Necesito expresar tu verdad, irradiar tu luz, recorrer tu camino y vivir en tu amor y tu presencia.
No me dejes cuando tiendo a desfallecer y sé mi refugio en los días de aflicción y pesadumbre.
Eres mi roca fuerte y mi esperanza. Con tu poder me sostienes y con tu Espíritu me acompañas y me confortas.
Gracias por tantos dones, por tu perdón y tu paz. Ayúdame a sacar el odio del alma y perdonar de corazón.
No permitas que me aparte de ti y dame la gracia de amarte en los demás, en especial en los que tiendo a rechazar.
A veces te siento lejano, pero nunca me abandonas y estás allí esperando que muestre la hondura de mi fe y mi esperanza.
Gracias, Señor, hoy y siempre. Sé que el sendero correcto consiste en hacer tu voluntad: amarte, amarme y amar.
Fuente: EPYA