miércoles, 19 de diciembre de 2012

Duelo


Un hecho inevitable y donde la mayoría de las veces las personas nunca están preparadas lo suficiente para afrontar este grave suceso es la muerte, te acerco tres pasos para poder superar el duelo.
La pérdida, la persona ya no está más junto a nosotros, dejó de existir, no es simple, ya que involucra procesos que están por fuera de la conciencia, si bien una parte del yo reconoce que la persona se ha ido, otra parte sigue manteniendo la ilusión de la presencia.
Este proceso no puede cumplirse en forma inmediata, sino que se realiza “pieza por pieza”, lleva un gasto de tiempo y de energía, al mismo tiempo que se atesora la existencia del objeto perdido en lo psíquico.
¿Qué es lo que se puede observar en una persona que se encuentra atravesando un proceso de duelo?.
La persona pierde el interés y se encuentra más retraído, no tiene ganas de nada. El mundo ha perdido de su interés. Los recuerdos y las representaciones vividas junto a esa persona que ha fallecido afloran en este momento, junto con la nostalgia y el anhelo por lo que ya no está junto a él o ella.
Es en este momento cuando la persona precisa del acompañamiento de familia y amigos, muy especialmente cuando está repitiendo siempre lo mismo e idealizando a la persona que perdió.
El lazo que había con la persona se había ido formando por medio de sucesivas inscripciones y sucesivos vínculos que el sujeto fue experimentando con el tiempo, de igual forma la “des-vinculación” del objeto se irá reponiendo en forma gradual.
Una vez que el proceso de duelo ha sido ampliamente superado, las personas disponen otra vez de esa “energía” que habían depositado en la persona que ya no está. Esta energía libre podrá ser utilizada para emprender nuevos proyectos y seguir formando nuevos lazos.
Fuente: http://www.creceroperecer.com

Reforzar la Autoestima


La autoestima se consolida por medio de la mirada y la palabra de los demás, la forma de entender los hechos se encuentra teñida por nuestra historia, nuestro pasado, y también por las experiencias que se han ido sumando a lo largo de nuestra vida.
Nacemos con confianza, sin miedos, con una aptitud para realizar cualquier aprendizaje, a pesar de esto, cuando crecemos podemos recibir comentarios negativos de nosotros mismos, como: “¡Qué tonto!”, “¡¿Por qué eres tan egoísta?!”.
Estos comentarios pueden venir de los padres, en la escuela los maestros y luego de los pares en la adolescencia.
Si los comentarios de los padres son descalificadores, el niño empezará a pensar que es alguien que no tiene valor, pero si recibe palabras de aliento, sentirá que es una persona valioso y digno de amor.
Esta imagen interna es uno de los determinantes de la confianza, del éxito y de la felicidad, uno de los pilares esenciales de una autoestima excelente que les posibilitará enfrentar los desafíos básicos de la existencia.
Los niveles de autoestima no son siempre iguales, sino que sufren cambios unidos a los estados psicológicos y a las circunstancias de la vida que a diario los pone a prueba.
Una autoestima alta hará posible hacerle frente a las situaciones de la vida personal o laboral, será de gran ayuda para recuperarnos de las caídas con más rapidez y energía para volver a realizarlo con menos sufrimiento, una autoestima baja los lleva a buscar protección en lo que ya conocen y les resulta sencillo.
Se opta por permanecer en el mismo lugar, donde no se es feliz pero se encuentra muy cómodo.
¿Cómo reforzar la autoestima?.
La autoestima se fortalece si se tiene en cuenta los siguientes criterios:
Cada persona es un ser único e irrepetible. Si se llega a comprender ésta singularidad ya no se compararán con los demás.
Por medio del autoconocimiento se aprender a reconocer los talentos y a utilizarlos.
Identificaremos las distorsiones en las creencias, que nos imposibilita ir en búsqueda de un cambio.
Aprenderemos a reconocer los propios deseos y necesidades.
Cuando se incrementa la autoestima de una persona todos los resultados en la vida se fortalecen.
Fuente: http://www.creceroperecer.com

La verdad no puede ser dicha


La verdadera enseñanza no se puede enseñar; sin embargo, se le llama enseñanza. No se la puede enseñar, pero se la puede mostrar, indicar. No hay modo de hablar de ella directamente, pero hay millones de formas de señalar la de manera indirecta.

Lao Tse dice que la verdad no puede ser dicha y que, en el momento en que uno la dice, ya la ha falsificado. Las palabras, el lenguaje, la mente, son completamente incapaces. Desafía a la razón, desafía a la personalidad orientada por la razón, desafía al yo. No puede ser manipulada. Encontrar la verdad es por completo imposible para la razón.

Esto es lo primero que hay que comprender y, cuanto más profundamente lo entiendas, más posibilidades tendré de señalarla. Lo que estoy diciendo no es la verdad; no podría serlo. A través de palabras, sólo se puede crear una situación en la cual la verdad pueda ser posible. Pero de esto tampoco se puede estar seguro. Es impredecible. No se puede generar una causa para que se produzca; se produce cuando se produce. Lo único que podemos hacer es estar dispuestos a ella. Tus puertas deben estar abiertas. Cuando golpee a tu puerta, debes estar allí presente. Si estás presente, disponible, receptivo, puede producirse. Pero recuerda que, a través de las escrituras o de las palabras de los seres iluminados, no lograrás acceder a la verdad.

OSHO

Conocer Nuestras Emociones, Merece la Pena

Nuestras emociones aparecen espontáneamente y es importante aprender a reconocerlas y dejarlas fluir, sin actuar de manera compulsiva o en base solo a ellas.

Aprendemos sobre nosotros, al tomar conciencia de las emociones que sentimos y la intensidad con que las sentimos. Así también aprendemos a responder de forma saludable. De lo contrario, corremos el riesgo de que nuestras emociones nos dominen, lo que produce resultados negativos, o incluso, enfermedad.

Es posible aprender sobre nuestras emociones, 
desarrollar nuestro cociente emocional, 
pero tenemos que trabajar para ello. John Gray
Pero la aptitud emocional no se puede mejorar de la noche a la mañana, porque el cerebro emocional tarda semanas y meses en cambiar sus hábitos, no horas y días. Para llegar al punto en que un hábito nuevo reemplaza a otro se requiere cierta práctica. Los estudios clínicos realizados sobre cambios de conducta demuestran que, cuanto más tiempo pasa alguien esforzándose por cambiar, más durable será ese cambio.

Como seres humanos, sabemos que nuestra vida no es eterna. Concentrémonos en no dejarla pasar por delante de nuestros ojos sin ser el verdadero protagonista

¿Cuando quieres comenzar a trabajar?

Fuente: http://www.emocionesaludables.com