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martes, 9 de julio de 2013

La necesidad de dar y recibir (V)

Cómo Aplicar la Ley del Dar

Pondré a funcionar la ley del dar
comprometiéndome a hacer lo siguiente:

1. Llevaré un regalo a cualquier lugar a donde vaya
y para cualquier persona con quien me encuentre.
Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una oración.
Hoy les daré algo a todas las personas con quienes me encuentre,
para iniciar así el proceso de poner en circulación la alegría,
la riqueza y la prosperidad en mi vida y en la de los demás.

2. Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé.
Recibiré los obsequios de la naturaleza:
la luz del sol y el canto de los pájaros,
los aguaceros de primavera o las primeras nevadas del invierno.
También estaré abierto a recibir de los demás,
ya sea un regalo material, un elogio o una oración.

3. Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia,
dando y recibiendo los dones más preciados de la vida:
cariño, afecto, aprecio y amor.
Cada vez que me encuentre con alguien,
le desearé en silencio felicidad, alegría y bienestar.

Deepak Chopra


La necesidad de dar y recibir (IV)

Dar en la Vida Diaria

La mejor manera de poner a funcionar la ley del dar
–de iniciar todo el proceso de circulación-
es tomando la decisión
de que cada vez que entremos en contacto con una persona,
le daremos algo.
No es necesario que sean cosas materiales;
podría ser una flor, un cumplido o una oración.
En realidad, las formas más poderosas de dar no son materiales.

Obsequios como interesarse, prestar atención, dar afecto,
aprecio y amor son algunos de los más preciados
que se pueden dar, y no cuestan nada.
Cuando nos encontremos con alguien,
enviémosle en silencio un buen deseo por su felicidad,
alegría y bienestar.
Esta forma de generosidad silenciosa es muy poderosa.

Una de las cosas que me enseñaron cuando era niño,
y que también les he enseñado a mis hijos,
es nunca visitar a alguien sin llevarle algo;
no visitemos nunca a nadie sin llevarle un regalo.
Sin embargo, uno podría preguntarse:
“¿Cómo puedo hacerles regalos a los demás
si ahora ni siquiera tengo suficiente para mí?”
Podemos regalar una flor, una sola flor.
Podemos llevar una nota o una tarjeta
que exprese algo sobre nuestros sentimientos
hacia la persona a quien visitamos.
Podemos llevar un elogio. Podemos llevar una oración.
Tomemos la decisión de dar en todo lugar a donde vayamos,
y a quien quiera que veamos.
Mientras estemos dando, estaremos recibiendo.
Cuanto más demos, más confianza tendremos
en los efectos milagrosos de esta ley.
Y a medida que recibamos más,
también aumentará nuestra capacidad de dar.
Nuestra verdadera naturaleza es de prosperidad y abundancia;
somos naturalmente prósperos,
porque la naturaleza satisface todas las necesidades y deseos.
No nos falta nada, porque nuestra naturaleza esencial
es la potencialidad pura, las posibilidades infinitas.
Por consiguiente, debemos saber que ya somos
intrínsecamente ricos, independiente
de cuánto dinero tengamos, porque la fuente de toda riqueza
es el campo de la potencialidad pura,
es la conciencia que sabe cómo satisfacer cada necesidad,
incluidos la alegría, el amor, la risa, la paz,
la armonía y el conocimiento.
Si vamos en pos de estas cosas primero
–no solamente para nosotros mismos, sino para los demás-,
todo el resto nos llegará espontáneamente.

Deepak Chopra


La necesidad de dar y recibir (III)

La Magia de la Intención

Al dar y al recibir, lo más importante es la intención.
La intención debe ser siempre crear felicidad
para quien da y para quien recibe,
porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y,
por lo tanto, genera abundancia.

La retribución es directamente proporcional a lo que se da,
cuando el acto es incondicional y sale del corazón.
Por eso, el acto de dar debe ser alegre;
la actitud mental debe ser tal que se sienta alegría
en el acto mismo de dar.
De esa manera, la energía que hay en el acto de dar
aumenta muchas veces más.
En realidad, practicar la ley del dar es muy sencillo:
si deseamos alegría, demos alegría a otros;
si deseamos amor, aprendamos a dar amor;
si deseamos atención y aprecio,
aprendamos a prestar atención y a apreciar a los demás;
si deseamos riqueza material,
ayudemos a otros a conseguir esa riqueza.
Es decir, la manera más fácil de obtener
lo que deseamos es ayudar a los demás
a conseguir lo que ellos desean.
Este principio funciona igualmente bien para las personas,
las empresas, las sociedades y las naciones.
Si deseamos recibir el beneficio
de todas las cosas buenas de la vida,
aprendamos a desearle en silencio
a todo el mundo las cosas buenas de la vida.
Incluso, la sola idea de dar,
el simple deseo o una sencilla oración
tienen el poder de afectar a los demás.
Esto se debe a que nuestro cuerpo,
reducido a su estado esencial,
es un haz individual de energía e información
en medio de un universo de energía e información.
Somos haces individuales de conciencia
en medio de un universo consciente.
La palabra “conciencia” implica mucho más
que energía e información –implica una energía
y una información que viven en forma de pensamiento.
Por lo tanto, somos haces de pensamiento
en medio de un universo pensante.
Y el pensamiento tiene el poder de transformar.
La vida es la danza eterna de la conciencia,
que se manifiesta como un intercambio dinámico
de impulsos de inteligencia
entre el microcosmos y el macrocosmos,
entre el cuerpo humano y el cuerpo universal,
entre la mente humana y la mente cósmica.

Cuando aprendemos a dar aquello que buscamos, activamos esa danza y su coreografía con un movimiento exquisito, enérgico y vital, que constituye el palpitar eterno de la vida.

Deepak Chopra


lunes, 8 de julio de 2013

La necesidad de dar y recibir (II)

La palabra “afluencia” viene de la raíz latina affluére
(es decir, “fluir hacia”), y significa “fluir en abundancia”.
El dinero realmente es un símbolo de la energía vital
que intercambiamos y de la energía vital que utilizamos
como consecuencia del servicio que le prestamos al universo.

Al dinero, también se le llama moneda “corriente”,
nombre que refleja igualmente la naturaleza fluida de la energía.
La palabra “corriente” viene del latín currére
que significa “correr” o “fluir”.
Por lo tanto, si impedimos la circulación del dinero
–si nuestra única intención es acapararlo y aferrarnos a él-,
impediremos también, que éste vuelva a circular en nuestra vida,
puesto que el dinero es energía vital.
Para que esa energía fluya constantemente hacia nosotros,
debemos mantenerla en circulación.
Al igual que un río, el dinero debe mantenerse en movimiento o,
de lo contrario, comienza a estancarse, a obstruir,
a sofocar y a estrangular su propia fuerza vital.
La circulación lo mantiene vivo y vital.
Toda relación es una relación de dar y recibir.
El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar.
Lo que sube debe bajar; lo que se va debe volver.
En realidad, recibir es lo mismo que dar,
porque dar y recibir son aspectos diferentes
del flujo de la energía en el universo.
Y si detenemos el flujo desde alguno de los dos polos,
obstaculizamos la inteligencia de la naturaleza.
En toda semilla está la promesa de miles de bosques.
Pero la semilla no debe ser acaparada;
ella debe dar su inteligencia al suelo fértil.
A través de su acción de dar, su energía invisible
fluye para convertirse en una manifestación material.
Cuanto más demos, más recibiremos,
porque mantendremos la abundancia del universo
circulando en nuestra vida.
En realidad, todo lo que tiene valor en la vida
se multiplica únicamente cuando es dado.
Lo que no se multiplica a través del dar,
ni vale la pena darse, ni vale la pena recibirse.
Si al dar sentimos que hemos perdido algo,
el regalo no ha sido dado en realidad,
y entonces no generará abundancia.
Cuando damos a regañadientes,
no hay energía detrás de nuestro acto de dar.

Deepak Chopra


La necesidad de dar y recibir (I)

Recibir es lo mismo que dar, porque dar y recibir son aspectos
diferentes del flujo de la energía en el universo.
Y si detenemos el flujo desde alguno de los dos polos,
obstaculizamos la inteligencia de la naturaleza.

El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa
de todos los elementos y las fuerzas
que estructuran el campo de la existencia.
Y esta interacción opera a través de la ley del dar.
Puesto que nuestro cuerpo,
nuestra mente y el universo mantienen
un intercambio constante y dinámico,
frenar la circulación de la energía
es como frenar el flujo sanguíneo.
Cuando la sangre deja de circular,
comienza a coagularse y a estancarse.
Por ello, debemos dar y recibir para mantener circulando
permanentemente la riqueza y la afluencia
–o cualquier cosa que deseemos en la vida.

Deepak Chopra


jueves, 27 de diciembre de 2012

Dar y Recibir - DEEPAK CHOPRA


El universo opera por medio de un intercambio dinámico, dar y recibir son
aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo, y si estamos
dispuestos a dar aquello que tanto buscamos, mantendremos la abundancia del
universo circulando en nuestra vida".(Deepak Chopra)

El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa de todos los
elementos y las fuerzas que estructuran el campo de la existencia. Esta
armoniosa interacción de los elementos y las fuerzas de la vida opera a través
de la ley del dar y del recibir. Nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo
mantienen un constante y dinámico intercambio, frenar la circulación de la
energía es como frenar el flujo sanguíneo. Cuando la sangre deja de circular,
comienza a coagularse y a estancarse.

El dar engendra el recibir y el recibir engendra el dar. "Dar y Recibir" son dos
aspectos del fluir de la energía del Universo. Esto es tan simple como la idea
que debo dar lo que quiero recibir, si deseamos alegría, démosles alegría a
otros; si deseamos amor, aprendamos a dar amor; si deseamos atención y aprecio,
aprendamos a prestar atención y a apreciar a los demás; si deseamos riqueza,
ayudemos a otros a conseguir esa riqueza, si deseamos placer, demos placer, en
realidad, la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a
conseguir lo que ellos desean. Si impedimos la circulación de la vida, y si
nuestra intención es acaparar y aferrarnos a todo, si emitimos pensamientos
negativos, estamos impidiendo que la energía vuelva a circular en nuestra vida y
nos enfermamos. Para que todo fluya siempre hacia nosotras, debemos mantenerla
en circulación. Todo en el Universo fluye, va y viene. Dar y recibir es el flujo
constante de la afluencia, que significa
"fluir en abundancia".

Al dar y al recibir, lo más importante es la intención. La intención debe ser
siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, la felicidad sostiene
y sustenta la vida y, por tanto, genera abundancia. La retribución es
directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale
del corazón. Por eso el acto de dar debe ser alegre, la actitud mental debe ser
tal que se sienta alegría en el acto mismo de dar. De esa manera, la energía que
hay en el acto de dar aumenta muchas veces más.

Cada uno tiene un tesoro que debe estar dispuesto a compartir con el otro, cada
uno tiene características propias que debe poner al servicio del otro. La mujer
es más intuitiva, generosa, delicada, tierna, con más tacto. El hombre es más
pragmático, racional, firme. Mutuamente debemos compenetrarnos y
complementarnos. Si sólo damos, nos vaciamos; si sólo recibimos, somos egoístas.

El amor es dar y recibir, para mantenerse y crecer.

Si uno da sin recibir, termina dependiendo del otro.
Si uno recibe sin dar, termina dominado por el otro.
El intercambio de darse y recibir crea una relación de iguales: precisamente por
haber dado, recibe en compensación y por haber recibido, siente deseos de seguir
dando. El amor visto así no radica en la posesión del otro sino en la donación
de uno mismo.

Los seres humanos somos complicados por naturaleza, pues somos muy proclives a
invertir la esencia de las cosas, y en ello, radica la causa de nuestra
infelicidad. Sin embargo, no todo esta perdido, pues afortunadamente la
infelicidad causada por una confusión de nuestra conducta en "el dar y recibir",
puede curarse, todo es cuestión de una verdadera toma de conciencia del papel
que jugamos en esta vida, y que conozcamos bien nuestras limitaciones y nuestras
capacidades y las usemos a favor de nuestros semejantes. ¡Así de simple!

El cambio de actitud es la semilla de la felicidad, quien aprende a dar,
simultáneamente aprende el valor y la importancia de recibir. En toda semilla
está la promesa de miles de bosques, la semilla no debe ser acaparada; ella debe
dar su inteligencia al suelo fértil, a través de su acción de dar, su energía
invisible fluye para convertirse en una manifestación material, cuanto más demos
más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en
nuestra vida, en realidad, todo lo que tiene valor en la vida se multiplica
únicamente cuando es dado.

Si al dar sentimos que hemos perdido algo, el regalo no ha sido dado en
realidad, y entonces no generará abundancia. Cuando damos a regaña-dientes, no
hay energía detrás de nuestro acto de dar. Al dar y al recibir, la intención
debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la
felicidad sostiene y sustenta la vida y, por tanto, genera abundancia.

La mejor manera de poner a funcionar la ley del dar y recibir, de iniciar todo
el proceso de circulación, es tomando la decisión de que cada vez que entremos
en contacto con una persona, le daremos algo, no es necesario que sean cosas
materiales; podría ser una flor, un cumplido o una oración, en realidad, las
formas más poderosas de dar no son materiales, prestar atención, dar afecto,
aprecio y amor, son algunos de los más preciados que se pueden dar, y no cuestan
nada. Cuando nos encontremos con alguien, enviémosle en silencio un buen deseo
por su felicidad, alegría y bienestar, esta forma de generosidad silenciosa es
muy poderosa.

Tomemos la decisión de dar en todo lugar a donde vayamos, y a quien quiera que
veamos. Mientras estemos dando, estaremos recibiendo, cuanto más demos, más
confianza tendremos en los efectos milagrosos de esta ley, y a medida que
recibamos más, también aumentará nuestra capacidad para dar.

Nuestra verdadera naturaleza es de prosperidad y abundancia; somos naturalmente
prósperos porque la naturaleza provee a todas las necesidades y deseos, no nos
falta nada porque nuestra naturaleza esencial es la potencialidad pura, las
posibilidades infinitas, por consiguiente, debemos saber que ya somos
intrínsecamente ricos, independientemente de cuánto dinero tengamos, porque la
fuente de toda riqueza es el campo de la potencialidad pura, es la conciencia
que sabe cómo satisfacer cada necesidad, incluyendo la alegría, el amor, la
risa, la paz, la armonía y el conocimiento. Si vamos en pos de estas cosas
primero - no solamente para nosotros mismos, sino para los demás - todo lo
demás, nos llegará espontáneamente.

Si deseamos recibir el beneficio de todas las cosas buenas de la vida,
APRENDAMOS A DESEARLAS EN SILENCIO a todo el mundo todas las cosas buenas de la
vida.

"Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé. Recibiré los
obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros. También
estaré abierto a recibir de los demás".