lunes, 17 de diciembre de 2012

Trastorno bipolar



La actitud de la familia o de los amigos frente al trastorno bipolar crea uno de los pilares básicos para minimizar los efectos de la enfermedad.
Cuando la familia de un afectado por trastorno bipolar conocen por primera vez el diagnóstico, su reacción es muy amplia, angustia, enojo o rechazo o mostrarse dispuestos a ayudar que puede llegar a la sobreprotección. Y cuando todo vuelve a su cauce, los problemas vuelven a aparecer con el siguiente episodio.
El trastorno bipolar es una enfermedad mental grave, la cual es muy difícil de controlar con los tratamientos disponibles en la actualidad y con una probable evolución a la cronicidad.
Como cualquier otro trastorno mental, el bipolar tampoco es uniforme, y se presenta en distintos tipos.
Se conoce como Trastorno Bipolar I cuando el paciente presenta por lo menos un episodio maníaco y se habla de Bipolar II cuando sólo han tenido episodios depresivos mayores y algún episodio hipomaníaco.
Entorno familiar:
Es importante la información a los familiares para aumentar la comprensión del trastorno, lograr una mejor adaptación y un funcionamiento eficaz en su rol de cuidadores, conseguir su ayuda para una mejor adherencia al tratamiento farmacológico y anticipar los pródromos de las crisis maníacas.
Crear un clima de confianza para desarrollar una herramienta que sea capaz de prevenir los aspectos más destructivos de las crisis y, especialmente el suicidio. Es decir, crear el entorno familiar adecuado para minimizar los efectos de la enfermedad y aumentar la calidad de vida.
Nada de esto sería eficiente si no está acompañado del autor reconocimiento de la enfermedad por parte del enfermo.
Aprender a pedir asistencia médica o social cuando aparecen las primeras síntomas de recaída y concurrir a familiares o personas allegadas para pedir apoyo emocional son actitudes que ayudaran al enfermo, además del cumplimiento estricto de la medicación.
Círculo vicioso:
La actitud de los familiares es terminante a la hora de ayudar a una persona con trastorno bipolar.
La tarea no es sencilla, ya que una implicación excesiva puede ser perjudicial, porque en la mayoría de los casos se suele relacionar cualquier comportamiento con la enfermedad, en algunos casos simples enfados pueden llegar a confundirse con señales de la enfermedad, y los familiares están continuamente pendientes siempre de si se toman la medicación.
Todas estas actitudes se traducen, en un enfrentamiento entre la persona afectada y sus familiares por su actitud sobreprotectora.
Los cónyuges o los amigos de los afectados por trastorno bipolar, en el periodo de recuperación luego de un episodio maníaco, presentan cierto distanciamiento en las relaciones íntimas, esta incomodidad pocas veces tiene que ver con una actitud crítica o de sobreprotección, pero la persona afectada puede interpretarlo como retraimiento emocional.
Los especialistas señalan que es un problema normal que las relaciones sean vulnerables en el periodo de recuperación.
La falta de confianza y el resentimiento producto de la enfermedad impiden un restablecimiento de la intimidad emocional y física.
Estos problemas se pueden superar a través de técnicas de comunicación destinadas a disminuir críticas y conflictos o por medio de técnicas de resolución de problemas cuya finalidad es educar a la familia y a las personas relacionadas con el enfermo bipolar.
¿Cuál es el tratamiento posible?.
Los períodos de depresión o manía retornan en la mayoría de los pacientes, inclusive con tratamiento.
Los mayores objetivos del tratamiento son:
Evitar moverse de una fase a otra.
Evitar la necesidad de una hospitalización.
Ayudar a que el paciente se desempeñe lo mejor posible entre episodios.
Prevenir la autoagresión y el suicidio.
Hacer que los episodios sean menos frecuentes e intensos.
El médico intentará reconocer que fue lo que desencadeno el episodio del estado anímico, puede buscar cualquier problema médico o emocional que podría afectar el tratamiento.
Los siguientes fármacos, llamados estabilizadores del estado anímico, se usan primero :
Carbamazepina.
Lamotrigina.
Litio.
Valproato (ácido valproico).
También se puede ensayar con otros fármacos anticonvulsivos. Es importante ante todo hacer una consulta con el medico especialista.
Fuente: http://www.creceroperecer.com