miércoles, 26 de septiembre de 2012

Yoga

Yoga, el siginificado de la palabra, los comienzos de la ciencia, las propiedades que otorga al ser humano, las mejoras que produce a nivel fisico, mental y espiritual, todo lo que necesitas saber sobre el Yoga.

Etimológicamente Yoga significa unión, ya que la meta del Yoga es la unión de la conciencia con el principio Absoluto.

El yoga es una ciencia empírica que purifica nuestro cuerpo y nuestra mente, liberándonos de todas las perturbaciones, una ciencia en donde ciertas personas han tratado de sondear los misterios de la mente, del intelecto, de las emociones, del sufrimiento y de la vida.

Yoga ha nacido no de la especulación, sino de miles de años de experiencias que han sido replicadas por muchos yoguis a lo largo de la historia.

Yoga posee sus propios métodos y fundamentos que hacen que sea un amplio y completo sistema de desarrollo interior.

Trabaja el cuerpo físico, las glándulas endocrinas, los órganos internos a la vez que busca conectar la mente inconsciente con la consciente y nos permite observar nuestros patrones mentales. La finalidad de esta disciplina es ayudarnos a mantenernos sanos, encontrar la felicidad tanto a nivel físico como a nivel mental y espiritual y que nos podamos sentir realizados.

Cualquier persona puede aproximarse al Yoga, ya que posee un tipo especial de técnica para cada tipo de personalidad y temperamento.

El yoga puede llegar a despertar en nosotros luminosos sentimientos y felicidad, los cuales fortalecen nuestras relaciones con nuestra esposa, los niños, padres, vecinos y compañeros de trabajo.

Así como el viento aleja las nubes que tapan el sol, el yoga remueve gradualmente los dolores físicos y emociones indeseables, pues, al revelar el conocimiento interior, incrementa nuestro aprecio por la vida.
El yoga nos enseña a controlar nuestros sentidos y nuestra mente impaciente, y a ponernos en armonía con las Leyes Universales, dirigiendo así nuestras energías de la mejor manera.

Tal como un instrumento musical emite sonidos muy agradables al ser tocado por un profesional, nuestro cuerpo, mente e inteligencia, dirigidos perfectamente, nos traen mucha felicidad, en vez de ansiedades, frustración y depresión.
La disciplina yógica nos enseña también a ver a los demás (amigos o enemigos) con los ojos del amor.

Una persona que practica yoga seriamente, se llama yogui. El yogui se ocupa diariamente del desarrollo práctico de la ciencia del yoga, y aprende los diferentes ejercicios y técnicas, tanto del yoga como de la meditación.

Una clase de yoga es una sucesión de ejercicios. Para realizar uno, adoptamos una postura. A veces a esta postura le incorporamos movimiento. Regulamos la respiración y ponemos la atención de los ojos en un punto determinado. Y entramos en un estado meditativo, de introspección. A veces incluso repetimos un mantra o hacemos un gesto con las manos. ¡Con tantas cosas que hay que controlar cómo no va a parar nuestra mente! Después de un ejercicio hay una corta relajación y seguidamente se pasa al siguiente.

El yoga beneficia a todo ser humano, no importa sea niño o persona mayor. Hombre o mujer. No importan las creencias personales.

Con el yoga estiramos nuestro cuerpo y, cuando más tenso y rígido está uno, es cuando más conviene. Rejuvenece nuestras células al aportarnos más oxigeno. También rejuvenece nuestro cerebro haciendo que su rendimiento sea más alto. Reduce el estrés al mantener los niveles de cortisol a raya. Nos calma y nos serena, permitiéndonos descansar. Nos da energía y vitalidad. Y nos acerca a nuestro ser interno, descubriendo quienes somos, qué queremos y dónde están nuestas limitaciones. Además, ¡segregamos endorfinas! que nos dan una gran sensación de bienestar. Pero de poco sirve hablar de los beneficios del yoga. A la consciencia no le sirven las palabras, quiere una experiencia. Descubre por ti mismo qué se siente al practicar yoga.

Fuente:

El mapa mental y la realidad

En Programación Neurolingüística se le llama “mapa” a la percepción individual y mental que tiene una persona del mundo. Este mapa mental se conforma a través de los filtros personales por los cuales cada uno va asimilando el mundo y la realidad. Me refiero a la educación, la cultura, las creencias, en fin, todas las experiencias y manera de observar que desarrolla una persona, así como de las percepciones y sentimientos de sus propias vivencias a través de sus propios filtros de la realidad. El mapa mental está determinado por la estructura genética y la historia personal. De ahí que es imposible que dos personas tengan exactamente la misma percepción ante un mismo hecho.

Muchas veces nos desesperamos, juzgamos, criticamos a los demás ya que “no entienden”, “no se dan cuenta”, “no les importa”, “no se preocupan”, “no se conducen como deberían”, “exageran las cosas”, “no les llama la atención”, “se desviven por tonterías”, “no es posible que hagan eso”, etc. Si nos damos cuenta, todas estas frases están basadas en juicios que elaboramos acerca de la conducta de los demás, en base a “mí mapa”, a lo que yo pienso, a lo que yo creo, y no me doy cuenta de que el otro actúa en base a lo que él piensa y a lo que él cree, que es totalmente diferente, es decir, respecto a “su mapa”.

Ninguna persona, inclusive mis hermanos, hijos, o padres van a ver y sentir lo mismo que yo, pues sus filtros del mundo son diferentes ante un mismo hecho. Todas las mentes piensan según su propio mapa y no del mapa del que tengo junto. Ante una misma realidad hay diferentes percepciones. Para demostrar esto les ofrezco un ejemplo muy sencillo. Si en un grupo yo propongo que todos piensen en un perro, uno pensará en un pastor alemán, otro quizá en un cocker, otro en un labrador, otro en un dálmata, otro en un salchicha, otro en un doberman, otro en un perro callejero, etc. ¿Por qué no pensaron en el mismo perro todos? Porque el que surgió en su mente, es con el que tienen o tuvieron una experiencia, es decir, es el que está en su mapa mental, en su vivencia. Simplemente en una familia, la opinión que los hijos tienen de un acontecimiento familiar, de su padre o de su madre o de tal hermano es diferente, pues el modo de vivirlo, sentirlo y relacionarse con él en ese momento varía de una persona a otra.

Por eso Programación Neurolingüística nos dice que “El Mapa no es el Territorio”, esto es, que el Territorio es la realidad escueta y completa, y el mapa es el modo personal de captarla. En el ejemplo del elefante se puede entender esto. Si en medio de un salón ponen un elefante, y para las personas sentadas alrededor es la primera vez que ven ese animal, las que están al frente dirán que un elefante es un animal alto con dos ojos, dos orejas enormes, una trompa, dos colmillos y dos patas. La personas que lo ven lateralmente no estarán de acuerdo, Ellas sostendrán que un elefante es un animal largo y grande, con una trompa, dos patas, pero que solo tiene una oreja, un ojo, un colmillo y una colita peluda atrás. Las personas que lo tiene por atrás, alegarán que un elefante es una cosa con dos ancas enormes, una colita peluda y dos patas, pero que ni es largo, ni tiene ojos, ni colmillos, ni orejas y mucho menos una trompa. Y si cada uno sostiene su punto de vista, nunca se podrán poner de acuerdo sobre lo que realmente es un elefante.

Éste es un ejemplo sencillo de cómo nosotros y la humanidad vamos por el mundo pensando que mi verdad es la absoluta, y no aceptamos la parte de la realidad del otro que nos falta. Esto nos lleva a divorcios, injusticias, egoísmos y hasta declaraciones de guerra. ¿Cómo hacer que el mundo árabe y el occidental lleguen a una sana convivencia, si no están dispuestos a ver el mapa del otro? ¿Cómo entender a un homicida, o a un ladrón, y en nuestra vida diaria al mentiroso, al egoísta, al chismoso, al perfeccionista, al metiche, al agresivo, al majadero, etc.?

Programación Neurongüística nos dice que cada quien actúa según su mapa mental, por lo tanto todas estas conductas son efecto de algo que las dispara. Son conductas aprendidas, creencias instaladas, modos y estilos de vida vivenciados diferente, y siempre hay una razón interna para proceder, pensar, y sentir ante la realidad que no va a ser igual que a nadie.

Así que el mundo interno es la obra de su autor y cada “universo” es único y personal, o sea, cada persona tiene su propio e individual mapa mental del mundo y hay una indiscutible diferencia entre la realidad y la experiencia que el organismo tiene de ella. Los seres humanos construimos nuestros modelos mentales del mundo, el mapa con el cual vamos a transitar por él a través de programas neuro-lingüísticos. Lo único que nos conforma son nuestras vivencias. PNL nos dice que ningún mapa individual del mundo es más real o verdadero que otro. Y el objeto de PNL es el de permitir a cada persona adquirir un modelo del mundo que le sirva para obtener lo que es importante en su vida. Cuantas más rutas u opciones ofrezca nuestro mapa, más oportunidades tendremos de conseguir nuestros objetivos y esto sólo se logrará a través del arte del cuestionamiento interno y la aceptación de los demás.

Así que antes de enjuiciar, enojarnos, deprimirnos ante la conducta ajena, pensemos que el otro tiene un mapa diferente al mío y según éste, él actúa. Vayamos dándole la vuelta al elefante para ampliar nuestro mapa del mundo, para ampliar nuestra mente, ya que la mejor manera de aprender es a través del conocimiento del otro y esto sólo se logra con una buena comunicación. Yo estoy bien, pero el otro también. Cada uno responde a su propio mapa mental. Yo me enriquezco y amplío mi mapa a través del otro. Voy a averiguar y aprender de las diferencias, así crearemos más opciones y aprenderemos a respetar a los demás.

Así, cada uno de nosotros va construyendo, más o menos conscientemente, su propio mapa de la realidad y a éste acudimos cuando el entorno en el que nos movemos demanda una acción o algún tipo de respuesta de nuestra parte. Pero un mapa no es la realidad, como un retrato no es la persona que representa en sí, es solo una imagen de ella.

Los mapas se pueden completar con nuevos datos, se pueden corregir generando opciones nuevas, se pueden abrir a nuevas posibilidades más enriquecedoras de interpretar e interactuar con el mundo real. Esto terminará con el estrés, los corajes, los enojos, etc. y redundará en una mejor salud ya que aprenderemos a ser flexibles y a no crear falsas expectativas.

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