martes, 20 de agosto de 2013

Para reflexionar...


Pese a que se graduó con honores en la universidad, Osho le "hizo la guerra" a muchos de sus profesores... aquí una anécdota de su juventud narrada por el mismo, en una conversación con amigos y discípulos...
"Escuchando a los pájaros he recordado... Justo fuera de mi clase, en la universidad, había unos hermosos árboles de mango. Y los cuclillos hacen sus nidos en los árboles de mango. Éste que está llamando ahora es el cuclillo y no hay nada más dulce que el canto de un cuclillo.
Solía sentarme junto a la ventana mirando los pájaros y los árboles, y mi profesor estaba muy enfadado. Me dijo:

-Tienes que mirar la pizarra.

-Es mi vida y tengo todo el derecho de escoger dónde quiero mirar -dije yo-. Afuera es tan bonito: los pájaros cantando, las flores, los árboles y el sol pasando a través de los árboles, no creo que tu pizarra pueda competir.
Estaba tan enfadado que me dijo:
-Si no estás dispuesto a mirar la pizarra, vete fuera y quédate junto a la ventana, porque yo te estoy enseñando matemáticas y tú mientras estás mirando los árboles y los pájaros.
-Esto que me estás dando es un gran premio, no un castigo -le dije. Y me despedí de él.
-¿Qué quieres decir? -me preguntó.
-No volveré a entrar -le dije-. Me quedaré todos los días fuera junto a la ventana.
-Debes de estar loco -me dijo, Se lo contaré a tu padre, a tu familia: <Os estáis gastando el dinero en él, y él se queda fuera.»
-Puedes hacer lo que quieras -le dije-. Sé cómo arreglármelas con mi padre. Y él sabe perfectamente bien que si he decidido quedarme fuera, nada puede cambiarlo.
El director solía verme todos los días junto a la ventana cuando venía a hacer la ronda. Se quedaba perplejo al verme allí cada día. El tercer o cuarto día se acercó y me dijo:
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué sigues aquí de pie?
-He sido premiado -le dije.

-¿Premiado? ¿Por qué? -me dijo.

-Quédate a mi lado y escucha el canto de los pájaros -le dije Y la belleza de los árboles... Crees que mirar la pizarra y al estúpido profesor.... porque sólo los estúpidos se hacen profesores; no pueden encontrar ningún otro empleo. Casi todos son graduados de tercera categoría. Por eso ni quiero mirar al profesor ni quiero mirar la pizarra. Y en lo que concierne a las matemáticas, no necesitas preocuparte, me las arreglaré. Pero no puedo perderme esta belleza.
Se quedó a mi lado y dijo:
-De verdad es hermoso. He sido el director de esta escuela durante veinte años pero nunca he venido aquí. Estoy de acuerdo contigo en que esto es un premio. En lo que se refiere a las matemáticas, soy doctor en ciencias matemáticas. Puedes venir a mi casa cuando quieras y te enseñaré matemáticas, pero sigue quedándote fuera.
Así que conseguí un profesor mejor, el director de la escuela, que era mejor matemático. Y mi profesor de matemáticas estaba muy asombrado. Se creyó que me iba a cansar después de unos días, pero transcurrió todo un mes. Entonces salió, y dijo:
-Lo siento, porque me duele durante toda la clase haberte obligado a estar ahí de pie. Y no has hecho nada malo. Te puedes sentar dentro y mirar donde quieras.
-Ahora es demasiado tarde -le dije.

-¿Qué quieres decir? -preguntó.
-Quiero decir que disfruto estando en el exterior -le contesté Sentado tras la ventana sólo se puede ver una pequeña porción de árboles y de pájaros; aquí están a mi disposición los miles de árboles de mango. Y en cuanto a las matemáticas, el director mismo me está enseñando; todas las tardes le voy a ver.
-¿Qué? -exclamó.
-Sí -le dije-, porque estuvo de acuerdo conmigo en que esto era un premio.
Se fue directamente al director y le dijo:
-Esto no está bien. Yo le he castigado y tú le estás animando.
-Olvídate de premios y de castigos -le dijo el director-, tú también deberías mirar afuera de vez en cuando. Ahora no puedo esperar; de lo contrario solía ir a hacer la ronda de una forma rutinaria, pero ahora no puedo esperar. Lo primero que tengo que hacer es ir a hacer la ronda y quedarme con ese chico y mirar los árboles. Por primera vez he aprendido que hay cosas mejores que las matemáticas, el sonido de los pájaros, las flores, el verdor de los árboles, los rayos de sol pasando entre los árboles, el viento cuando sopla cantando su canción a través de los árboles. De vez en cuando tú también deberías ir a acompañarlo.
Él regresó muy apenado y me dijo:
-El director me ha contado lo que ha sucedido, ¿qué debo hacer? -me preguntó-. ¿Debería salir con toda la clase?
-Eso sería fantástico -le dije-. Nos podemos sentar debajo de esos árboles, y tú nos puedes enseñar matemáticas. Pero no voy a entrar en la clase, incluso si me suspendes, cosa que no podrás, porque ahora sé más matemáticas que ningún otro alumno de la clase. Y tengo un mejor profesor. Tú eres licenciado en ciencias de tercera clase y él es doctor en ciencias, primera medalla de oro.
Durante unos días se lo pensó y una mañana, cuando llegue allí, vi a toda la clase sentada bajo los árboles. Le dije:
-Tu corazón todavía está vivo; las matemáticas no lo han matado".

Osho - "El Libro del Niño".
Gracias Any, por permitirme compartir...