martes, 30 de octubre de 2012

La verdadera riqueza


Les quiero hacer partícipes de una bonita y enriquecedora historia, que espero les ayude a reflexionar sobre las diferencias, las que cada uno entiende que existen, entre la riqueza y la pobreza…

“Cierta vez un acaudalado padre de familia llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que éste viera cuán pobres eran ciertas personas y comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos. Estuvieron un día y una noche en la granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, ya de regreso en casa, le preguntó a su hijo:

— ¿Qué te pareció el viaje?
— ¡Muy bonito, papá!
— ¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente?
—Sí.
— ¿Y qué aprendiste?
—Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de veinticinco metros, ellos un riachuelo sin fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta el muro de la casa, el de ellos hasta el horizonte. Especialmente, papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá deben trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.

El padre se quedó mudo y el niño agregó:
—Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.”

El niño de nuestra historia, no entiende la riqueza por las posesiones materiales, sino más bien por todo lo contrario. Quizás nosotros también deberíamos cuestionarnos lo que entendemos por riqueza y a continuación redefinir aquello que nos hace más ricos y sobre todo más felices…

La verdadera riqueza no está en lo material, está en nuestra felicidad…

Creemos que si somos ricos, seremos más felices ¿verdad?, y probablemente lo correcto sería lo contrario ¿?

“Cuanto más feliz eres, más rico serás”, me quedo con este mensaje, y tú ¿con qué mensaje te quedas…?

Francisco Lutzardo
Personal Coaching
E-mail: flutzardo@gmail.com

Mis razones para ser feliz.



Tengo tantas razones para ser feliz que me impido pensar en acontecimientos barrocos que me impidan avanzar…Por eso cuando las fuerzas flaquean me acuerdo de mis poderosas razones:
He nacido entre dos siglos, el siglo de la razón y el siglo de la emoción. Estoy viviendo  un nuevo milenio donde el despertar de la conciencia va  a ser fundamental para la supervivencia de los valores humanos
He nacido en el sur donde el sol huele a madreselva y las noches son largas para poder abrazar con risas y cantos la música de la amistad.
He nacido con el   poder de modificar mis hábitos, mis creencias y valores. Mi vida es el fruto de mis acciones, pensamientos y emociones y cuanto más me conozco más afino en mi mapa del mundo.
He nacido con la capacidad de soñar. Porque sueño, estoy vivo. Ahora, sé que los sueños son deseos, y esos deseos se pueden convertir con entrenamiento en tangibles realidades.Cuestión de actitud, disciplina, potencial y enfoque.
He nacido envuelto en un cuerpo, que es el mío, el que acepto, respeto y trato de cuidarlo para que tenga calidad a la hora de subir a las montañas, cruzar los ríos de la esperanza y correr la maratón de la vida.
He nacido distinto, diferente, único e irrepetible. Esta diferencia me hace humilde, grande en la diversidad, soy el centro de mi universo pero no el ombligo del mundo… He nacido para compartir para cooperar, para conocer, para transformar, para disfrutar, Conozco mi mundo, y sé que hay muchas personas sufriendo la intolerancia y la demagogia del Ego que aniquila la  belleza del ser humano.
He nacido con dignidad, como dijo Víctor Frankl, la que “nada ni nadie nos puede arrebatar”. Consciente de ello, lucho en las barricadas de las emociones para contribuir a que la positividad, la proactividad, la tolerancia y la compasión (empatía en acción) creen un mundo mejor, lleno de luces y colores que nos hagan avanzar.
He nacido con la capacidad de amar…Amar la vida, amar  a mis semejantes, amarme a mi mismo. Por eso practico el agradecimiento y el perdón como fórmula inexorable de inteligencia humana. No cabe el odio en mi corazón: El rencor, es el cáncer del alma.
Y he nacido para acompañar a personas en el proceso de convertir sus sueños en metas alcanzables. Esto  me aporta felicidad y poder vivir libremente mis competencias emocional.
Autor:
José Luis Fuentes Rodríguez
E-mail: joseluisfuentesrodriguez@gmail.com

Háblate con cariño


Ya sabemos que una parte muy importante de la comunicación consiste en escuchar, en prestar atención a lo que nos dicen…, sí además la persona a la que escuchamos nos habla de manera positiva, motivadora y con cariño conseguirá sin ninguna duda llegar a nosotros y hasta convencernos casi sin esfuerzo, porque conseguirá conectar con nosotros a otro nivel…, a nivel de nuestras emociones positivas.

Ese tipo de persona que se comunica tan bien con nosotros, son aquellos que dominan las claves de las relaciones personales ó simplemente aquellas personas que nos quieren ó aprecian y ese amor ó aprecio lo manifiestan hablándonos de una manera muy sensible y cariñosa, preocupándose por nosotros.

Y, ¿qué pasará si quien se comunica con nosotros lo hace de manera negativa y no te valora ni te respeta…? creo que la respuesta es evidente, no conseguirá conectar positivamente con nosotros, es más, probablemente tenga un efecto devastador en nuestra autoestima y seguridad personal, fomentando que nuestro sistema de creencias y la fe en nuestras posibilidades se vean dolorosamente afectadas…

Así es amig@s..., como seguro ya han comprobado en más de una ocasión, esto es lo que sucede con la comunicación externa, cuando hablamos y nos hablan otras personas…, entonces, ¿qué crees que pasará con nuestra comunicación interna?

Pues exactamente igual, cuando nos hablamos de manera positiva nos capacitamos y logramos alcanzar todo nuestro potencial, pero cuando lo hacemos de manera negativa nos paralizamos y nos quedamos sin recursos… ¡qué no se te olvide¡

Valórate, quiérete y trátate con mucho respeto y sensibilidad…, y para ello el comienzo, el principio para lograrlo pasa por “hablarte con cariño”, cuando inicies tu diálogo interno, recuerda que lo importante no es lo que haces, sino lo que crees, ese proceso que inicia tu diálogo interno es tu interpretación sobre lo que haces…
Cuando estás convencid@ de que lo que haces, lo que tienes, no es malo ni negativo (aunque pueda ser mejorable), conseguirás disfrutar de tu vida, y para ello no depende de lo que hagas o tengas, sino de cómo lo interpretas y lo defines a través de tu diálogo interno; así lograrás convencerte.

No es complicado, pruébalo, nuestra realidad no se crea hasta que interpretamos lo que nos pasa…, y esa capacidad de interpretación depende de nuestra comunicación interna, de nuestro diálogo interno.

Practica el siguiente ejercicio: cuando te sientas mal y pienses en negativo..., háblate con cariño, como le hablarías a aquellos que quieres o que has querido, verás como tu perspectiva cambia cuando cambias la forma de comunicarte contigo. Y da un paso más, todos los días cuando te levantes háblate con cariño verás que funciona “no hay nada más poderoso”.

Nuestro diálogo interno es tan importante que nuestra felicidad depende de él, así que cuídalo…

Francisco Lutzardo
Personal Coaching
E-mail: flutzardo@gmail.com