Confucio y sus estudiantes fueron a una excursión fuera de la ciudad. Su intención era aprovechar la ocasión para entablar una conversación entre ellos acerca del Tao, estaba pensando en eso cuando uno de los estudiantes se acercó a él y le preguntó: “¿Maestro, ha estado alguna vez en Liu Liang? ¡No está lejos de aquí!”
Confucio respondió: “He oído mucho acerca de ella, pero nunca la he visto con mis ojos. Se dice que es un lugar de una gran belleza natural”
“¡Es bellísimo!”, dijo el estudiante. “Liu Liang es conocido por sus majestuosas cascadas. Está a 2 ó 3 horas de camino y el día es joven aún Maestro, si usted desea ir allá, yo estaré honrado de servir de guía”
Confucio pensó que era una espléndida idea así que, todo el grupo se dirigió a Liu Liang, caminando y platicando. Un estudiante comentó: “Yo crecí cerca de una cascada y en verano iba siempre a nadar con otros niños del lugar”.
El primer estudiante explicó: “Estas cascadas que veremos no son así, el agua viene desde muy alto, así que trae muchísima fuerza cuando cae. Definitivamente no te gustaría nadar ahí”
Confucio dijo: “Cuando el agua trae tanta fuerza no se pueden encontrar ni peces ni tortugas cerca de ella. Esto es interesante porque sabemos que el agua es su elemento natural”
Después de un rato pudieron distinguir a lo lejos, entre la bruma, a la cascada. A pesar de estar aún muy lejos, pudieron apreciar su majestuosidad, justo como el primer alumno la había descrito.
Otra hora de caminata los acercó aún más y ahora podían escuchar claramente su profundo y vibrante sonido.
Los alumnos subieron a un risco para lograr verla completa. Todos exclamaron al ver a un hombre entre los feroces remolinos del agua girando locamente en todas direcciones de la aterrorizante corriente.
“¡Rápido a la cascada!” ordenó Confucio. “El hombre debe haber caído ahí por accidente o tal vez es un suicida, de cualquier manera, si podemos, debemos salvarlo”
Se apresuraron tanto como pudieron. “Es inútil Maestro”, replicó un estudiante. “Cuando lleguemos allá, el se habrá ido tan lejos que será imposible hacer algo por él”
“Tal vez tengas razón” respondió Confucio, “sin embargo, cuando la vida de un hombre está comprometida debemos hacer todo el esfuerzo posible por ayudarlo”.
A medida que iban descendiendo iban perdiendo la imagen del hombre en la corriente. Momentos más tarde entraron en un bosque antes de poder llegar a la orilla. Una corta distancia río abajo, hacia la cascada. Ellos esperaban ver el cuerpo sin vida del hombre flotando. En vez de eso, lo vieron nadando tranquilamente lejos de la caída de la cascada con su largo cabello flotando y cantando a viva voz, evidentemente disfrutando. Todos estaban atónitos.
Cuando salió del agua, Confucio se dirigió para hablar con él:
-“Señor, pensé que era usted un ser sobrenatural, pero después de una cercana observación, veo que es una persona común y corriente, en nada es diferente a nosotros. Nos disponíamos a salvarlo, pero veo que no es necesario”.
-El hombre le respondió a Confucio: “Siento mucho si les causé una seria preocupación. Esto es solo una actividad trivial y recreativa de la cual disfruto de vez en cuando”.
-“Usted dice que es trivial pero a mí me parece increíble. ¿Cómo es posible que usted no haya sido dañado por la corriente? ¿Tiene usted algún entrenamiento especial?”
-“No, no tengo ningún entrenamiento ni nada parecido, simplemente sigo la naturaleza del agua, así es como inicié con esto, he desarrollado un hábito y lo he convertido en algo de lo que he disfrutado muchísimo a lo largo de toda mi vida”
-“¿Seguir la naturaleza del agua?, ¿Podría hablarnos de ello con más detalle?, ¿Como exactamente se puede seguir la naturaleza del agua?”
-“Bueno…no pienso mucho en ello. Si tengo que describirlo, le diré que cuando el torrente de agua se arremolina a mi cuerpo yo giro con ella. Si una fuerte corriente me lleva hacia abajo yo nado hacia abajo y así es como lo hago. Estoy muy atento en cuanto a que, llegando a la rivera, la corriente se invierte, se levanta y regresa hacia adentro. Cuando esto ocurre yo ya lo estoy anticipando así que yo también me levanto y nado por ella.”
-“¿Así que usted trabaja con la corriente y no solamente se deja llevar por ella?”
-“Es correcto, a pesar de que el agua es extremadamente fuerte, es también una amiga que he llegado a conocer a través de los años, de tal manera que, puedo sentir lo que ella desea, así que yo hago lo que percibo que ella quiere, sin tratar de manipularla o de imponerle mi voluntad.”
-“¿Cuánto tiempo le ha tomado el que todo esto sea parte de su vida?”
-“No podría decirlo, nací aquí, así que, la cascada es algo muy familiar para mí. Crecí jugando con estas poderosas corrientes, así que siempre me he sentido confortable con ella, de tal manera que el que pueda hacer esto es simplemente el resultado natural de un hábito de toda la vida. Para serle totalmente franco no entiendo porque puedo hacerlo tan bien, para mí es solamente una manera de disfrutar”.
-Confucio le agradeció y regresó con sus alumnos, el sonreía porque sabía exactamente cuál sería el tema de conversación durante el viaje de regreso a casa.
En esta historia, la majestuosidad de la cascada de Liu Liang representa la vida. La aterradora fuerza del agua, las situaciones inesperadas y las flechas inesperadas y tremendas que nos lanza la fortuna, las cuales debemos resistir.
El agua tiene muchísima fuerza contra la cual nada podemos hacer para detenerla o disminuirla. De la misma manera muchas veces nos sentimos impulsados por acontecimientos contra los cuales no podemos hacer nada. Cosas que nos suceden y que solamente nos dejan boquiabiertos como la visión de la cascada.
Muchos de nosotros intentamos sobrevivir a la cascada de la vida con muy poco éxito. Muchas veces el agua nos golpea contra las rocas y perdemos los estribos. Muchas veces intentamos luchar contra el agua pero el esfuerzo es excesivo y pronto estamos exhaustos. Luchamos en contra de las injusticias pero ninguna cantidad de ira y enojo hacen alguna diferencia.
Así que como Confucio, que atestiguó que el hombre emergió sin ningún rasguño, algunas veces vemos personas que parecen manejar la vida sin esfuerzos excesivos. Extrañamente los poderosos reveses de la fortuna no tienen en ellos el mismo efecto que en nosotros. Cuando emergen de la corriente podemos verlos sin daño ni fatiga. No solamente eso, sino hasta divertidos, ¿cómo es esto posible?
El hombre en el agua representa el sabio que ha adquirido maestría en el arte de vivir de la mejor manera. Esta maestría y las habilidades necesarias son completamente naturales para el. Van más lejos de ciertas técnicas o estrategias que podemos encontrar en los libros. Esta sabiduría está totalmente integrada a sus instintos y sus reacciones cotidianas.
Hay dos elementos importantes en la maestría de los sabios. La primera es el estar alerta. Exactamente como el hombre que seguía la naturaleza del agua, los sabios están totalmente integrados con lo que los rodea y se mueven con ello. Esto proviene de una profunda observación y concientización acerca del momento presente para entender que está sucediendo. Esto no significa “dejarse llevar” en la vivencia del Tao, lo cual sería otro de los grandes errores de interpretación del Tao.
En vez de eso, es un interés activo en todo lo que nos rodea, así como una curiosidad por los eventos que nos acontecen. Esta es la forma como él sigue a la vida, de una manera natural.
El segundo gran elemento es el involucramiento proactivo. Una vez que el sabio entiende la dirección y la velocidad de los eventos de la vida, hay que trabajar con ellos. En vez de, solamente dejarse llevar por la corriente, significa trabajar con ella. Exactamente como el hombre en la cascada ve el agua como una amiga y la llega a conocer de tal manera que percibe a donde desea ir, el sabio acepta la vida y desarrolla intuición acerca de sus tendencias e inclinaciones, en vez de luchar con el tremendo poder del agua, el sabio utiliza el mismo poder para su propio beneficio.
Algunos acontecimientos nos conducen corriente abajo. Tales eventos representan contratiempos en la vida con los cuales nos encontramos cada determinado tiempo. El sabio entendimiento del Tao nos dice que ningún acontecimiento deberá hacernos resistir a ir corriente abajo. Más tarde o más temprano llegaremos a la orilla y regresaremos otra vez. Los que logran anticipar esto, como los sabios, pueden sacar ventaja de tales movimientos, aquellos que no puedan hacerlo se perderán la
oportunidad.
¿Cómo podemos hacernos maestros de la cascada o expertos surfistas en las olas de la vida?
Chuang Tzu nos dice que primero debemos conocer la vida y familiarizarnos con sus muchas corrientes. En la medida en que nos vayamos sintiendo cómodos, debemos iniciar trabajando con ellas, mientras que permanecemos observando y sensibles a las condiciones cambiantes. Es por eso que la maestría en la vida no puede suceder por sí misma sin un involucramiento proactivo de nuestra parte.
Chuang Tzu nos dice que primero debemos conocer la vida y familiarizarnos con sus muchas corrientes. En la medida en que nos vayamos sintiendo cómodos, debemos iniciar trabajando con ellas, mientras que permanecemos observando y sensibles a las condiciones cambiantes. Es por eso que la maestría en la vida no puede suceder por sí misma sin un involucramiento proactivo de nuestra parte.
¿Cuánto tiempo nos tomará adquirir esta maestría? Chuang Tzu no puede respondernos esto porque realmente depende de cada individuo. Algunos necesitaremos la vida entera para alcanzarla.
De algo tenemos certeza, que si somos proactivos en comenzar a desarrollar los hábitos que Chuang Tzu nos surgiere, (en otras palabras, cultivar el Tao practicando diariamente), será entonces, que al igual que el hombre en la cascada, nosotros también nos encontraremos gozando de cada momento.
Enseñanzas del TAO (Analisis de autor desconocido)
Esta reflexión contiene toda la esencia de la Filosofía China; es hora de que tomemos el control de nuestra vida y no solo nos dejemos llevar por la corriente… “Tanto el Feng Shui Clásico como la Astrología China, son unas maravillosas herramientas que nos ayudaran a tener una vida plena”.
Siria Grandet
Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (4 Pilares del Destino).
Fuente: Armonizando tu vida