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viernes, 20 de diciembre de 2013

¿Aprendes por lo Positivo o por lo Negativo?


Hola, soy Laura Foletto. ¿Aprendes por lo Positivo o por lo Negativo?

El proceso de encarnación es sumamente largo y variado. Desde el punto de energía pura que somos cuando estamos indiferenciados en Dios/Diosa, es complejo asimilar la variedad de posibilidades y limitaciones que entraña la materia. Pasamos por muchos estados hasta llegar a los niveles de dimensiones superiores, cuando comprendemos las múltiples cualidades de la Luz y la infinita fecundidad de la Creación.

Para circunscribirnos a lo que nos está sucediendo en este estrato dimensional, observamos dos principios, el Positivo y el Negativo, la Dualidad. Como tendemos a movernos en la moralidad, asignamos aspectos de Bueno y Malo a estas polaridades y así perdemos de vista la profundidad que implican. Nos quedamos congelados en lo que está bien y lo que está mal, en la bondad y la malignidad, lo correcto y lo incorrecto en lugar de evaluar desde el punto de vista de qué y cómo estamos aprendiendo en cada polo.

Para comenzar:

POSITIVO: masculino, nacimiento, día, Sol, luminoso, caliente, seco, movilidad, búsqueda, dinamismo.

NEGATIVO: femenino, muerte, noche, Luna, oscuro, frío, húmedo, quietud, espera, paciencia.

Es fácil observar cómo las características de lo negativo son subvaloradas o, directamente, rechazadas en el mundo que vivimos. Sin embargo, no connotan maldad o daño sino partes opuestas y complementarias, que se armonizan en un movimiento constante. En realidad, la unión y transmutación de la dualidad conforman launidad, la integración final a la cual dirigirnos.

En las formas de aprendizajes, también encontramos esta polaridad. Por su lado negativo, encontramos sabiduría; en el positivo, amor. El primero está circunscripto al tiempo y las limitaciones. Nos ponemos dificultades y buscamos trascenderlas, con decisión y valor. Si no lo hacemos, comenzamos a sufrir las consecuencias rápidamente. Esto debería ser la señal para movilizarnos a resolver el problema, pero, muchas veces, continuamos repitiendo el proceso hasta que o lo solucionamos o nos lastima severamente. Nos pone a prueba para sacar el potencial que traemos para crecer. Es un aprendizaje veloz y exigente: no podemos aguantar mucho la confusión y el dolor.

El positivo, por el contrario, cuenta con el tiempo y la ayuda necesarios para la transformación. Podemos elegir libremente las maneras y los caminos en que deseamos movernos. Avanzamos contenidos por la creación y la alegría inherentes a su concreción.

Como Humanidad, estamos involucrados en un aprendizaje negativo llevado a un extremo cruel y desigual. Este tipo de aprendizaje tiene sus beneficios, puede darnos sabiduría, profundidad, voluntad y valentía, si lo hacemos con conciencia y desapego.

Estamos en un período de enorme apoyo y amparo hacia la evolución. Es hora de explorar el aprendizaje positivo, de realmente utilizar el libre albedrío, de extraer potenciales a través del amor y la labor constante en la luminosidad.

Cuando comenzamos este camino, nos sentimos extraños. No sólo dentro nuestro sino con los demás. La sociedad está vibrando en mensajes y acciones de un negativismo vacío y sin sentido, que sólo genera más sufrimiento y lucha. Sin embargo, cuando nos alejamos de este modelo y nos volvemos hacia nuestro interior, cuando aprendemos a utilizar el aprendizaje positivo, amándonos y aceptando la abundancia y la creatividad que traemos, eso nos sirve a todos, ya que introducimos un nuevo paradigma a la realidad, para beneficio del bien mayor. Es nuestro derecho de nacimiento y también nuestro deber. Ser felices.

http://www.abrazarlavida.com.ar/

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El dolor es un maestro

El dolor en sí mismo no es un mal que tengamos que evitar a toda costa. El dolor es un maestro que nos puede enseñar muchas cosas.

El dolor nos instruye, nos dice que cambiemos, que dejemos de hacer una cosa y emprendamos otra, que dejemos de pensar en cierta forma y empecemos a pensar en forma diferente.

Y cuando nos negamos a escuchar al dolor y a sus enseñanzas, lo único que nos queda es convertirnos en escapistas. Efectivamente, lo que decimos es: no voy a escuchar, no voy a aprender, no voy a cambiar.

Las personas abiertas y que van creciendo no toman a regañadientes la pedagogía del dolor y buscan el cambio. Intentan respuestas y correcciones adecuadas.

Los otros no escuchan las enseñanzas del dolor. Se contentan con establecerse y vivir con el 10 % de su potencial humano. Se contentan con morir, sin haber realmente vivido.

Mediante las verdaderas y permanentes relaciones del amor, podemos recobrar la aceptación de nosotros mismos, la realización de lo que valemos. Si poseemos estas dos cualidades, todo lo demás se irá desplazando en dirección del crecimiento, por el sendero de la paz.

Cuando faltan el amor y el sentido del valor personal, lo único que queda es una existencia parcial.

Y así solo podremos lograr una fracción de lo que pudimos haber logrado y sido. La Gloria de Dios que consiste en que la persona viva plenamente, habrá quedado recortada.

Aprendamos del dolor.

J. Powell

jueves, 28 de marzo de 2013

Cuento Zen: "Desaprender lo aprendido"


Un día, un novicio se presentó para recibir las enseñanzas de un sabio maestro.
-Primero tendrás que hallar la respuesta a una pregunta, le dijo uno de los discípulos. Si lo consigues, el maestro te aceptará como alumno dentro de tres años.

La pregunta fue presentada y el alumno se esforzó hasta que hubo encontrado la respuesta.
-Tu respuesta es correcta. Ahora puedes marcharte y esperar que pasen mil y un días; sólo entonces, podrás volver aquí para recibir la enseñanza.

El novicio estaba encantado, tras mostrar su agradecimiento se le ocurrió preguntar:
-¿Qué habría ocurrido si no hubiera encontrado la respuesta correcta?
-¡Ah, en ese caso, te habría admitido al instante!

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Para comprender las enseñanzas espirituales…esenciales... primero debemos desaprender lo aprendido… deshacernos de las falsas creencias, de las viejas estructuras…de la vida artificial basada en el materialismo. Vaciar nuestra mente de conocimientos para poder expresar nuestra sabiduría.

“Para ganar conocimiento, adicione cosas todos los días. Para ganar sabiduría elimine cosas todos los días” Lao-Tsé

El comprender es sabiduría, el saber es conocimiento... Se trata de comprender, no de saber...

Siria Grandet -Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (BAZI)

jueves, 7 de marzo de 2013

Enseñanza de Buda: "Ni tu ni yo, somos ya los mismos"



El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto a matarlo.

Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios.

Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente.

Muy sorprendido, Devadatta preguntó:
--¿No estás enfadado, señor?
--No, claro que no.
Sin salir de su asombro, inquirió:
--¿Por qué?

Y el Buda dijo:
--Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada.
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Todo está en constante cambio, incluso las células de nuestro cuerpo se encuentran en constante renovación…
 
Siempre estamos en constante aprendizaje. Nosotros ya no somos los mismos que hace dos años por ejemplo; hemos cambiado nuestra forma de pensar, de sentir y de ver el mundo… Ni siquiera somos los mismos de ayer… nuestra comprensión de las cosas es ahora totalmente distinta, por lo tanto ya no somos los del pasado, ¡Cada día tenemos la oportunidad de escribir  una nueva página en nuestra vida!...
 
No debemos identificarnos a nosotros mismos o a las personas que nos rodean con lo que fuimos, sino con lo que ahora somos.

Siria Grandet- Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (BAZI)
Fuente: Armonizando tu vida

viernes, 15 de febrero de 2013

La sabiduría.

La gran protagonista de la evolución es la experiencia. A través de ella las especies aprenden, desarrollan el instinto y avanzan.

El hombre posee una cualidad única que le aventaja sobre las demás criaturas: el lenguaje -hablado y escrito- que le permite transmitir sus experiencias y recibir información de otros.

El cerebro humano ha desarrollado mecanismos capaces de procesar, memorizar y reproducir información. Esta habilidad ha contribuido grandemente a la evolución de nuestra raza y ha acelerado el sistema de aprendizaje, pero...

Sólo se sabe lo que se experimenta. La información no es más que un sistema de referencias que sólo puede resultar de gran ayuda en el análisis y asimilación de nuestras propias vivencias, pero que no es, en sí mismo, una fuente de sabiduría.

Esto parece ignorarlo el sistema de educación occidental que atesta de información al individuo y sólo considera aventajado a quien es capaz de almacenar y reproducir más datos. Corremos el riesgo de descuidar el cultivo de las facultades superiores de la mente, al potenciar excesivamente los mecanismos automáticos cerebrales que realizan funciones semejantes a las de los procesadores.

Por otra parte, aceptar como verdad última la información recibida es el paso definitivo para la robotización del ser humano. Y no deja de ser irónico que esto ocurra bajo el señuelo de la libertad. El mundo está plagado de ingenuos que creen que nadan en un océano de libertad sólo porque se les otorga el derecho a tomar pequeñas opciones, mientras se les condiciona culturalmente desde la infancia por medio de la información.

La información es útil cuando el individuo puede filtrarla con ayuda de la discriminación y metabolizarla con la propia experiencia. En todos los demás casos constituye una programación, un lavado de cerebro. La persona informada, como las computadoras de la quinta generación, parece muy inteligente, pero no lo es. En cambio, sí resulta útil al cumplir fielmente las funciones para las que ha sido programada.

Mientras no haya una individualidad soberana que utilice inteligentemente la información en lugar de mimetizarse con ella, el hombre no será libre por más que muchos proclamen la libertad como bandera. Creérselo forma parte del programa.

Hay campos en los que la información transmite el conocimiento práctico acumulado por la especie y es extraordinariamente útil. Pero hay otros, que la mente tiende a aceptar con la misma reverencia casi religiosa, en los que la información no es más que la interpretación subjetiva de la experiencia de otra persona. Aquí es donde la discriminación ha de intervenir de manera implacable.

La sabiduría es la esencia que las facultades superiores de la mente liban en cada experiencia, mientras que la información es el relato de esa vivencia. Sin experiencia no hay auténtico conocimiento, y sin éste no hay libertad posible.

Aforismos.

· La verdadera sabiduría consiste en unir lo que es bueno con lo que es mejor. En separar lo que es bueno de lo que es malo, pero sabiendo que el mal siempre tiene dos caras.

· El sabio no ignora que cualquier parte del Universo, por infinitesimal que sea, sabe todo lo que ocurre en el resto del Universo, y que todo el resto del Universo sabe lo que ocurre allí.

· Sabe el sabio que es fácil imponer la ley por la fuerza. Y que es difícil propagarla con el ejemplo.

· La meditación profunda, la plegaria espontánea, el reposo solitario, la alimentación sencilla y el movimiento mesurado, mantienen el espíritu, el alma y el cuerpo del sabio.

· Aquel que reconoce su ignorancia, su impotencia y sus faltas, está empezando a caminar por el sendero de la sabiduría.

· Es sabio aquel que llega a ser lo que Es.

· El sabio ilumina y vivifica todo lo que se le acerca.

· El sabio muere a sí mismo y nace en el creador. Muy pocos conocen esto.

· Sabe el sabio que uno puede entenderse con los demás sin hablar. Y que podemos perder a nuestro mejor amigo pronunciando una sola palabra.

· Sabe el sabio que el mundo actual ni es bueno ni malo, ni real ni ilusorio. Sabe que está formado por una porción de luz divina fraccionada al infinito en las tinieblas del No-Ser.

· Sabe el sabio que lo que es muy complicado -como muchas doctrinas o filosofías- esconde casi siempre la mentira. Lo que parece muy sencillo, encierra a menudo una verdad sublime.

· Sólo aquel que ha recorrido la senda de la sabiduría puede indicar el camino, pero son pocos los que le escuchan y le creen.

· La humildad y el amor son el adorno de la sabiduría.

· Ninguna religión -esto lo sabe muy bien el sabio- tiene el monopolio del Creador, ya que él es Único y ellas son diversas. Sabe el sabio que la esencia de todas es la misma, cuando ellas enseñan el Amor y viven el Amor, pues de lo contrario no son sino cuentos.


Fuente: http://www.proyectopv.org

miércoles, 31 de octubre de 2012

Las dificultades nos enseñan


Las dificultades nos enseñan, así es, aunque no lo parezca,
nos hacen más fuertes y nos preparan para lo que venga,
pero lo hace en silencio, desde el dolor, desde la pena,
rogando y pidiendo que desaparezcan.

Las dificultades nos ayudan a reconocer a quienes no te aprecian,
aquellos que aparecen cuando todo va bien,
cuando nada necesitas, cuando das y no esperas,
pero desaparecen cuando pides, casi en silencio, una flor o un poema.

Las dificultades nos ahogan, pero no nos asfixian,
nos dejan sin aire, pero con la fe inquebrantable en que confiamos,
y cuando las superamos, sentimos una emoción inmensa,
que nunca más la olvidamos.

Las dificultades nos enseñan, el significado de palabras malditas,
malditas y duras como rabia, ira, irritación y pena,
cuanta pena he sentido al sufrir tantas dificultades,
sin ayuda y con tan pocos que me quieran.

Las dificultades nos hacen recordar, a aquellos que tanto querías y ya no están,
y desesperadamente pides que vuelvan, que los necesitas, que los anhelas,
que darías cualquier cosa, por que estuvieran junto a ti,
en estos momentos de tanto dolor y de mucha pena.

Las dificultades nos enseñan, a ser mejores personas,
a ser mejores padres, mejores hijos, a ser tú de veras,
a no ser esa persona simple, superficial y que no quiera,
las dificultades no son malas si nos ayudan a descubrir quién era.

Francisco Lutzardo
Personal Coaching
E-mail: flutzardo@gmail.com