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miércoles, 19 de diciembre de 2012

Duelo


Un hecho inevitable y donde la mayoría de las veces las personas nunca están preparadas lo suficiente para afrontar este grave suceso es la muerte, te acerco tres pasos para poder superar el duelo.
La pérdida, la persona ya no está más junto a nosotros, dejó de existir, no es simple, ya que involucra procesos que están por fuera de la conciencia, si bien una parte del yo reconoce que la persona se ha ido, otra parte sigue manteniendo la ilusión de la presencia.
Este proceso no puede cumplirse en forma inmediata, sino que se realiza “pieza por pieza”, lleva un gasto de tiempo y de energía, al mismo tiempo que se atesora la existencia del objeto perdido en lo psíquico.
¿Qué es lo que se puede observar en una persona que se encuentra atravesando un proceso de duelo?.
La persona pierde el interés y se encuentra más retraído, no tiene ganas de nada. El mundo ha perdido de su interés. Los recuerdos y las representaciones vividas junto a esa persona que ha fallecido afloran en este momento, junto con la nostalgia y el anhelo por lo que ya no está junto a él o ella.
Es en este momento cuando la persona precisa del acompañamiento de familia y amigos, muy especialmente cuando está repitiendo siempre lo mismo e idealizando a la persona que perdió.
El lazo que había con la persona se había ido formando por medio de sucesivas inscripciones y sucesivos vínculos que el sujeto fue experimentando con el tiempo, de igual forma la “des-vinculación” del objeto se irá reponiendo en forma gradual.
Una vez que el proceso de duelo ha sido ampliamente superado, las personas disponen otra vez de esa “energía” que habían depositado en la persona que ya no está. Esta energía libre podrá ser utilizada para emprender nuevos proyectos y seguir formando nuevos lazos.
Fuente: http://www.creceroperecer.com

domingo, 18 de noviembre de 2012

Duelo y el Niño Interior!!



Queridos amigos:
Cuando estamos en duelo siendo adultos, el niño interior emerge con fuerza,  dolido y  enojado, reclamando por su pérdida, por  sus heridas pasadas y presentes.
El niño interior es: nuestra parte emocional y sentimental, creativa, sanadora, espiritual, trascendente.
En la práctica clínica como Psicoterapeuta y Tanatóloga he observado que mucho de lo que  determina el avance o estancamiento de nuestro proceso de duelo es sanar a nuestro niño interior y no la pérdida en sí; porque  es el niño interno el que nos ayuda  a trascender,  a liberarnos, a ser autoconscientes, a amarnos y a aceptarnos, y sobre todo nos enseña a mirarnos profundamente y reconocer quienes somos en nuestro maravilloso ser,  tiene la magia para comprender  que la muerte no existe y que la vida es continua, sabia y divina.
En la tradición espiritual de oriente, “la infancia es el momento de la vida donde todas las cualidades espirituales están presentes en su pureza “.La energía del niño interior tiene un poder de transformación elevado. El niño Interior esencial nos recuerda nuestro poder y nuestra capacidad para realizarnos plenamente a lo largo de nuestra vida a pesar de pasar por circunstancias adversas.
Recordemos cuáles son las necesidades básicas de nuestro niño:
Todo niño interior necesita del amor de sus padres, el amor se entiende por:
  • Cuidado
  • Responsabilidad
  • Respeto
  • Conocimiento
Todo niño interior necesita ser alimentado durante su vida con:
  • Amor,
  • Aceptación,
  • Reconocimiento,
  • Pertenencia,
  • Protección
  • Autovalía.
Pero sabemos que muchos de Nosotros no tuvimos la fortuna de nacer en un hogar saludable y afectivo,  tal vez  hemos vivido con grandes carencias y pérdidas tan grandes que han lastimado nuestro ser…
¡ Y esas Heridas Pasadas….son heridas presentes y futuras!
Las heridas emocionales de la infancia permanecen abiertas,  lo que obliga a utilizar máscaras e imágenes para cubrir la herida del alma del niño y tratar de parecer lo que quisieras ser en el adulto,  ocultando lo que se es en realidad, es aquí que nos desconectamos de nuestro más valioso aliado para crecer y sanar….
Un CICLO que se repite de Generación a Generación…
“Algunos padres aman a sus hijos, algunos de ellos están demasiado destrozados para amarlos como deberían y otros no pueden ni siquiera amarlos”.
Dra. Raquel Levistein
También nuestros Padres han tenido un niño herido, por ello podemos entender que no es mucho lo que nos podían ofrecer, ya que sin autoconsciencia  y conocimiento no es posible hacer elecciones saludables….
Para tomar en cuenta:
Cuando los padres   platican sin tener cuidado  todos sus penares, su infancia, sus rechazos, las comparaciones, los abusos, el desprecio sobre el sexo opuesto, la suegra, los padres, la vida, a los hijos, esto desvanece la inocencia del alma del niño, y lo convierte en rescatador de mamá o papá durante su niñez, y como adulto es el salvador de inútiles y fracasados, se hacen misóginos, o mujeres sometidas y autodevaluadas que acepta lo que sea por una migaja de amor.
¿Qué pasa con los niños?
Se empieza a  albergar un  odio inconsciente hacia los demás, especialmente hacia el progenitor o adulto que se encargó de robarle la niñez, contaminando con veneno emocional el alma,  que vierte en todo lo que aprendió a detestar… incluso contra sí mismo. Esto provoca culpa inconsciente y la imposibilidad de establecer relaciones adecuadas con los demás, además que repetirá el patrón con sus propios hijos, esto condenará al adulto de mañana a la neurosis y con ella la sensación interna permanente de vacío, dolor y soledad.
Reflexiona: ¿Estás haciendo más de lo mismo con tus hijos?
Si la respuesta es positiva es hora de parar y compensar, la única forma de reparar el daño que hemos hecho a nuestros hijos es cuando estemos sanados, ya que nadie puede ofrecer lo que no tiene.
¿Quieres saber si tu niño está sano?
Identifica cuál es el miedo que te domina, puedes ayudarte analizando las conductas que a continuación te describo:
  • En el miedo a perder: lo domina  la inseguridad por lo que se pone una coraza defensiva para aparentar ser su opuesto. Entonces  los identificamos por su orgullo, soberbia, impaciencia, agresión, ira, autoritarismo, fanatismo y toda su corte de afiliados.
  • El miedo a enfrentar: lo domina el sentido de ser poco valioso, le gusta el papel de víctima para llamar la atención,  se disfraza de pudor, timidez, susceptibilidad, cobardía, indecisión y todas las tonalidades de auto destrucción e inferioridad.
  • El miedo a ser abandonado: lo domina el sentimiento de no ser amado, trae consigo los celos, la posesividad, la vanidad, la sobreprotección, la baja autoestima y la necesidad de manipular.
  • El miedo a la muerte: lo domina el sentimiento de acumular,  porta muchas caretas, entre ellas: la desconfianza, la tacañería, los apegos, las fobias, la rebeldía, y la histeria.
¿Con cuántas descripciones te identificaste?
¡Con sólo una identificación es señal de que tu niño interior está herido!
De las cosas que más me sorprende cuando comparto con los grupos de Duelo, es que cuando me dirijo a ellos como “niños” su canal de energía se eleva y el conocimiento se da con mayor fluidez, incluso también me permito acompañarles desde la niña, a quién siempre pido la conexión y la sabiduría para que me guie en mi misión de sanadora.
¿Están listos para empezar a sanar su niño y por ende activar la fuerza espiritual para trascender su dolor y sufrimiento?
Les comparto estos dos ejercicios, excelentes cuando se hacen por elección consciente…
Ejercicio 1:
Habla con tu niño interior  todos los días, se amoroso, dale confianza, dile que ahora tu vas a cuidar de él, que te tiene a ti para protegerlo, que lamentas haberlo abandonado tanto tiempo, pero que ahora estás dispuesto a escucharlo, hazle saber de  tus proyectos, de tus deseos, de tus metas, etc.
Ejercicio 2:
En un lugar tranquilo, siéntate cómodamente y elige música suave y entabla una charla con tu niño interior. Platica con tu niño interior e intenta conocer todos sus sentimientos y emociones pregúntale: ¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿A que le temes? ¿Qué sientes? ¿Qué necesitas? ¿Cómo pudo ayudarte a sentirte seguro? ¿Cómo puedo hacerte feliz?
Este ejercicio funcionará mejor con los ojos cerrados.
Mientras conversas con el ten compasión, apóyalo, demuéstrale que lo amas, que lo proteges y que puedes atender todas sus necesidades, hazle saber que estás ahí para ayudarle siempre.
Importante: En el proceso de reconexión y sanación interior puedes tener algunos recuerdos dolorosos a través de sueños o sensaciones, pueden llegar a sentirte más enojado, triste, abandonado,  No os preocupeis, el niño primero quiere ser libre y mostrar lo que por mucho tiempo no se le escuchó ni atendió, sigue hablando con él y verás que te mostrará su verdadera naturaleza “de amar incondicional”.
De Niño(a)  a Niño (a) , te saludo y abrazo en la luz que ya eres!!
Bendiciones
Socorro Ceja
Tanatóloga Master, Psicoterapeuta Familiar y Orientadora Espiritual
http://grupoluzyverdad.org

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Cómo recomponer las piezas de un duelo?

Cuando sufrimos una pérdida importante en nuestras vidas, nuestro ser se rompe en pedacitos, tal como lo haría una figurita de porcelana.

Cada uno de nosotros, reaccionamos a la muerte de diferentes maneras según la educación recibida, las experiencias asimiladas y la espiritualidad “real” que hemos cultivado en la vida; así cuanto más amor perdemos, más o menos trocitos se dispersan a nuestro alrededor según la fortaleza espiritual, emocional y mental de cada uno.

Nuestro mundo se ha roto en pedazos y esto genera un shock, estamos divididos y no entendemos por qué ha pasado, ni sabemos cómo recoger todo este desorden vivencial, ya que el dolor y el sufrimiento no nos dejan reaccionar.

Cuando poco a poco reaccionamos, la impotencia y la rabia contenida, nos alertan que algo hay que hacer con todas estas piezas rotas, son señales de recuperación, aunque en esos momentos no lo vemos así; necesitamos centrarnos y actuar, tenemos que recomponer esta porcelana rota.

Tenemos que cohesionar todo esto, encontrar el pegamento ideal e ir recogiendo los pedacitos. ¿Dónde buscarlo?

En nuestro interior, es ¡El Amor impersonal!

También hay otros muchos pegamentos, pero a la larga se deshacen y tenemos que volver a empezar de nuevo a pegar los trozos, como son los porqués, el no luchar, la pasividad, el autoengaño, la no aceptación, cosas que en el fondo son mecanismos de resistencia que aumentan el sufrimiento y aprisionan el Alma, pero que siempre aparecen en mayor o menor medida.

Así, a base de experimentar estos estados vitales, seguimos buscando un pegamento mejor, hasta darnos cuenta en infinita plegaria, que lo que buscábamos fuera, estaba dentro de nosotros y sin límite.

La familia, los amigos, los grupos de apoyo, nos ayudan a encontrar estas piezas y nos pueden dar parte de este pegamento mágico que es el Amor, pero sólo nosotros podemos hacer el trabajo de reconstrucción.

Cuando empezamos a reaccionar, somos conscientes de que tenemos que focalizar nuestra consciencia en un objetivo, recomponer la figura lo mejor posible, convertirnos en nuestros propios artesanos, en nuestros propios restauradores y con las piezas reagrupadas y visión creadora, comenzamos a unir los trozos con autodisciplina, que generará autoestima con cada trozo incorporado de nuevo al ser.

Todas estas piezas, al igual que haríamos con una figura rota, tenemos que ponerlas sobre una mesa de trabajo, nuestra consciencia interior.

En esta mesa, ponemos primero la base de la figura, que en nuestro caso es darnos cuenta de que tenemos que seguir viviendo, no resignados sino aceptando y transformando el sufrimiento, es decir, querer sanar y recorrer las etapas del duelo.

Con este objetivo en mente y sin perderlo nunca a pesar de las recaídas que sufrimos y sufriremos, empieza la reconstrucción.

¿Cuánto tiempo hace falta? Al igual que después de pegar dos trozos de la figura, tenemos que esperar que se seque el pegamento, así también tenemos que esperar que nuestro ser asimile paso a paso, que el Amor nos está sanando cada una de estas facetas rotas de la vida.

¿Cuáles son esos trozos rotos? La familia, los amigos, el trabajo, la seguridad, la estabilidad, la autoestima, las ganas de vivir, la alegría, la sonrisa, la Fe, la Esperanza, la Espiritualidad, etc.

Cuando empezamos a recomponer la figura, las ansias de terminarla pronto o simplemente el ver que ya no es la misma figura que antes, nos sume en periodos de profunda depresión, que son normales y hay que verlos siempre cómo una fase menos para llegar a sanar… ya que atrás quedaron el sufrimiento, la negación, la soledad, la ira, la culpa, el sinsentido y la negociación que también nos explicó la doctora Elizabeth Kübler Ross en sus fases de sanación del duelo, por la que todos pasamos.

Según seguimos, nos damos cuenta que algunas piezas se hicieron añicos y que tenemos que crearlas artesanalmente, pues cada trozo es vital para en esta reconstrucción; así sucede por citar un ejemplo, con los amigos que muchas veces se apartan o los apartamos, pues el duelo nos “despierta” y nuestro nivel de consciencia se eleva, buscando más el ser, que el no ser… Recordemos que lo semejante atrae a lo semejante a nivel interior y lo superfluo ahora nos causa rechazo, pues el dolor nos ha despertado a un nuevo enfoque, más maduro y en casi todos los casos más espiritual.

Como buenos artesanos, curtidos en la escuela de la vida, terminamos masillando las imperfecciones y pintando lo nuevo, es decir, pulimos nuestro carácter y pintamos la vida del color que queremos vivirla.

Ahora, la figura refleja la belleza interna, las costosas horas de esfuerzo, las múltiples caídas y reconstrucciones de piezas, la Fe aplicada en los momentos extremos y las plegarias de agradecimiento tras cada paso recorrido hacia la sanación.

El Amor, la constancia y el tiempo han hecho de nosotros un ejemplo de fortaleza, valentía y de magos de la vida, pues el vínculo que nos une a nuestros seres del azul, es la misma esencia que nos da la vida eterna y que más allá de los sentimientos, emociones y pensamientos humanos, existe una consciencia que es tan grande como grande es el Universo visible e invisible.

Ahora que sabemos lo que cuesta reconstruir bien un figura tan delicada, la cuidaremos mucho más, la enseñaremos a los demás, para mostrar que todo lo que se rompe, si no se puede arreglar igual que antes, si que se puede transformar en algo igual o más bello que lo que antes teníamos; y con el ejemplo y el apoyo, la cadena de sanación cumplirá su sagrada misión de unir a los seres humanos con el Amor más hermoso que podemos imaginar.

Gracias a todos los que con vuestro ejemplo, dedicación y amor, habéis renacido cual Ave Fénix de vuestras cenizas y seguís ayudando a nuestros hermanos.

Y a vosotros que empezáis a reconstruir vuestro Ser, os envío la Paz, la Fortaleza y el Amor que hemos recibido, recibimos y seguiremos recibiendo de los ángeles que nos cuidan y aman desde nuestra conjunta eternidad.

¡Bendiciones de corazón!

Vuestro amigo de sendero,
Guillermo J. Recourt

Fuente:

lunes, 22 de octubre de 2012

El Duelo, en busca de una Paz Condicionada.


Antes de sufrir el fallecimiento de un ser amado, la vida suele mostrar buenos momentos, llenos de lo que llamamos paz, juntos con otros momentos que nos causan sentimientos no tan gratificantes.

La Paz Interior real, es un estado de consciencia elevado, donde no están implicados apegos o miedos a perder dichos apegos.

La Paz que nosotros nos construimos mentalmente, está condicionada por la familia, la sociedad, las experiencias y un sinfín de eventos que nuestra mente guarda en su memoria y que cuanto más vividos son esos momentos, más se encadenan a las emociones producidas y generan un temor inconsciente y a veces consciente a perder algún día esta felicidad.

Por eso existen tantas interpretaciones a eventos que desde fuera parecen que son idénticos.

Normalmente la vida, a base de aciertos y errores, nos va señalando que lo que construimos sin egoísmo desde el corazón, nos reconforta, nos llena de Paz y que lo que construimos desde lo mental, está sujeto a esa interpretación condicionada y suele alterarnos antes o después con cada perdida, tal como el dejar la infancia, el colegio, la casa familiar, el trabajo, etc.

Por ejemplo, si para mi estar en Paz es relajarme en la playa, tomando el sol, y de repente aparece una nube y tapa el sol, esto me causa un enfado tremendo y pierdo ese estado de Paz. Si la Paz fuera fruto del corazón maduro, la nube no sería causa de perder la Paz y se seguiría disfrutando de esa hermosa playa.

Aplicado al Duelo, todo esto nos demuestra varias cosas que ya sabemos:

• Qué el duelo es personal y no se puede juzgar la manera de llevarlo.
• Qué el duelo crea un gran shock que colapsa los pensamientos, las emociones y nos sume en un estado de deriva mental.
• Qué el Duelo es cíclico y a más Amor más, extremos emocionales experimentaremos.
• Qué el duelo es causa de perder esa Paz que teníamos y nos sume en el sufrimiento y la desesperación.

El nivel de Paz que habita en cada corazón, suele pasar desapercibido, hasta que alguna experiencia dolorosa, nos hace buscar algo que alivie tanto dolor.

La Paz que creíamos tener, la Paz creada por la mente condicionada, se ha desplomado como si fuera un castillo de arena que las olas del mar terminan engullendo, y nos quedamos en un vacío existencial que da miedo, vértigo, inseguridad y amplifica el dolor que se está sufriendo.

La cultura actual incita y educa a poseer todo y a todos. El Amor que debería ser expansivo y universal, se vuelve posesivo y particular, siendo la alternancia de estos dos estados lo más normal a nivel global y mezclamos los más altos sentimientos por un ser querido con sentimientos de posesión y pertenencia, olvidándonos que todos somos seres libres que llegamos a un mundo que nos enseñará que esta libertad que da la Paz, nace del aprendizaje interior y que para ser real, debe “contagiar” a los demás, debe “ser útil” a los demás, debe “servir” a los demás.

Hemos oído decir, que el Amor es la llave que ayuda a abrir el candado que atrapa nuestra Paz Interior durante los procesos de duelo. El Amor no pide nada a cambio, se da y transmite de corazón a corazón y une un Alma con otra Alma y este vínculo es para siempre, es atemporal y multidimensional.

Cuando nuestro ser querido transciende a un plano de consciencia más elevado, espiritualmente es un viaje de retorno a la Unidad, a Dios, pero su individualidad como Alma, sigue ligada a la nuestra y muchos somos los que podemos afirmar esas intuiciones, sueños, olores, recuerdos, sonidos que por un instante nos hablan de la verdadera Paz de la reconciliación… La Paz que nos ayuda a querer terminar nuestro trabajo interior de duelo, que nos ayuda cuando cíclicamente caemos, la que nos da fortaleza cuando la angustia nos deja sin palabras, la que nos consuela con cada lágrima derramada…

El caminar conscientemente el Duelo, nos hace ser más realistas, más sensibles al dolor ajeno, nos ayuda a ver las cosas con sencillez y a elegir el camino que queremos recorrer realmente, a dejar amistades vaporosas y abrazar amistades condensadas y forjadas en el crisol de la experiencia, pero una de las cosas que más nos enseña es que la verdadera Paz, nace de la búsqueda interna, de la comunión consciente con nuestro ser profundo y del Amor impersonal hacia todo ser que existe en el vasto Universo visible e invisible, pues todos somos diferentes grados de UNA misma consciencia en movimiento, DIOS.

La reflexión que he querido hacer, es la dificultad añadida al duelo por nuestros condicionamientos, tan implantados a nivel subconsciente que nos impiden ver la verdad que hay tras cada verdad relativa. Cuantas cosas haríamos para sanar y no hacemos, por ir en contra de lo estipulado por la sociedad, por la familia, por la religión, etc…

Tenemos en nuestra mano la responsabilidad de la duda y de la fe, pero sólo la podemos encontrar en la autenticidad que habita en cada corazón, junto con la llama de Luz que disipa las sombras, si elevamos nuestra consciencia y somos capaces entonces de pensar con la verdadera libertad, libre de apegos y miedos.

No es una tarea fácil, es muy duro enfrentarnos a dos muertes, la del ser querido y la de nuestros viejos pensamientos que ya no nos sirven para seguir avanzando en Paz… pero ambas sanan con el Amor Consciente y esa debe ser nuestra meta, ir cada día transformando nuestro dolor en Amor y Amor en acción, que es el que da la paz suficiente, para subir un escalón más hacia paz Profunda de Cuerpo, Mente y Alma.

Por todo ello, hoy más que nunca, pido a Dios que nos muestre en cada fase de nuestra vida y duelo, la fortaleza para nadar a lo profundo del ser y regresar a la superficie con la Paz que todos podamos comprender y disfrutar mientras estemos en este plano de consciencia.

Recibid un fuerte a brazo y mil Bendiciones de todo corazón!

Guillermo J. Recourt

Fuente: http://grupoluzyverdad.org/

lunes, 15 de octubre de 2012

Duelo en emergencias y desastres


FASES DEL DUELO:
  1. Impacto de la pérdida y reacciones iniciales
  2. Toma de conciencia y respuesta afectiva
  3. Aislamiento
  4. Cicatrización
  5. Renovación del proyecto de vida
SOLUCIONES:
  • El abrazo es la mejor manera
  • La escucha para disminuir el sufrimiento humano
  • Acompañamiento básico
  • El tema espiritual calma, baja la ansiedad
  • Concentrarse en el familiar que está acompañando al difunto
EN CASOS DE DUELO MASIVO se realiza:

Acompañamiento a los familiares; y Desmovilización a los equipos de voluntarios que intervienen

PREGUNTAS PARA DESMOVILIZACIÓN de los voluntarios:
  • qué es lo que piensas que ha sucedido
  • qué es lo que más te ha molestado
  • qué es lo que más te ha afectado

MANIFESTAR A LOS DESMOVILIZADORES:

¿Estás bien? ¿Estás seguro de seguir con esto? Ok, vamos. No estás solo; estamos contigo.

PROBLEMAS PSICOLÓGICOS EN LOS NIÑOS DESPUÉS DE UN DESASTRE:
  • temor excesivo a la oscuridad, a la separación o a estar solo
  • apego excesivo a los padres, miedo a personas desconocidas
  • preocupación excesiva
  • conducta inmadura
  • poco deseo de ir a la escuela
  • cambios en los hábitos de cómo dormir
  • aumento de la conducta agresiva o timidez
  • mojar la cama, "chuparse" el dedo
  • pesadillas persistentes
  • dolores de cabeza u otros malestares físicos

COMO AYUDAR A SUS NIÑOS DESPUÉS DE UN DESASTRE:

Ocurrido un desastre, se observan cambios en el comportamiento de los niños, los cuales son reacciones normales que dependen de diversos factores, como la edad de niño. Se espera que las mismas duren poco tiempo. Algunas acciones que pueden ayudar a sus hijos a afrontar el estrés-trauma son:
  • abrace y acaricie a sus hijos
  • brinde información clara y concisa sobre el desastre
  • ayude a que los niños hablen acerca de sus sentimientos, sea honesto también en compartir los suyos
  • comparta más tiempo con ellos a la hora de acostarse
  • restablezca un itinerario para comidas, juegos, descanso y tareas
  • manténgalos ocupados con tareas que los haga sentirse útiles en ayudar a la familia a recuperarse del desastre
  • asegúrese que sus hijos sepan qué hacer si escuchan una alarma o sirenas de advertencia en su comunidad
  • reconozca y recompense el comportamiento responsable
  • entienda que los niños SUFREN la pérdida de juguetes, ropa y otros artículos favoritos, busque distracciones para ellos.

EL ABRAZO DE LA MARIPOSA:
Abrazo del amor a sí mismo, L. Artigas (1994)
Este método es tranquilizante, utilizado para ayudar al niño a autoadministrarse estimulación y para anclar emociones positivas, asociadas con imágenes guiadas, a fin de modular cualquier emoción perturbadora que aparezca y como ayuda para conciliar el sueño. Es aplicable en niños sobrevivientes de eventos traumáticos. Permite procesar información traumática primaria sobre un desastre reciente incluyendo la muerte de familiares cercanos. Otros clínicos lo han empleado como una forma de demostración de afecto sin tocar a las víctimas diciéndoles: "Por favor, date un abrazo de la mariposa por mí". Ayuda a prevenir los traumas.


Procedimiento: Indicar al niño: "Cruza los brazos sobre el pecho y con la punta de los dedos índice de cada mano toca el punto de unión de la clavícula con el hombro. Puedes tocarte el hombro o la parte alta del brazo. Mueve las manos alternadamente como si fuera el "aleteo de una mariposa"

Psicólogo Santiago Valero Alamo (OMS - OPS)
http://www.psicologosperu.com/