otro lugar, crecemos dentro de la existencia. Somos parte esencial de ella. Solamente tenemos que estar suficientemente silenciosos, de manera tal que podamos oír aquello que no puede ser dicho en palabras, la música de la existencia, la inmensa alegría de la existencia, la constante celebración de la existencia, una vez que comienza a penetrar nuestro corazón, viene la transformación.

Este es el único modo de que alguien se torne religioso, no por ir a las iglesias, que son hechas por el hombre, no por leer las escrituras que son hechas por el hombre. Un hombre religioso no es otra cosa que puro éxtasis... su corazón está lleno de canciones... todo su ser está listo para bailar en cualquier momento.

Osho

Piensa en positivo

Lo que ocurre en nuestras vidas a nivel físico: trabajo, economía, vida social, incluso nuestro peso; es un reflejo de lo que ocurre interiormente dentro de nosotros a nivel mental o emocional.

Reflejamos fuera lo que ya está dentro. Hay una ley que dice que toda creación física es precedida por una creación mental. De ahí la importancia de nuestros pensamientos.

Se dice que somos lo que pensamos. Muchos de nosotros creemos que los pensamientos no pueden ser gestionados, que nuestra mente funciona en automático. Pero esto está muy lejos de la realidad. Nuestros pensamientos condicionan nuestras vidas. Según pensamos, así nos sentimos y por consiguiente así actuamos.

Como ya nos decía Einstein hace algunos años “Tonto es aquél que espera resultados distintos, haciendo a diario las mismas cosas”.

Si deseas que tu vida cambie, necesitas empezar por pensar de forma diferente.

Hay estudios que nos indican que nos volvemos adictos a nuestras propias emociones, y estas a su vez son fruto de nuestra forma de pensar.

Hay personas que tienden a estar deprimidas, a verlo todo negro, a no ver soluciones en ninguna parte; mientras que otras siempre están alegres y ven el vaso medio lleno.

La realidad en muchas ocasiones es igual para ambos tipos de personas, pero la forma en que la “vemos”, la interpretamos, produce una gran diferencia en nosotros y en nuestras vidas.

Veamos esto con un ejemplo, estamos viviendo momentos de cambio, de incertidumbre, de crisis; esta es la realidad. Ahora bien, la interpretación que hagamos de estos hechos es lo que va a cambiar la calidad de nuestras vidas.

Usted puede interpretar la crisis como algo malo. Como cambios que modifican nuestro quehacer diario o por el contrario como un reto, una manera de cambiar para poder avanzar.

Por tanto esta diferencia de interpretación es la que nos pone en una predisposición o en otra a la hora de actuar. En realidad la única crisis real es la tragedia de no querer luchar para superarla.

Coach Personal y ejecutiva
www.con-fluir.com

Directora Coordinadora del Programa Máster en Coaching Personal y Ejecutivo (UCJC) Experta en PNL Máster en Coaching (Uni. Anthony Robbins) Coach Personal y Ejecutivo y Socia fundadora de Con-fluir