martes, 11 de septiembre de 2012

Asertividad

La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos.

Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.

El elemento básico de la asertividad consiste en atreverse a mostrar nuestros deseos de forma amable, franca, etc., pero el punto fundamental consiste en lanzarse y atreverse. Lo que se expone en esta página puede ayudarnos a mostrar lo que sentimos y deseamos, porque sabemos que lo estamos haciendo de forma adecuada, que nadie se puede ofender. Esto nos ayudará a atrevernos a hacerlo.Pero cuando la ansiedad y el miedo son demasiado grandes hasta el punto de que nos dificultan o impiden expresar nuestros deseos, hemos de plantearnos una estrategia para superarla.

Existen técnicas y reglas que aprendidas y aplicadas nos permiten ejercerla de forma eficiente. Para ello hay que prepararse a negociar y hay que cumplir las reglas que implican una negociación eficiente. Existen también técnicas simples como el banco de niebla o asentir en principio, y el disco rayado, que nos facilitan su ejercicio concreto y cotidiano.

Para poder ejercitar la asertividad tenemos que tener capacidad de negociación. En la negociación se intenta conseguir lo que se quiere con el beneplácito del otro, que lógicamente también va a tener algunos beneficios. 


La realización de una negociación comprende varias fases. La primera, es la de preparación. En ella tenemos que pensar la estrategia que tenemos que seguir en el encuentro con el otro en el que se va a plantear los problemas y se va a hacer la negociación propiamente dicha.


Fase de preparación
Para poder conseguir cualquier cosa tenemos que saber como hacerlo y para ello hay que prepararse. Ir a un encuentro sin tener una mínima guía de comportamiento, cuando, además, no somos negociadores experimentados, nos expone a no lograr para nada los objetivos que perseguimos. Por tanto hay que preparar lo que se va a decir y a hacer en la negociación cara a cara con el otro.
Dentro de la preparación habría que distinguir dos subfases. La primera de preparación personal para evitar caer en la pasividad o en la agresividad y la segunda de preparación del diálogo que vamos a plantear al otro.


Fase de preparación personal

Se trata de una fase previa, necesaria para tener muy claros los objetivos que perseguimos en el encuentro. Es lo que nos motiva a la negociación. Cuando negociamos tenemos que tener la vista puesta en nuestros objetivos. Hay algunas cosas que nos pueden distraer de ellos y hacernos fracasar. Por ejemplo, nuestra emoción. No podemos confundir la emoción con el objetivo. Nos gustaría quedar bien, pero normalmente ese no es el objetivo. Nos gustaría machacar al otro, pero así no lograremos lo que realmente queremos. Nos gustaría que el otro reconociese que tenemos razón y que él estaba equivocado, pero nos tenemos que preguntar si ese es nuestro objetivo o si así solamente conseguiremos una recompensa de tipo emocional, mientras que nuestro objetivo se pierde. No hay que olvidar la máxima: “lo que cuenta son los hechos y no las palabras”. Si nos explayamos y nos descargamos emocionalmente puede que hayamos conseguido una recompensa a corto plazo, pero la pregunta que tenemos que hacernos es si hemos conseguido nuestros objetivos.
Hay que huir de juicios de intenciones. Si juzgamos las intenciones de la otra persona y nos basamos en ellas para plantear la relación con el otro, corremos el riesgo de contestar y reaccionar a las intenciones que pensamos que tiene el otro y perdemos de vista nuestros objetivos. Así podemos llegar a ser agresivos o a ser pasivos. Si nos han hecho algo que nos ha dolido y pensamos que lo ha hecho con buenas intenciones, podemos estar tentados de dejarlo pasar y no decir nada. Si juzgamos que lo ha hecho con mala intención, vamos a atacar su “maldad” y no los hechos y seremos agresivos. En una negociación no se trata de agredir y someter al otro, aunque lo veamos como un rival. Hay que darle una salida, más o menos airosa porque si no se revolverá contra nosotros. Querer que nos reconozca lo equivocado que está y se someta completamente a nuestros deseos puede ser un objetivo emocional, que compense la humillación que hemos sentido, pero ¿es realmente nuestro objetivo? Sí tenemos que intentar entender que cosas son las pueden motivar al otro para hacer lo que nosotros queremos que haga.
Tenemos que pensar en como crear la oportunidad de la negociación. Si es algo pendiente desde hace mucho tiempo y que queremos abordar, hay que buscar al otro y plantear un tiempo y un espacio en el que se pueda dar la negociación. Es lo primero que tenemos que conseguir del otro. Sin ellos no se consigue, no es posible hacer la negociación. En muchas ocasiones no hay que buscar la oportunidad, es la propia situación en la que se genera el problema. Pero en ella nos puede ocurrir que cuando el otro se va es cuando se nos ocurre aquello teníamos que haber dicho. Recuerda: Siempre hay una segunda oportunidad aunque haya que crearla. Crear la oportunidad es buscar al otro y plantear, aunque sea por enésima vez, el tema que nos ocupa. Cualquier frase introductoria como decirle, “de lo que hablamos ayer me gustaría comentarte algo” o frases parecidas para iniciar la conversación son ayudas inestimables para crear la oportunidad.
Con los objetivos claros podemos controlar nuestra agresividad y motivarnos para dejar de ser pasivos, con la oportunidad creada y el entendimiento de lo que el otro espera podemos preparar el momento concreto de la negociación.


Preparación del diálogo

Sin perder de vista que lo importante es lo que hagamos y lo que decimos solamente puede ser una guía para que el otro sepa cuales van a ser nuestros siguientes pasos, tenemos que preparar aquello que vamos a decirle. El diálogo que tengamos con él tiene que cumplir los siguientes requisitos para ser un diálogo asertivo:

  1. Describir los hechos concretos. Se trata de poner una base firme a la negociación, en la que no pueda haber discusión. Cuando describimos hechos que han ocurrido el otro no puede negarlos y así podemos partir de ellos para discutir y hacer los planteamientos precisos. En este punto es donde más tenemos que evitar hacer los juicios de intenciones. No se trata de decir “eres un vago” sino decir, “vengo observando que te levantas desde hace ya varias semanas a la hora de comer”. Diremos me has dicho 10 veces “no sirves para nada” en lugar de “me quieres denigrar y hundir” (juicio de intenciones.)
  2. Manifestar nuestros sentimientos y pensamientos. Es decir comunicar de forma contundente y clara como nos hace sentir aquello que ha ocurrido y que juicio moral o de pensamiento nos despierta. Es el momento de decir “estoy hasta las narices de esta situación y no la soporto más”, o “me he sentido humillado y denigrado”. Hay que recordar que no se trata de que el otro lo encuentre justificado o no. Le puede parecer desproporcionado, o injusto, o... pero es lo que nosotros sentimos y tenemos derecho a hacerlo así, no aceptaremos ninguna descalificación, defenderemos nuestro derecho a sentirnos tal y como le decimos. Le estamos informando, no le pedimos que nos entienda o nos comprenda, por eso no puede descalificarnos ni aceptaremos críticas a nuestros sentimientos, emplearemos la técnica del banco de niebla combinado con el disco rayado (ver más abajo.)
  3. Pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que haga. No se trata de hablar de forma general o genérica, “quiero que seas más educado”, “quiero que me respetes” “quiero que no seas vago”; sino que hay que ser concreto y operativo: “quiero que quites los pies de mi mesa”, “quiero que cuando hablo me mires a los ojos y contestes a lo que te pregunto”, “quiero que estudies tres horas diarias”. Son conductas concretas que el otro puede entender y hacer.
  4. Especificar las consecuencias. Es decir, aquello que va a ocurrir cuando haga lo que se le ha pedido. Se le podría plantear también las consecuencias que tendrá para él no hacerlo, pero es preferible especificar lo que va a obtener de forma positiva. De otra manera lo que planteamos es un castigo y los castigos son mucho menos efectivos que los premios o refuerzos. Muchas veces se trata solamente de una forma de presentación, hay que tener en cuenta que frecuentemente algo que puede ser planteado como un castigo, si no lo hace, se puede ver  como algo positivo si lo hace. “Si no lo haces tendrás un castigo” se puede convertir en “Si lo haces evitarás que haga lo que no quiero hacer que es lo que supone un castigo para ti, que es algo que, por supuesto, yo tengo que hacer para ser consecuente con mis objetivos y los sentimientos que ya he expresado”.

Ensayo

Lo que se ha preparado, preferentemente por escrito, se tiene que ensayar hasta aprendérselo de memoria. Cuando vamos a un examen nos ponemos nerviosos y se nos olvidan muchas cosas, puede pasarnos lo mismo en este caso y por eso hay que aprendérselo de memoria.
Si la situación nos causa alguna ansiedad, es una razón más para el ensayo. Cuando nos imaginamos la situación de la negociación nos estaremos exponiendo a ella en la imaginación y al menos cuando pensemos en hablar con el otro no nos pondremos nerviosos y comenzaremos nuestra negociación en mejor posición anímica. Si nos ponemos nerviosos podemos acogernos al diálogo que hemos preparado en la seguridad de que vamos a expresar nuestros deseos de forma completa. Cuando la ansiedad es demasiado grande hasta el punto de que nos impide expresar nuestros deseos, hemos de plantearnos una estrategia para superarla. 

Ejecución

En la fase de ejecución hay que tener en cuenta algunas técnicas básicas que nos permiten llevar a cabo lo que hemos preparado. No hay que olvidar nunca que nuestros objetivos están plasmados en el diálogo que hemos preparado y que nuestra meta inmediata es decirlo. No se trata de contestar a todas las digresiones que nos hagan, no es necesario ser rápido y agudo para poder responder de forma inmediata a todo lo que nos digan. Se trata de emplear la técnica del banco de niebla, que también se llama aceptar en principio, seguida de la del disco rayado.
La forma de hacerlo es diciendo que “puede que lleves razón; pero...” (banco de niebla) lo que yo quiero decir es que.. “ y se sigue con el diálogo en el punto en el que fuimos interrumpidos o repitiéndolo desde el principio (disco rayado.) Puede parecer muy limitado y que vamos a hacer el ridículo, pero es sorprendente lo efectivo y natural que resulta. Si saca otros temas, también importantes, no perdamos de vista nuestro objetivo, tenemos que acabar con lo que ha motivado la negociación para poder seguir más tarde con lo que acaba de plantear: en ningún momento hay que perder de vista nuestro objetivo, plasmado en el diálogo preparado.
Ejemplos

PRACTICA
Situación 1:

Un amigo acaba llega a cenar, pero una hora más tarde de lo que había dicho. No ha llamado para avisar que se retrasaría. Estás irritado por la tardanza. Tienes estas alternativas:
1. CONDUCTA PASIVA. Saludarle como si tal cosa y decirle “Entra la cena está en la mesa”.
2. CONDUCTA ASERTIVA. He estado esperando durante una hora sin saber lo que pasaba (hechos). Me has puesto nervioso e irritado (sentimientos), si otra vez te retrasas avísame (conducta concreta) harás la espera más agradable (consecuencias).
3. CONDUCTA AGRESIVA. Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que te invito.
Situación 2:

Un compañero de trabajo te da constantemente su trabajo para que lo hagas. Decides terminar con esta situación. Puedes crear la situación preguntándole como lleva su trabajo o esperar a que el la cree cuando te pida otra vez a le ayudes haciéndole algo. Las alternativas podrían ser:
1. CONDUCTA PASIVA. Estoy bastante ocupado. Pero si no consigues hacerlo, te puedo ayudar.
2. CONDUCTA AGRESIVA. Olvídalo. Casi no queda tiempo para hacerlo. Me tratas como a un esclavo. Eres un desconsiderado.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Muy frecuentemente me pides que te eche una mano en el trabajo que te asignan, porque no te da tiempo o porque no sabes hacerlo (hechos). Estoy cansado de hacer, además de mi trabajo, el tuyo (sentimientos), así que intenta hacerlo tú mismo (conductas), seguro que así te costará menos la próxima vez (consecuencias).
Situación 3

Vas a un restaurante a cenar. Cuando el camarero trae lo que has pedido, te das cuenta de que la copa está sucia, con marcas de pintura de labios de otra persona. Se trata de llevarse bien con el camarero para que nos sirva bien, pero eso no es un buen servicio, podrías:
1. CONDUCTA PASIVA. No decir nada y usar la copa sucia aunque a disgusto.
2. CONDUCTA AGRESIVA. Armar un gran escándalo en el local y decir al camarero que como el servicio es asqueroso nunca volverás a ir a ese establecimiento.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Llamar al camarero y, mirándole a la cara y sonriendo, pedirle que por favor le cambie la copa.

Hechos ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Sentimientos ___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Conductas ______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Consecuencias ___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

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(Capítulo del libro del Dr. José Antonio García Higuera; Terapia Psicológica en el Tartamudeo, de Van Riper a la Terapia de Aceptación y Compromiso de Editorial Ariel Psicología)


Historia del Yoga

Los orígenes del Yoga se remontan a la prueba arqueológica más antigua encontrada, data aproximadamente del año 3000 antes de Cristo, y se trata de sellos de piedras con figuras de posiciones yóguicas pertenecientes a las civilizaciones de los Valles del Indo y Saraswati.

Las escrituras hindúes mas antiguas se encuentran entre las más antiguas del mundo y en ellas se hace referencia al Yoga. La cultura hindú y en general todo el acerbo religioso-filosófico de la India, tiene su origen en los Vedas, textos sagrados que originalmente provienen del sánscrito. Constituye todo un acopio de sabiduría en el campo del conocimiento del ser humano a nivel físico, metafísico y puramente espiritual.
Según una leyenda hindú, su aparición en la Tierra ocurrió cuando un pez (Mat-sya) presenció como el dios Shiva enseñaba a su Shakti Parvati (esposa) los ejercicios de yoga. El pez imitó a Parvati y al practicar los ejercicios se transformó en hombre.

Este conocimiento védico se conservó de generación en generación por tradición oral, mediante la recitación de su contenido en forma de aforismos. Fueron recogidos por escrito, por primera vez, hace unos cinco mil años.

Las primeras pruebas escritas se encuentran en las escrituras vedicas, de los cuatro Vedas, particularmente en el Rig-veda y en el Atharva-veda, las cuales se remontan al año 2500 antes de Cristo.

En occidente la parte más conocida de los Vedas son los Upanisads, tratados y poemas filosóficos y místicos que exploran la naturaleza del alma humana. Es en los Upanisads, la última parte de los vedas, (1500 antes de Cristo) donde se encuentra la base de las enseñanzas yóguicas. Surge la filosofía vedanta sobre la realidad o conciencia absoluta.

Hacia el 500 antes de Cristo surgen dos grandes poemas épicos, el Ramayana de Valmiki, y el Mahabharata de Vyasa, que narran las encarnaciones de Dios. Entre la narración se tratan temas morales y filosóficos. Una parte importante del Mahabharata es el Bhagavad Gita , este consta de dieciocho capítulos, en los que se discuten distintos aspectos del Yoga. Hacia el 500 antes de Cristo Patanjali, recopiló todo el conocimiento existente sobre el Yoga en los Yoga Sutras, texto básico reconocido unánimemente por todas las escuelas yóguicas.

Los Yoga Sutras son la base del Raja Yoga. El Yoga de Patanjali no es más que un yoga pero existen otros. Constituye lo que podríamos llamar el yoga clásico, sistemático: un preciso conjunto de reglas prácticas y de realizaciones muy circunscritas a los principios metafísicos del Samkhya.

A lo largo de los años numerosos autores han comentado los Yoga Sutras de Patanjali, en los cuales están clasificados los 8 pasos progresivos (ashtanga yoga) hacia la realización personal, en el Raja Yoga, el yoga más desarrollado en occidente. Ashtanga yoga.
El ashtanga yoga, o yoga de los ocho pasos incluye un conjunto de técnicas complementarias entre si que constituyen toda la práctica del yogui. Los primeros 4 pasos desarrollan particularmente la práctica "externa", los últimos 4 pasos la práctica "interna" o más personal.

Yama: - Actitudes éticas - no violencia -ahimsa-, veracidad -satya-, honradez -asteya- , moderación -brahmacarya-, posesión justa -aparigraha-.

shantosha-, austeridad o disciplina -tapas-, estudio o autoinvestigación -svadhyaya-, desapego o actuación correcta -ishvarapranidhana-,

Asana -Posiciones físicas -

Pranayama -Control de la respiración-

Pratyahara -Abstracción sensorial-

Dharana -Concentración-

Dyana - Meditación -

Samadhi - Interiorización profunda-

El Yoga contemporáneo inicia hacia el 1900 d.C., numerosos maestros llegaron a occidente creándose así el origen de las diferentes escuelas conocidas actualmente.

La cultura occidental ha desconocido la filosofía india hasta hace poco más de cien años; prácticamente, hasta que algunos filólogos europeos comenzaron a estudiar el sánscrito en el siglo XIX.


YOGA SUTRAS DE Patanjali

Hacia el 500 antes de Cristo, Patanjali, recopiló todo el conocimiento existente sobre el Yoga en los Yoga Sutras, texto básico reconocido unánimemente por todas las escuelas yóguicas. Patanjali es conocido a través de leyendas, en la mitología es considerado como una encarnación del dios serpiente.
Los Yoga Sutras son la base del Raja Yoga, pero trata todas las ramas del Yoga. Constituye lo que podríamos llamar el yoga clásico.

Es el resultado de un detallado y sistemático recorrido por los caminos del Yoga, de principio a fin. A lo largo de los años numerosos autores han comentado los Yoga Sutras de Patanjali, en los cuales están clasificados los 8 pasos progresivos (ashtanga yoga) hacia la realización personal, en el Raja Yoga, el yoga más desarrollado en occidente.

Introducción

Los Raja Yoga Sutras constan de 195 aforismos. Tratan, fundamentalmente de dos aspectos; la descripción de las funciones de la vida mental y la enumeración de los medios mediante los cuales puede lograrse el Yoga (unión en sánscrito).

El libro se divide en cuatro partes.

Parte primera "Samadhi Pada" , consta de 51 aforismos Trata sobre la naturaleza del yoga. Presenta el Yoga como medio para calmar y dominar la mente. Describe los estados mentales y los distintos niveles de conciencia.

Parte segunda "Sadhana Pada", consta de 55 aforismos Trata del porqué de la práctica del Yoga, y de los medios para realizarla. Medios para dirigir la mente desde la dispersión hasta un alto estado de concentración.

En cuanto a la enumeración de los medios a través de los cuales se alcanza el Yoga, se señalan ocho principales: abstención del mal, fomento del bien, realización de posturas corporales en reposo, regulación respiratoria, control sensorial, concentración, contemplación y completa absorción.

Parte tercera "Vibhuti Pada" , consta de 55 aforismos Trata de los poderes, percepciones extrasensoriales o siddhis que se adquieren con la práctica avanzada del Yoga. Estos poderes no son un objetivo en si, el apego a ellos puede suponer una grande trampa que provoca la perdida de los logros obtenidos previamente.

Parte cuarta "Kaivalya Pada" , consta de 34 aforismos Trata filosóficamente de la naturaleza del conocimiento. Describe la emancipación de la mente, la realidad espiritual última del Universo. Sobre los comentarios.

Los Yogasutras son difíciles de entender, por el tema que ocupan, por los conceptos filosóficos que aparecen y por que la vida y el pensamiento contemporáneo parecen muy lejanos de estás enseñanzas clásicas. Muchos autores a lo largo de la historia han comentado los Yogasutras de Patanjali.

Los aforismos encierran en pocas palabras un gran significado, son una guía a descifrar. Debemos ser conscientes de que los comentarios realizados a lo largo de la historia, van unidos a un autor, pero están condicionados a la escuela y a la época histórica a la que pertecenece el autor.

Aforismo : El Yoga es la detención de las funciones mentales

EVOLUCIÓN DEL YOGA

Desde sus orígenes la influencia del Yoga fue constante y profunda en toda Asia. Así, hubo un Yoga budista, hindú, chino, tibetano, etc; y a través de los descubrimientos realizados por los yoguis a lo largo de la historia, se han sistematizado en los diferentes sistemas de yoga tradicionales (Astanga Yoga, Hatha Yoga, Kundalini Yoga, Mantra Yoga, etc.).

El yoga practicado en Occidente tiene su origen en el denominado “yoga Astanga”, creado por el maestro hindú Sriman Krishnamachaya. El hijo y los discípulos de Krishnamachaya introdujeron el movimiento en Occidente en los años 60.

Dos maestros del yoga fueron particularmente influyentes en la historia de occidente: B.K.S. Iyengar y Krishna Pattabhi Jois. Pattabhi Jois enseñando en su escuela de Mysore, en la India meridional, donde se practica una adaptación del yoga Astanga.

Por su parte, Iyengar perfeccionó un yoga que se focaliza en el ejercicio muscular y en la flexibilidad, el “Hatha yoga”, cuyo objetivo es la relajación total. Mediante ciertos tipos de posturas, este yoga intenta reencauzar a Prana (energía) a través de sus naturales conductos dentro del cuerpo sutil, para que circule libre y equilibradamente. Este Yoga se sirve del cuerpo como instrumento de bienestar y perfeccionamiento.

Así en occidente el Hatha Yoga ha adquirido gran difusión a partir de la pérdida de la salud física y mental y el espíritu pragmático del hombre occidental, lleno de ansiedades y cansado por el estrés de la vida moderna.

En las últimas décadas diversos maestros han perfeccionado nuevos métodos de Yoga, no todos legitimados por las escuelas tradicionales, e incluso algunos enfocados sólo en el aspectos físicos, muy alejados de sus orígenes, como por ejemplo el power yoga.

Fuente:

Karma: la ley de causa y efecto

La ley de la acción y la reacción es una ley de la naturaleza, conocida como la tercera ley de Newton. Es la base de la mecánica clásica hasta hoy en día y nos dice que: “por cada acción hay una reacción igual y opuesta”.

A nivel espiritual existe también la acción y la reacción, conocida en India y otras culturas orientales como la ley del karma. Lo que sembramos es lo que recibimos. Por tanto, si sembramos una semilla de mango no podemos esperar que nazca un melocotón, si sembramos semillas de odio (en pensamientos, sentimientos, actitudes) no podemos esperar recibir amor, respeto, y paz.

Un buen ejemplo para ilustrar como actúa la ley del karma, es comprobar lo que sucede cuando echamos una piedra en un lago, se generan unas ondas que finalmente alcanzan la orilla, retornando después al centro de donde partieron.

Los seres humanos estamos irradiando energía constantemente. Emitimos pensamientos, emociones y sentimientos que transmiten vibraciones al entorno. Hay personas que irradian y otras que absorben esos sentimientos. La energía que emitimos alcanza a otras personas, y regresa a nosotros. En base a esta ley, debemos comprender que si en ocasiones la gente nos envía energía que no es muy agradable, quizás es debido a que en otro momento también les enviamos ese mismo tipo energía, aunque haya tardado en regresar. Si siempre procuramos irradiar una energía positiva, de amor y respeto hacia los demás, tarde o temprano esa energía retornará también a nosotros.

El poder de elegir
Si eres una persona bondadosa y amable y tienes un compañero de trabajo autoritario y agresivo, que te va poniendo clavos y chinchetas en tu camino, ¿Cuánto serás capaz de tolerar hasta que alcance la gota que colme el vaso? Es nuestra elección sentirnos como una victima, un estudiante o un maestro de las diferentes situaciones y personas con las que interactuamos. En realidad la persona que se opone a nosotros deberíamos considerarla nuestro profesor. Nos está enseñando a ser más asertivos y a permanecer pacíficos y concentrados. La persona que sufre ese abuso de confianza tiene que aprender a ser más independiente y desarrollar auto-respeto.

Esto es lo que afirma la ley del karma: “donde hay conciencia hay una elección”. ¿Percibo la situación como un obstáculo o una oportunidad? ¿Considero que la persona que está impartiendo la lección como un profesor o como mi enemigo? Para crear un buen karma tengo que pensar: ¿qué puedo aprender de esta situación?

Libertad versus responsabilidad
El karma se confunde a menudo como una maldición o castigo. En realidad es la ley de la acción, la respuesta que damos a esa acción y las consecuencias de nuestras decisiones. Asimismo es el resultado de la responsabilidad o irresponsabilidad con que actúa la persona. Es una energía que funciona de forma automática. La conciencia humana es como el microchip de un ordenador, que contiene la grabación de cada pensamiento y acción que realiza el ser humano. Ese registro determina nuestro futuro.

Uno de los principios del karma es: “somos los creadores de nuestro sufrimiento”. Sin embargo solemos culpar a otros por ello, y no aceptamos nuestra responsabilidad. Hemos de comprender que los demás pueden ser el estímulo, pero nunca la causa de nuestros sentimientos y emociones. Nuestro sentimientos son el resultado de como elegimos tomarnos lo que nos dicen y hacen los demás, y también de nuestras necesidades y expectativas particulares en ese momento.

Debemos aprender a tomar la responsabilidad de nuestras vidas, y eso nos dará más libertad. Nunca podré ser libre sino adopto esa responsabilidad. El karma no es una maldición de Dios, más bien diríamos que la persona se maldice a si misma con sus pensamientos, palabras y acciones. El amor, el respeto, la bondad, el perdón, la paciencia, son las actitudes positivas que hacen funcionar la vida en la buena dirección. Aplicando estas y otras cualidades podemos ser los creadores de nuestra felicidad y nuestro destino.

“La Vida es como el eco.
Lo que das—eso recibes.
Lo que siembras—eso cosechas.
Lo que ves en otros—es tu propio reflejo.
La Vida es como el eco, siempre te regresa lo que le das”.

Autor: Ramon Ribalta