jueves, 6 de diciembre de 2012

El amor, la fragancia de la meditación

Si meditas, tarde o temprano, vas a encontrarte con el amor. Si meditas profundamente, tarde o temprano, vas a empezar a sentir un amor tremendo que emana de ti que jamás habías conocido, una nueva cualidad de tu ser, una nueva puerta que se abre. Te convertiste en una nueva llama y ahora lo quieres compartir.

Si amas profundamente, de a poco, vas a darte cuenta de que tu amor se vuelve más y más meditativo. Una cualidad sutil de silencio está entrando en ti. Los pensamientos van desapareciendo, van surgiendo espacios… ¡Silencios! Estás tocando tu propia profundidad.


El amor te hace meditativo si está en la dirección justa. La meditación te hace amoroso si está en la dirección justa. Quieres un amor que nazca de la meditación, no de la mente. Ese es el amor del que hablo continuamente.

Millones de parejas en todo el mundo viven “como si” hubiera amor. Viven en un mundo de “como si”… por supuesto, ¿cómo van a estar contentos? Si están drenados de toda energía. Tratan de conseguir algo de un amor que es falso y que no puede cumplir con lo que prometió. Por eso la frustración, por eso el aburrimiento continuo, las quejas constantes, las peleas entre los amantes. Las parejas tratan de alcanzar algo imposible: hacer que su relación amorosa sea eterna y eso no puede ser. Surgió de la mente y la mente no puede darte ningún vislumbre de lo eterno.

Primero, entra en la meditación, porque el amor va a surgir de la meditación, es la fragancia de la meditación... la meditación es la flor, el loto de los mil pétalos. Deja que se abra, deja que te ayude a desplazar en la dimensión de lo vertical, de la no-mente, del no-tiempo y, de repente, vas a ver que la fragancia está ahí. Entonces, es eterna, es incondicional... entonces, ni siquiera está dirigido a alguien en particular. No puede estar dirigido a nadie en particular. No es una relación, es más bien una cualidad que te rodea. No tiene nada que ver con lo otro. Tú eres amoroso, tú eres el amor; entonces, es eterno. Es tu fragancia. Existió alrededor de un Buda, alrededor de un Jesús, es una clase de amor totalmente diferente; es cualitativamente diferente.

Osho

Una celebración continua

Una celebración continua ¿Has pensado alguna vez por qué, en todo el mundo, en cada cultura, en cada sociedad, hay unos días al año dedicados a la celebración? Esos días de celebración son sólo una compensación, porque esas sociedades te han desposeído de toda la celebración de tu vida, y si no te dan algo a cambio puedes llegar a convertirte en un peligro para la sociedad. Pero estas compensaciones son falsas. En tu mundo interior puede haber una continua sucesión de luminosidad, de canciones, de alegrías. Recuerda siempre que la sociedad te compensa cuando presiente que lo que reprime puede provocar una situación peligrosa. La sociedad siempre encuentra alguna manera de permitirte descargar lo reprimido. Pero eso no es una verdadera celebración, no es posible que sea auténtica. La verdadera celebración debe provenir de tu vida, ha de ser en tu vida. La verdadera celebración no puede tener lugar a partir de un calendario previo que te dice que el primero de noviembre será un día de celebración. Es extraño: eres infeliz durante todo el año y el primero de noviembre, de repente, te olvidas de tus amarguras y te pones a bailar. O bien la amargura era falsa o el primero de noviembre es falso; no es posible que ambas cosas sean auténticas. Y cuando ha pasado el primero de noviembre te encuentras otra vez en tu agujero negro, todo el mundo regresa a su amargura, a su ansiedad. La vida debería ser una celebración continua, un festival de luces todo el año. Sólo entonces puedes crecer, florecer. Transforma las pequeñas cosas en una celebración. Cada cosa que haces debería ser una expresión de ti, debería llevar tu firma. Entonces la vida se convierte en una celebración continua. Incluso si enfermas y has de permanecer en cama, sucederá que esos instantes serán de alegría, de relajación y descanso, de meditación; serán momentos para escuchar música o poesía. No hay necesidad de entristecerse. Deberías alegrarte de que mientras todo el mundo está en la oficina tú estás en tu cama, como un rey, relajándote; alguien te está preparando té, la tetera entona una melodía, un amigo ha venido a tocar la flauta para ti. Estas cosas son más importantes que cualquier medicina. Cuando enfermes, llama al médico. Pero todavía más importante: llama a todos aquellos que te aman, porque no hay ninguna medicina más poderosa que el amor. Llama a quienes pueden crear belleza, música, poesía a tu alrededor, porque nada sana tanto como una atmósfera de celebración. 

Osho

NO PUEDES SER OTRO MAS QUE EL QUE ERES


No puedes ser otro más que el que eres. Por lo tanto descansa.
La existencia te necesita como eres.
He oído la siguiente leyenda:
Un rey fue a su jardín y halló árboles, arbustos y flores marchitos y muriendo.
El roble le dijo que se moría porque no podía ser alto como el pino.
Volvió al pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la vid.
Y la vid se moría porque no podía florecer como la rosa.
Entonces encontró una planta, la trinitaria, floreciendo y más fresca que nunca.
Al preguntarle, recibió esta réplica:
"Dí por sentado que cuando me plantaste querías una trinitaria. Si hubieras querido un roble, una vid o una rosa, los hubieras plantado. Entonces pensé: ya que no puedo ser nada más que lo que soy, intentaré serlo de la mejor manera que pueda".
Tú estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo.
Sólo puedes ser tú mismo... no hay posibilidad de que seas ninguna otra persona.
Puedes disfrutarlo y florecer..., o puedes marchitarte.