jueves, 30 de enero de 2014

¿Qué significa el amor?

El amor es energía que brota del alma. Necesidad de expresión del universo a través de sus criaturas. Cuando es procesado por la mente adquiere matices realmente diferentes.
El amor no necesita procesarse ni tampoco exponerse a especulaciones racionalistas ni de intereses egoístas.
El amor no impone amarse a uno mismo antes que a los demás.
El amor es la entrega y la satisfacción de brindar un poder del corazón.
El amor es un continuo dar sin esperar una respuesta o una retribución.
Es la espera en silencio de días y noches en la seguridad que llegará.
El amor nos hace crecer aún en los peores momentos, es nuestro maestro del espíritu y el que califica nuestra existencia a medida que damos pasos en la tierra.
Nos ayuda a comunicarnos desde lo mejor que tenemos, desde lo más puro.
Pero nunca pide, ni exige, ni condena.
Se ama tan sólo por el hecho de amar y se despide a pesar de tanto dolor en cualquier momento. Allí hay sabiduría. ¿quien puede decir adiós después de haber amado y no sentirse partido en dos?, tan solo aquella persona que ha sabido amar sin pretensiones mezquinas. El que ha encontrado que después de tanto amar ha guardado para si tan solo el recuerdo eterno de un amor que supo brindar lo mejor que tenia.
Se ama porque el amor forma parte de la energía aglutinante del infinito y porque es una necesidad del alma que quiere expresarse para no morir y porque es parte activa de la expansión y el brillo de Dios

Anónimo

jueves, 23 de enero de 2014

10 Secretos para el Éxito y la Paz Interior por el Dr. Wayne Dyer

El Segundo Secreto
No Te Mueras Sin Haber Sacado Afuera Tu Música

El mundo en el que vives es un sistema inteligente, en el que cada parte se mueve de manera coordinada con todas las demás partículas en movimiento. Hay una fuerza universal que apoya y orquesta todo. Todo funciona de manera conjunta en perfecta armonía. Tú eres una de esas partículas en movimiento. Viniste en el cuerpo que habitas en el momento exacto. Tu cuerpo se irá de aquí con la misma precisión. Eres una pieza esencial de este complejo sistema. Y aquí estás, en este sistema inteligente que no tiene principio ni fin, en el que cada galaxia se mueve en armonía con todas las demás. ¡Debe existir una razón para que hayas aparecido!

Kahlil Gibran dijo, “Al nacer, ya llevas tu trabajo en tu corazón”. Así pues, ¿cuál es tu trabajo? ¿Cuál es tu propósito? ¿Lo estás viviendo de la manera en que tu corazón te insta a que lo hagas?

Escuchar a Tu Corazón
Tómate un momento ahora mismo y apunta con tu dedo hacia ti. Tu dedo está apuntando directamente hacia tu corazón. No a tu cerebro, sino a tu corazón. Esto es lo que tú eres. El constante latido de tu corazón, hacia adentro y hacia afuera, hacia afuera y hacia adentro, es un símbolo de tu conexión infinita con el latido omnipresente de Dios, la Inteligencia Universal. Tu cerebro izquierdo calcula, soluciona cosas, analiza y te conduce a tomar las elecciones más lógicas para ti. ¡Él piensa, piensa y piensa! Tu cerebro derecho representa tu lado intuitivo. Es la parte de ti que va más allá de la razón y del análisis. Es esa parte de ti que siente cosas, que es sensible al amor, la que se emociona con lo que es importante para ti. Tu cerebro derecho es el que nos permite emocionarnos hasta las lágrimas cuando tomas a tus hijos en brazos, o el que se baña en la belleza de un día glorioso. Tu cerebro izquierdo puede analizarlo, mientras que tu cerebro derecho te permite sentirlo.

Elige una situación y pregúntate qué es más importante para ti, si lo que sabes o lo que sientes. Por lo general, dependerá de la situación y de las circunstancias en las que estés decidir de qué te ocuparás primero. Tu inteligencia puede resolver exactamente cómo debes proceder cuando las cosas estén colapsando en una relación, o cuando tengas un impulso súbito, pero también hay otras veces en las que lo que sientes se impone a lo que sabes: cuando estás asustado o tienes miedo o te sientes solo; pero, por otra parte, si te sientes conmovido, enamorado y extasiado, esas serán las fuerzas que dominen el modo en el que actuarás. A veces está bien usar tu cerebro derecho. Tu cerebro derecho siempre te guiará apasionadamente hacia tu propósito.

Escuchar a Tu Cerebro Derecho
Hay una presencia intuitiva invisible que siempre te acompaña. Yo me imagino esta presencia como una criaturita en pañales que se sienta sobre tu hombro derecho y te avisa cuando pierdes el sentido de tu propósito. Este pequeño compañero es tu propia muerte, que te mete prisa para que pongas en marcha aquello para lo que viniste aquí, porque tienes contados los días para conseguirlo, y cuando este viaje termine, tu cuerpo se marchará. Tu compañero invisible te pinchará cuando pases otro día más haciendo algo que no sea parte de tu pasión en la vida y que te haya sido dictado cualquier otra persona.

Cuando te salgas de tu propósito, siempre lo sabrás gracias a que tus pensamientos se dirigirán hacia esa frustración tuya. Puede que no siempre actúes con arreglo a este saber, posiblemente porque tu cerebro izquierdo no reúna la valentía suficiente para apostar por lo que tu cerebro derecho sabe que es tu destino. Tu intuitiva voz interior sigue presionándote para que toques la música que escuchas, para que no te mueras con ella adentro. Pero tu cerebro izquierdo dice: “Un momento. Sé cuidadoso, no te arriesgues, podrías fracasar, podrías decepcionar a todos los que tienen un punto de vista diferente acerca de lo que deberías estar haciendo”. Entonces, el compañero invisible de tu cerebro derecho (tu muerte) te hablará aún más alto. El volumen irá subiendo, intentando obligarte a que sigas tu sueño.

Hasta que, al final, escuchar exclusivamente a tu cerebro izquierdo te convierta en un impostor, o en algo aún peor, en un autómata que se levanta cada mañana con el rebaño para trabajar en lo que le da dinero y que paga sus facturas, para regresar después a casa y seguir haciendo lo mismo al día siguiente, y así una y otra vez, con la misma canción implícita, de sobras conocida. Entre tanto, la música que hay en tu interior se irá marchitando hasta que llegue al punto de ser inaudible. Pero tu permanente e invisible compañero siempre escuchará la música y seguirá dándote golpecitos en el hombro.

Este esfuerzo por llamar tu atención puede tomar la forma de una úlcera, o de un fuego que queme tu resistencia, o que te despidan de un trabajo serio, o que tengas cualquier accidente que te haga doblar la rodilla. Generalmente, esos accidentes, enfermedades y formas de mala suerte terminan por atraer tu atención. Pero no siempre. Algunas personas terminan comoIvan Ilyich, el personaje de Tolstoy que se angustiaba en su lecho de muerte diciendo: “¿Y qué pasa ahora si toda mi vida he estado equivocado?” Debo decir que es una escena escalofriante.

No tienes porqué elegir ese destino. Escucha a tu compañero invisible, expresa la música que oyes e ignora lo que cualquiera de las personas que te rodee piense que deberías estar haciendo. Como expresó Thoreau: “Si un hombre no está en paz con sus compañeros, quizás sea porque escucha un tambor diferente. Dejen que baile al compás de la música que escuche, esté o no afinada”.

Prepárate para aceptar que los demás puedan decir que los has traicionado; pero no habrás traicionado a tu música, a tu propósito. Escucha tu música, y haz lo que sabes que tienes que hacer para sentirte entero, para sentirte completo, y para sentir que estás cumpliendo con tu destino. No tendrás paz si no dejas que esa música salga y suene. Deja que el mundo sepa porqué estás aquí, y hazlo con pasión.

Apasionarse Supone Arriesgarse
Puede que al final vivas una vida cómoda aunque no sigas tus instintos. Pagas tus facturas, cumples con todos los formalismos, y vives una vida de producción y de cumplimientos de acuerdo al manual. Pero ese manual lo escribió otro. Percibes al pequeño que te dice: “Puede que esto parezca lo correcto, pero ¿se siente bien? ¿Estás haciendo lo que viniste a hacer aquí?” Para muchas personas, la respuesta es: “¿Cómo sabré cuál es mi heroica misión?”

Encontrarás tu pasión en lo que más te inspire. Y ¿qué significa la palabra “inspirar”? Deriva de las palabras “en espíritu”. Cuando estás inspirado, nunca te preguntas acerca de tu propósito. Lo estás viviendo. Para una de mis hijas, se trata de leer cosas acerca de caballos y andar en los establos. Está en el cielo sobre un caballo, o aunque sólo sea limpiando un cobertizo lleno de estiércol. Otra hija mía solo se inspira cuando está cantando, tocando o escribiendo música. Se siente así desde que tenía dos años. Para otra, lo que la hace sentirse alguien con propósito es su trabajo artístico y de diseño. Y para otra, es diseñar páginas de internet y crear programas informáticos para otros. Para mí, es escribir, hablar y producir cosas que ayuden a la gente a tener confianza en sí mismos. Esta ha sido siempre mi pasión, desde que era muy jovencito.

¿Cuál es tu pasión? ¿Qué hace agitarse a tu alma y te hace sentirte en completa armonía con aquello para lo que principalmente viniste? Ten esto por seguro: sea lo que sea, puedes construir tu vida haciéndolo y, simultáneamente, proporcionando a otros un servicio. Te lo garantizo.

La única cosa que puede apartarte de interpretar la música de tu corazón y de marchar al compás único que sientas dentro de ti es el miedo. Según “Un Curso de Milagros”, sólo hay dos emociones básicas: una es el miedo, la otra es el amor. Tal vez temas la desaprobación de los demás. Arriésgate y descubrirás que se recibe más aprobación cuando no la buscas que cuando la buscas. Tal vez sientas temor a lo desconocido. Arriésgate igual. Busca la respuesta, pregúntate: “¿Qué es lo peor que puede pasar si esto no funciona?” La verdad es que es algo superable. No vas a ser condenado a muerte ni torturado si algo sale mal Tal vez tengas miedo al éxito. Tal vez hayas sido inducido a pensar que no eres adecuado o que eres un ser limitado. La única manera de enfrentar esas ridiculeces es perseguir aquello por lo que viniste aquí y dejar que el éxito te atrape, como de seguro lo hará. O tal vez sientas temor al mayor de los fracasos: tal vez temas al fracaso.

El Mito del Fracaso
Puede que esto te tome de sorpresa, pero el fracaso es una ilusión. Nadie fracasa en nada. Todo lo que haces produce un resultado. Si estás intentando aprender a atrapar una pelota y alguien te la tira y se te cae, no es que hayas fallado. Sencillamente, se ha producido un resultado. La pregunta real es qué hacer con los resultados que produces. ¿Te vas llorando por haber fallado atrapando la pelota, o dices “Tírame otra” hasta que terminas por atraparlas? El fracaso es un juicio. No es más que una opinión. Procede de tus miedos, que pueden ser eliminados con amor. Amor por ti mismo. Amor por lo que haces. Amor por los demás. Amor por tu planeta. Cuando tienes amor dentro de ti, el miedo no puede sobrevivir. Reflexiona acerca del mensaje que hay en esta antigua sabiduría: “El miedo llamó a la puerta. El amor contestó, y no había nadie”.

Esa música que oyes en tu interior, urgiéndote a que asumas riesgos y persigas tus sueños es tu conexión intuitiva con el propósito que hay en tu corazón desde que naciste. Sé entusiasta en todo lo que hagas. Ten esa pasión, sabiendo que la palabra “entusiasmo” significa literalmente “El Dios (enthos) interior (iasm)”. La pasión que sientes es Dios dentro de ti, que está picoteándote para que te arriesgues y seas la persona que eres.

Me he dado cuenta de que los riesgos que se perciben no son para nada tales riesgos, una vez que transciendes tus miedos y dejas que entren en ti el amor y el respeto por ti mismo. Cuando produces un resultado del que los demás se ríen, a ti también te da la risa. Cuando te respetas a ti mismo, tropezar te permite reírte de ti mismo como tropezador ocasional. Cuando te amas y te respetas a ti mismo, la desaprobación de alguien no es nada que haya que temer o evitar. El poeta Rudyard Kipling declaró: “Si puedes alcanzar el triunfo y el desastre, y tratas a esos dos impostores por igual… Tuyo son el corazón y todo lo que hay en él”. La palabra clave aquí es “impostores”. No son reales. Sólo existen en la imaginación de la gente.

Sigue a tu cerebro derecho, escuchando cómo te sientes e interpretando tu propio y exclusivo estilo musical. No tienes que temer a nada ni a nadie, y no volverás a sentir jamás ese terror a estar yaciendo algún día en tu lecho de muerte diciendo: “¿Y qué pasa ahora si toda mi vida he estado equivocado?”. El compañero invisible que está sobre tu hombro derecho te va a pinchar cada vez que te estés apartando de tu propósito. Te va a obligar a que tomes conciencia de tu música. Así que escúchalo, y no te mueras sin haber sacado afuera tu música.

Dr. Wayne Dyer

viernes, 10 de enero de 2014

La mejor protección: El Aura

Los hombres han sabido confeccionar diversos aparatos para protegerse y defenderse en el plano físico: mira los cofres, los cerrojos, las puertas blindadas, las alarmas, sin hablar de las armas : cañones, tanques, cohetes, mísiles, etc. . . Pero en el plano espiritual son pobres, están desprovistos, expuestos a todas las agresiones. Y, sin embargo, existen medios y armas de todas clases. Todo lo que ha sido inventado en el plano físico tiene su equivalente en el plano espiritual. Los vestidos, por ejemplo, que nos protegen del frío, del calor, de los golpes, de la intemperie, de los insectos, están, en el plano espiritual, representados por el aura, que es una de las mejores protecciones.

El verdadero vestido del hombre es su aura, con todos los colores que representan sus cualidades y sus virtudes. Sí, el aura es el vestido espiritual que tejen las virtudes, y particularmente la pureza y la luz internas. En ese momento, las energías sucias, que no tienen por qué acercarse, puesto que no encuentran alimento para ellas y no soportan la luz, te abandonan. El aura tiene un papel mágico, actúa sobre los espíritus del mundo invisible, atrayendo a las entidades luminosas y repeliendo a las entidades oscuras. Piensa en formar cada día, a tu alrededor, un círculo de luz, e imagina en el centro de ese círculo una fuente luminosa que brota sin cesar y cuyas ondas benéficas se difunden sobre nosotros y a nuestro alrededor.

Omraam M. Aivanhov.


jueves, 9 de enero de 2014

El ensueño valiente


Somos lo que pensamos.
Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos.
Con ellos creamos el mundo.
Buda.

Tanto si nos damos cuenta como si no, todos estamos creando el mundo soñándolo. En lo que estamos metidos no es en el acto de soñar con el que tan familiarizados nos encontramos, sino más bien en un tipo de ensoñación que hacemos con los ojos abiertos. Cuando no somos conscientes de que compartimos el poder de cocrear la realidad con el propio universo, ese poder se nos escapa y hace que nuestro sueño se convierta en una pesadilla. Entonces empezamos a sentir que somos las víctimas de una desconocida y espantosa creación que somos incapaces de influenciar, y los sucesos parecen controlarnos y atraparnos.

El único modo de acabar con esa terrible realidad es despertar al hecho de que eso también es un sueño… y entonces reconocer nuestra capacidad de escribir una historia mejor, una en la que el universo trabajará con nosotros para manifestarla.

La naturaleza del cosmos es tal que sea cual sea la visión que tengas de ti mismo el mundo, la hará realidad. Tan pronto como despiertes el poder que tienes, empezarás a ejercitar los músculos de tu coraje. Entonces podrás soñar con valentía: desprendiéndote de tus creencias restrictivas y superando tus miedos. Podrás comenzar a confrontar un sueño verdaderamente original que germinará en tu alma y dará frutos en tu vida.

El sueño valiente te permite crear, desde el origen, la sopa cuántica del universo, donde todo existe en un estado latente o potencial. Los físicos entienden que en el mundo cuántico nada es «real» hasta que es observado. Los definidos paquetes de energía conocidos como «cuantos» (compuestos de partículas de materia y de luz) no están ni «aquí» ni «allí»; en cierto sentido, están en todas partes del espacio/tiempo hasta que tú o yo decidimos prestarles atención. Cuando lo hacemos, los sacamos de la red de infinitas posibilidades y los hacemos precipitar en un suceso en el tiempo y el espacio. A esos cuantos de energía les gusta conectarse los unos a los otros una vez han seleccionado una forma particular de manifestación. En cuanto se manifiestan, la realidad se vuelve fija: nuestra realidad está «aquí» en lugar de, posiblemente, en cualquier otro sitio. Pero los sucesos cuánticos no tienen lugar sólo en el laboratorio. También ocurren dentro de nuestro cerebro, en esta página y en cualquier sitio a nuestro alrededor. Incluso si están separados por millones de kilómetros, o por días o semanas, esos cuantos de energía permanecen estrechamente conectados; por consiguiente, si interactúas con uno, afectas al sistema entero del que esa energía es parte. Cuando accedes a cualquier parte del sueño, la gran matriz de la creación, puedes cambiar la realidad y alterar todo el sueño, y sus efectos se expandirán hacia el pasado e influirán en el futuro.

Alberto Villoldo.
Del libro: "Soñar con valentìa".

La imagen es: Circle of life de Frank Howell.

domingo, 5 de enero de 2014

¡Atrévete a ser tu mismo!

El único propósito de la vida en este plano es el de aprender a ser felices. El recorrido hasta lograr la maestría puede ser muy largo y lleno de obstáculos, si permaneces enfocado en metas externas. O puede ser un trayecto corto y agradable, si te atreves a ser tú mismo, aceptando y valorando ese instrumento, que es tu cuerpo, y la función que en la sociedad humana tenga que desempeñar.

Cada ser que nace en la Tierra es una ficha única, de ese rompecabezas enorme que significa la totalidad. Esa ficha es útil, cuando su forma no ha sido distorsionada y encaja bien en el sitio que le corresponde. La forma corporal y la actividad por cumplir también guardan una correlación mágica: si traes, como aprendizaje, realizar oficios que requieran resistencia y fuerza bruta, es claro que tu cuerpo no podrá ser delicado y fino como el de un poeta, ni tampoco te distinguirás por la fragilidad etérea que caracteriza una bailarina de ballet.

Todos los seres humanos son bellos, porque expresan la variedad y multiplicidad con la que se viste la vida. Tú, como mujer, puedes ser gorda, delgada, alta, bajita, negra, cobriza, o rubia; puedes tener rasgos agudos, o una cara plana de luna llena. ¡Y siempre estarás bien! Es correcto que tu cuerpo cambie con las estaciones, porque cada edad tiene un diseño propio, de acuerdo a los roles que tiene que asumir: la espigada señorita casadera, la madre de suaves formas redondeadas, o la abuela de apariencia venerable.

Un sistema de educación equivocado, y la insistente lavada de cerebro para promover el consumismo, han provocado el que la gran mayoría de los individuos quieran ser distintos de lo que son, y se esfuercen por estar en el sitio que no les corresponde. Hay que advertir que quienes así han sido condicionados, están destinados a reciclar luchas y desencantos. Ellos proyectan la felicidad hacia el futuro, lo que es garantía de su ausencia en el ahora.


Las modas imponen un modelo, y el rebaño obediente lo acata. Hemos llegado hasta el extremo de rechazar de “lo que es”, para dar prioridad a lo que “debería ser”. ¿Eres mujer? Para la sociedad solo eres aceptable si el tiempo y la experiencia no se notan en tu cara, y si tu figura coincide con el prototipo de “la muñeca Barbie”. Ella representa la forma humana inerte, sin corazón, y con aserrín a cambio de cerebro. ¡Y pensar que para lucir así, muchas se someten a moldear su cuerpo con la cuchilla del cirujano plástico!

Es enorme el sufrimiento que experimenta el ser humano porque no se acepta a sí mismo. Pero esta actitud aprendida nace de la perversión de un sistema que inculca el irrespeto por la vida. No te dejes engañar, la verdad es que tú nunca podrás coincidir con ningún molde que no esté hecho a tu medida. Además, cuando te empeñas en ser, o en hacer, aquello que no te corresponde, vas directo a sumar fracasos y añadir más bloqueos a tu ya desequilibrada hoja de vida.

Entonces, no te extrañe que el primer paso hacia la felicidad consista en aceptar tu cuerpo físico tal como es. Aprende poco a poco a valorarlo, porque es la única presencia con la que puedes contar “hasta que la muerte los separe”. Comprende que la verdadera belleza no depende del tipo de nariz que exhiba el rostro. Belleza es un estado de equilibrio interno, que se manifiesta externamente como un estado permanente de salud y de armonía.

Tu envoltura física cumple con expresar fielmente aquello que tú eres en los mundos sutiles. Recuerda: “como es adentro es afuera”. Tu figura es moldeada por las actitudes internas: tus pensamientos, y emociones, tus palabras y acciones se vuelven carne y sangre. ¡Observa! Tu vida puede volverse fascinante si estás atento a la acción y reacción: eres la combustión continua de mente, y emociones que se transforman en materia.

Impresas en tu cuerpo llevas las huellas de lo que ya viviste, y las promesas de lo que está por venir. La ley de “Causa y Efecto” rige en cada instante. Por ello, si persistes en dejarte robar la paz por inútiles tormentas emocionales que no aportan soluciones, el precio que tendrás que pagar será muy alto: se alterará tu postura, lo que acarreará dolores; y nuevas arrugas en tu cara delatarán cada tropiezo. ¿Deseas retrasar el envejecimiento? Ningún ingrediente puede ser tan efectivo como estar en paz contigo mismo, y proyectar esa paz a quienes te rodean.

Hortensia Galvis