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lunes, 22 de julio de 2013

Síndrome de los veintitantos

Le llaman ‘la crisis del cuarto de vida’.
Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño
que hace unos años.
Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos
y coordinar horarios por diferentes cuestiones:
trabajo, estudios, pareja, etc…
Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa
para charlar un rato.
Las multitudes ya no son ‘tan divertidas’…
hasta a veces te incomodan.
Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos,
de socializar con la misma gente de forma constante.
Pero te empiezas a dar cuenta
que mientras algunos eran verdaderos amigos
otros no eran tan especiales después de todo.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que,
a lo mejor,
esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores
personas que has conocido
y que la gente con las que has perdido contacto
resultan ser amigos de los más importantes para ti.
Ríes con más ganas,
pero lloras con menos lágrimas,
y con más dolor.
Te rompen el corazón
y te preguntas como esa persona que amaste tanto
te pudo hacer tanto mal.
O quizás te acuestes por las noches
y te preguntes por qué
no puedes encontrar a alguien lo suficientemente interesante
como para querer conocerlo mejor.
Pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios
y algunos empiezan a casarse.
Quizás tú también amas realmente a alguien,
pero simplemente no estás seguro si te sientes preparado
para comprometerte por el resto de tu vida.
Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos,
y emborracharte y actuar como un idiota
empieza a parecerte verdaderamente estúpido.
Salir tres veces por fin de semana resulta agotador
y significa mucho dinero para tu sueldo.
Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca
de lo que pensabas que estarías haciendo.
O quizás estés buscando algún trabajo
y piensas que tienes que comenzar desde abajo
y te da un poco de miedo.
Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo,
sobre lo que quieres y lo que no.
Tus opiniones se vuelven más fuertes.
Ves lo que los demás están haciendo
y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual
porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida
y adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable
y de lo que no lo es.
A veces te sientes genial e invencible,
y otras…solo,con miedo y confundido.
De repente tratas de aferrarte al pasado,
pero te das cuentade que el pasado
cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.
Te preocupas por el futuro,
préstamos, dinero…
y por hacer una vida para ti.
Y mientras ganar la carrera sería grandioso,
ahora tan solo quisieras estar compitiendo en ella.
Lo que puede que no te des cuenta es que todos los que estamos leyendo esto
nos identificamos con ello.
Todos nosotros tenemos “veintitantos”
y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces.
Parece ser un lugar inestable,
un camino en tránsito,
un desbarajuste en la cabeza…
pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas
y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos…
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro.
Parece que fue ayer que teníamos 16…

¿¡Entonces mañana tendremos 30!? ¿¿¡Así de rápido!??

HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO… QUE NO SE NOS PASE!

Fernando Ternero Alvarez-Ossorio


miércoles, 2 de enero de 2013

Amistad

Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un enorme árbol, cayó un rayo y los tres murieron fulminados.
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales; a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición...
La carretera era muy larga, colina arriba, el sol era muy fuerte, estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un portal magnífico, todo de mármol,
que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde manaba un agua cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada.
-Buenos días. -Buenos días -respondió el guardián.
-¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
-Esto es el Cielo.
-Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos
-Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.
Y el guardián señaló la fuente.
-Pero mi caballo y mi perro también tienen sed...
-Lo siento mucho - dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo; dio las gracias al guardián y siguió adelante.
Después de caminar un buen rato cuesta arriba, exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles.
A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero, posiblemente dormía.
-Buenos días - dijo el caminante. El hombre respondió con un gesto con la cabeza.
-Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo.
-Hay una fuente entre aquellas rocas - dijo el hombre, indicando el lugar - Podéis beber tanta agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
-Podéis volver siempre que queráis - Le respondió-
-A propósito ¿Cómo se llama este lugar? -Cielo.
-¿El Cielo? ¿Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
-Aquello no era el Cielo, era el Infierno.
El caminante quedó perplejo. -¡Deberías prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe de provocar grandes confusiones!
-¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, Porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos...
Somos lo que hacemos día a día.
De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito.

Paulo Coehlo


domingo, 23 de diciembre de 2012

Ama con amor de amistad.


El amor busca el bien de la persona amada. El amor es capaz de trabajar 'sólo' y sin correspondencia, pero lo más grande en este mundo es cuando dos amores se encuentran. Entonces se crea la amistad: un amor que va y viene en las dos direcciones.

Con una precisión admirable, Santo Tomás define el amor de amistad como el ser amigo de un amigo. Es un puente que se construye contemporáneamente desde las dos riberas: cada amigo está permanentemente haciendo saber al otro su amistad, evitando todo lo que le molesta y buscando lo que agrada. Entre los esposos tienen que verificarse esta definición: se amigo del amigo. Un amor así sabrá superar las dificultades que se presenten en la vida ordinaria y 
evitará que se formen 'goteras'. Preguntaos qué haría un amor de amistad en las siguientes situaciones, situaciones que algunas parejas han descrito como gotas que derramaron el vaso.

* Hubo problemas porque no quiso irse temprano de una fiesta a pesar de que yo me encontraba muy mal.

* Todos lo domingos, por una razón u otra, mi esposa se levanta tarde y no está lista hasta la 1.00 p.m. La última vez me dejó sin desayunar y esto me puso de pésimo humor.

* Todo el tiempo me recrimina que trabajo demasiado y es muy molesto luchar por el bienestar familiar y que te estén recriminando tu labor de forjar un futuro para los que vienen detrás.

* Un marido decide cambiar de empresa y de ciudad sin consultar a la esposa. Ella explota.

* Me entero por terceras personas de sus cambios de planes.

Un secreto para hacer crecer extraordinariamente la amistad es hacer algunas cosas en común. Por algo se ha dicho que el amor no es mirarse uno al otro a los ojos sino mirar juntos en una misma dirección. Para que sea así, es fundamental establecer juntos unos objetivos claros y motivadores, que den siempre la energía necesaria para superar las dificultades del camino. El primer objetivo es el bien de los mismos esposos. Pero el amor es difusivo por su propia

naturaleza y, por eso, se va expandiendo a otros objetivos como los hijos, la comunidad, la Iglesia, los pobres, etc. La amistad de los esposos es una amistad abierta y no cerrada sobre sí mismos. Así, la vida de la pareja es una creación continua: un arte que cultivar, una ciencia que estudiar y una capacidad que desarrollar. El amor de los esposos es un amor de amistad: una atención contínua en dos direcciones.


Fuente: Oasis

viernes, 30 de noviembre de 2012

Amigabilidad, la clase más pura de amor


La amistad ha sido uno de los temas más ignorados por la mayoría de los filósofos, tal vez damos por sentado que entendemos lo que significa, de ahí que hemos permanecido ignorantes de su profundidad... de sus posibilidades de crecimiento... de sus diferentes matices y diferentes significados.

Lo más importante es recordar esto: uno necesita amigos porque somos incapaces de estar solos. Y en tanto que uno necesite amigos no puede ser verdaderamente un amigo, porque la necesidad reduce al otro a un objeto. Sólo el hombre que es capaz de estar solo, es también capaz de ser un amigo... Pero en ese caso, no es producto de su necesidad, sino de la dicha; no surge del hambre, ni de la sed, sino la abundancia de su amor que quiere compartir.

Cuando existe una amistad así, no debe ser llamada amistad, porque ha tomado una dimensión totalmente diferente: yo la llamo "amigabilidad"... Ha ido más allá de la relación, porque todas las relaciones son de un modo u otro, obligaciones, te hacen esclavo y hacen esclavos a los otros.

La "amigabilidad" es la clase más pura de amor. No es una necesidad, no es una exigencia. Es pura abundancia, éxtasis desbordante.

Zarathustra dice: "Nuestra confianza en los demás delata lo que quisiéramos creer de nosotros mismos".

El hombre que cree en otros es un hombre que tiene miedo de creer en sí mismo. El cristiano, el hindú, el mahometano, el budista, el comunista, nadie es suficientemente valiente como para tener fe en su propio ser. Cree en otros, y cree en aquellos que creen en él. Es realmente ridículo; tu amigo te necesita, tiene miedo de su soledad... tú lo necesitas porque tienes miedo de tu soledad... Ambos tienen miedo de la soledad. ¿Piensas que por estar juntos... ¿su soledad desaparecerá? Será simplemente redoblada o quizás multiplicada, es por esto que todas las relaciones conducen a una miseria mayor, a una mayor angustia.

Nadie puede colmar tu vacío. Tienes que enfrentar tu vacío. Tienes que vivirlo, tienes que aceptarlo. Y en esta aceptación se esconde una gran revolución, una gran revelación.

Osho