sábado, 8 de septiembre de 2012

Como prestar ayuda a una mariposa

Cuentan que cuando la oruga decide convertirse en mariposa, ella misma se fabrica un capullo donde obtendrá la seguridad necesaria para realizar ese mágico proceso de metamorfosis, una vez finalizado, el mismo capullo deberá ser roto desde su interior para que la mariposa despierte a su nueva vida, la dureza del capullo ,sabiamente construido ,debe ser tal que permita a la nueva mariposa romperlo con sus nuevas y frágiles alas. Como podréis comprender , no debe ser un proceso nada fácil ni agradable, pero ese esfuerzo de la mariposa por salir, es justamente lo que ejercita sus alas para que estas se vuelvan lo suficientemente fuertes y poderosas, y le permitan volar, y por lo tanto sobrevivir, en su nuevo mundo, como es evidente, muchas no superarán esa prueba y fallecerán en el intento.

¿Que sucedería si desde el exterior decidimos ayudar a la esforzada mariposa, rompiendo su capullo? básicamente lo que conseguiríamos seria ‘salvarle’ la vida a una mariposa que no estaría preparada para volar y que habría perdido su capacidad de entrenamiento, quedando a merced de los múltiples depredadores que sin duda están aguardándola.

¿LAS PERSONAS SON COMO LAS MARIPOSAS?

Con los humanos sucede lo mismo, muchas veces deseamos ayudar a una persona a superar una dificultad y acabamos haciéndole el trabajo. contribuyendo a fomentar su ‘debilidad’ , e incapacitando su posibilidad de aprendizaje, y todo ello revestido de una innegable ‘buena fe’.

La ayuda fructífera no es nada sencilla, pues deberemos empujar en el mismo sentido del ayudado pero nunca ejerciendo más fuerza que él, de lo contrario, cabe la posibilidad, que lo único que aprenda de esa situación, sea que siempre habrá alguien a su lado dispuesto a sacarle las ‘castañas del fuego’.

En la vida todo tiene su proceso y su tempo y esto es algo que deberemos aprender y enseñar a la vez, solo superando los obstáculos que la vida nos va presentando, nos vamos fortaleciendo y conseguimos llegar más lejos, de otra manera ,con la intención de ahorrar sufrimiento , podemos acabar eliminando el aprendizaje vital ,imprescindible para nuestra evolución personal.

Pero todo tiene un límite, ¿en que momento debemos actuar?, sinceramente creo que el momento de actuar, es cuando consideremos que el sufrimiento ya no aporta nada a esa persona, y más que hacerla crecer , la empieza a destruir. El sufrimiento sin sentido no aporta nada al individuo y es en ese momento que debemos recorrer al ‘analgésico’, como veis ,el tema de la ayuda es un poco más complejo de lo evidente y requiere mucha empatía para saber en que momento y en que dirección debemos prestar nuestra ayuda.En todo caso, es recomendable esperar a que se nos solicite, para empezar a plantearnos como y cuando empezamos a ayudar.

¿COMO AFECTA ESTO AL COACH?

En el campo del coaching, la ayuda empezamos a prestarla justo cuando el cliente nos la solicita, nunca antes. Es toda una tentación, para cualquier estudiante de coaching y ante la evidencia de los ventajosos resultados de dicha técnica, ponernos la capa de supercoach y con los calzoncillos por encima de los pantalones, dedicarnos a ir ‘solucionandole’ la vida a todo aquel que se nos cruza por delante, como si el coaching fuera una medicina que cura todos los males, a veces no ponemos las pilas con un curso de marketing y ya tenemos todo para lanzarnos a conquistar el mundo.

Por experiencia , puedo deciros que realizar un proceso de coaching a alguien que no lo ha solicitado, puede, no solo ser infructífero y desesperante, sino hasta me atrevería a decir dañino y perjudicial. Una de las primeras cuestiones que un coach debe abordar con su cliente, es la autoconciencia de si mismo, que es lo que esa persona no ha hecho por si misma y la ha conducido a la situación en la que se encuentra, y eso amigos no está al alcance de todo el mundo, quizás si a alguien le hacemos evidente que el origen de sus ‘desgracias’ es él mismo, podemos hacerle caer en un proceso más negativo que positivo para si mismo, con lo que desde estas líneas, recomendamos prudencia antes de empezar un proceso de este tipo y como mínimo que sea el cliente quien quiere ser ayudado y no al revés.

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