viernes, 18 de octubre de 2013

La importancia de saludar

El saludo, en cualquiera de sus modalidades (estrechar la mano, dar un beso, dar un abrazo, etc.) es una forma de mostrar cortesía y buena educación al resto de personas con las que tratamos. 

Cuando conocemos a otras personas, hay que mostrar de forma verbal y física, nuestras buenas intenciones, nuestra disposición a tener una conversación, un trato personal (por motivos laborales, sociales...) en definitiva a expresar un acercamiento de forma educada, correcta y respetuosa. 

Por ello el saludo, y la forma de hacerlo es de vital importancia. Tener un saludo demasiado afectuoso con una persona a la que no conocemos puede causar un cierto "rechazo" o aversión por parte de la persona saludada. Es por ello necesario conocer como saludar, cuando y de que manera, para evitar, como ocurre con los regalos, que la finalidad del mismo se vuelva en nuestra contra o al menos no surja el efecto que se deseaba. El saludo tiene que ser una bienvenida, una puerta abierta.

Los saludos son la manera con la que las personas expresan, de forma verbal y física, su disposición a entablar una "cierta relación" con el interlocutor. Es un gesto de cortesía y de buena educación, así como un signo de "no enemistad", en un principio. Pues se puede saludar por cortesía, aunque la persona no sea de nuestro agrado. No obstante, hay una expresión que se utilizaba, y que se sigue utilizando ahora, que da una idea de la importancia de este gesto: "Retirar el saludo". Cuando la enemistad era manifiesta, se solía utilizar esta expresión como simbolismo para indicar que con esa persona no quería relación de ningún tipo. Ni tan siquiera el saludo.

Las formas de saludar son tan diversas como las culturas. Hay saludos afectuosos, ceremoniosos e incluso sorprendentes (al menos para las culturas occidentales). Hay saludos con y sin contacto físico. Hay saludos de todo tipo. Pero todos estos saludos tienen su propia interpretación y dicen mucho de quien los hace y como los hace.
Los saludos hablan por sí mismos. Un apretón de manos de una u otra manera, una mirada, un gesto... nos pueden dar muchas pistas sobre como es la otra persona e incluso intuir las intenciones o pretensiones que puede tener.

Los saludos podemos dividirlos, de forma básica en tres tipos:
1. Los verbales. Aquellos que se suelen hacer con personas que conocemos o que nos han sido presentadas anteriormente. Dar un "buenos días", "buenas tardes", "cómo esta?" y expresiones de este tipo, que en la mayoría de los casos no conlleva ningún tipo de contacto físico.
2. Los físicos (o de contacto). Son los saludos que suelen darse en presentaciones y otros momentos en los que hay un contacto físico como un apretón de manos, un abrazo, un beso, etc. Generalmente, suelen ser los más ceremoniosos.
3. Los mixtos. Los saludos físicos que también van acompañados de un saludo verbal de cortesía: "Encantado", "Es un placer", etc. al mismo tiempo que se da la mano, se da un beso, un abrazo, etc.

Fuente: EPYA