miércoles, 26 de diciembre de 2012

El lenguaje de la existencia


Entre tú y la existencia hay una relación inmediata. Y todo lo que tienes que aprender es cómo entender el lenguaje de la existencia. Conoces los lenguajes del hombre, pero no son los lenguajes de la existencia. La existencia conoce solamente un lenguaje, y es el del silencio.

Si puedes estar silencioso, serás capaz de entender la verdad, el sentido de la vida, el significado de todo lo que existe. Y no hay nadie que pueda interpretarlo por ti. Cada uno tiene que encontrarlo por sí mismo, nadie puede hacer el trabajo en tu nombre. Pero eso es lo que los sacerdotes han estado haciendo durante siglos. Están parados como una muralla china entre tú y la existencia.

Si las personas comienzan a aproximarse a la realidad, sin nadie que los conduzca, sin nadie que les diga qué es bueno y qué es malo, sin nadie que les dé un mapa que ellos tengan que seguir, millones de personas serán capaces de entender la existencia, porque nuestro latido es también el latido del universo, nuestra vida es parte de la vida de la totalidad.

No somos extranjeros, no venimos de algún otro lugar, crecemos dentro de la existencia. Somos parte esencial de ella. Solamente tenemos que estar suficientemente silenciosos, de manera tal que podamos oír aquello que no puede ser dicho en palabras, la música de la existencia, la inmensa alegría de la existencia, la constante celebración de la existencia, una vez que comienza a penetrar nuestro corazón, viene la transformación.

Este es el único modo de que alguien se torne religioso, no por ir a las iglesias, que son hechas por el hombre, no por leer las escrituras que son hechas por el hombre. Un hombre religioso no es otra cosa que puro éxtasis... su corazón está lleno de canciones... todo su ser está listo para bailar en cualquier momento.

Osho

La desaparición de la esperanza


La iluminación es descubrir que no hay nada que descubrir. Es saber que no hay ningún sitio al que ir. Es comprender que esto es todo, que esto es perfecto, que esto es ello. La iluminación no es un logro, es comprender que no hay nada que alcanzar, ningún sitio al que ir. Ya estás ahí, nunca te has alejado. No puedes alejarte de ello.

Así que lo primero es que no hay que pensar en la iluminación como en un objetivo, porque no lo es. No es un objetivo, no es algo que se pueda desear. Y si la deseas no la lograrás. Al desear mil y una cosas vas comprendiendo, poco a poco, que todo deseo es fútil. Todo deseo te hace aterrizar en la frustración, todo deseo te arroja una y otra vez en una fosa.

Así ha venido sucediendo desde hace millones de años, pero a pesar de ello empiezas a albergar esperanzas, vuelves a creer que este nuevo deseo que surge, que brota en ti, tal vez te lleve al paraíso. Que te proporcionará todo lo que anhelas, que te colmará. La esperanza surge una y otra vez.

La iluminación sucede cuando desaparece toda esperanza. La iluminación es la desaparición de la esperanza.

No te perturbes cuando digo que la iluminación es un estado de desesperanza, porque no es algo negativo. La esperanza deja de surgir, no se crean más deseos. El futuro desaparece. Cuando no hay deseo, no existe necesidad de futuro. La tela del futuro es necesaria para el deseo. Pintas tus deseos en la tela del futuro, cuando en realidad no hay nada que pintar. ¿Para qué debes ir cargando con la tela? Abandónala. ¿Para qué cargar con pinceles y pinturas cuando no hay nada que pintar? Todo eso proviene del pasado. La tela proviene del futuro, y el color, los pinceles, la técnica y todo lo demás, proviene del pasado. Cuando no hay que pintar nada, uno se deshace de la tela, del pincel y de los colores. Y de repente está aquí y ahora.

Osho