Queridos amigos:
Cuando estamos en duelo siendo adultos, el niño interior emerge con fuerza, dolido y enojado, reclamando por su pérdida, por sus heridas pasadas y presentes.
El niño interior es: nuestra parte emocional y sentimental, creativa, sanadora, espiritual, trascendente.
En la práctica clínica como Psicoterapeuta y Tanatóloga he observado que mucho de lo que determina el avance o estancamiento de nuestro proceso de duelo es sanar a nuestro niño interior y no la pérdida en sí; porque es el niño interno el que nos ayuda a trascender, a liberarnos, a ser autoconscientes, a amarnos y a aceptarnos, y sobre todo nos enseña a mirarnos profundamente y reconocer quienes somos en nuestro maravilloso ser, tiene la magia para comprender que la muerte no existe y que la vida es continua, sabia y divina.
En la tradición espiritual de oriente, “la infancia es el momento de la vida donde todas las cualidades espirituales están presentes en su pureza “.La energía del niño interior tiene un poder de transformación elevado. El niño Interior esencial nos recuerda nuestro poder y nuestra capacidad para realizarnos plenamente a lo largo de nuestra vida a pesar de pasar por circunstancias adversas.
Recordemos cuáles son las necesidades básicas de nuestro niño:
Todo niño interior necesita del amor de sus padres, el amor se entiende por:
- Cuidado
- Responsabilidad
- Respeto
- Conocimiento
Todo niño interior necesita ser alimentado durante su vida con:
- Amor,
- Aceptación,
- Reconocimiento,
- Pertenencia,
- Protección
- Autovalía.
Pero sabemos que muchos de Nosotros no tuvimos la fortuna de nacer en un hogar saludable y afectivo, tal vez hemos vivido con grandes carencias y pérdidas tan grandes que han lastimado nuestro ser…
¡ Y esas Heridas Pasadas….son heridas presentes y futuras!
Las heridas emocionales de la infancia permanecen abiertas, lo que obliga a utilizar máscaras e imágenes para cubrir la herida del alma del niño y tratar de parecer lo que quisieras ser en el adulto, ocultando lo que se es en realidad, es aquí que nos desconectamos de nuestro más valioso aliado para crecer y sanar….
Un CICLO que se repite de Generación a Generación…
“Algunos padres aman a sus hijos, algunos de ellos están demasiado destrozados para amarlos como deberían y otros no pueden ni siquiera amarlos”.
Dra. Raquel Levistein
Dra. Raquel Levistein
También nuestros Padres han tenido un niño herido, por ello podemos entender que no es mucho lo que nos podían ofrecer, ya que sin autoconsciencia y conocimiento no es posible hacer elecciones saludables….
Para tomar en cuenta:
Cuando los padres platican sin tener cuidado todos sus penares, su infancia, sus rechazos, las comparaciones, los abusos, el desprecio sobre el sexo opuesto, la suegra, los padres, la vida, a los hijos, esto desvanece la inocencia del alma del niño, y lo convierte en rescatador de mamá o papá durante su niñez, y como adulto es el salvador de inútiles y fracasados, se hacen misóginos, o mujeres sometidas y autodevaluadas que acepta lo que sea por una migaja de amor.
¿Qué pasa con los niños?
Se empieza a albergar un odio inconsciente hacia los demás, especialmente hacia el progenitor o adulto que se encargó de robarle la niñez, contaminando con veneno emocional el alma, que vierte en todo lo que aprendió a detestar… incluso contra sí mismo. Esto provoca culpa inconsciente y la imposibilidad de establecer relaciones adecuadas con los demás, además que repetirá el patrón con sus propios hijos, esto condenará al adulto de mañana a la neurosis y con ella la sensación interna permanente de vacío, dolor y soledad.
Reflexiona: ¿Estás haciendo más de lo mismo con tus hijos?
Si la respuesta es positiva es hora de parar y compensar, la única forma de reparar el daño que hemos hecho a nuestros hijos es cuando estemos sanados, ya que nadie puede ofrecer lo que no tiene.
¿Quieres saber si tu niño está sano?
Identifica cuál es el miedo que te domina, puedes ayudarte analizando las conductas que a continuación te describo:
- En el miedo a perder: lo domina la inseguridad por lo que se pone una coraza defensiva para aparentar ser su opuesto. Entonces los identificamos por su orgullo, soberbia, impaciencia, agresión, ira, autoritarismo, fanatismo y toda su corte de afiliados.
- El miedo a enfrentar: lo domina el sentido de ser poco valioso, le gusta el papel de víctima para llamar la atención, se disfraza de pudor, timidez, susceptibilidad, cobardía, indecisión y todas las tonalidades de auto destrucción e inferioridad.
- El miedo a ser abandonado: lo domina el sentimiento de no ser amado, trae consigo los celos, la posesividad, la vanidad, la sobreprotección, la baja autoestima y la necesidad de manipular.
- El miedo a la muerte: lo domina el sentimiento de acumular, porta muchas caretas, entre ellas: la desconfianza, la tacañería, los apegos, las fobias, la rebeldía, y la histeria.
¿Con cuántas descripciones te identificaste?
¡Con sólo una identificación es señal de que tu niño interior está herido!
De las cosas que más me sorprende cuando comparto con los grupos de Duelo, es que cuando me dirijo a ellos como “niños” su canal de energía se eleva y el conocimiento se da con mayor fluidez, incluso también me permito acompañarles desde la niña, a quién siempre pido la conexión y la sabiduría para que me guie en mi misión de sanadora.
¿Están listos para empezar a sanar su niño y por ende activar la fuerza espiritual para trascender su dolor y sufrimiento?
Les comparto estos dos ejercicios, excelentes cuando se hacen por elección consciente…
Ejercicio 1:
Habla con tu niño interior todos los días, se amoroso, dale confianza, dile que ahora tu vas a cuidar de él, que te tiene a ti para protegerlo, que lamentas haberlo abandonado tanto tiempo, pero que ahora estás dispuesto a escucharlo, hazle saber de tus proyectos, de tus deseos, de tus metas, etc.
Ejercicio 2:
En un lugar tranquilo, siéntate cómodamente y elige música suave y entabla una charla con tu niño interior. Platica con tu niño interior e intenta conocer todos sus sentimientos y emociones pregúntale: ¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿A que le temes? ¿Qué sientes? ¿Qué necesitas? ¿Cómo pudo ayudarte a sentirte seguro? ¿Cómo puedo hacerte feliz?
Este ejercicio funcionará mejor con los ojos cerrados.
Mientras conversas con el ten compasión, apóyalo, demuéstrale que lo amas, que lo proteges y que puedes atender todas sus necesidades, hazle saber que estás ahí para ayudarle siempre.
Importante: En el proceso de reconexión y sanación interior puedes tener algunos recuerdos dolorosos a través de sueños o sensaciones, pueden llegar a sentirte más enojado, triste, abandonado, No os preocupeis, el niño primero quiere ser libre y mostrar lo que por mucho tiempo no se le escuchó ni atendió, sigue hablando con él y verás que te mostrará su verdadera naturaleza “de amar incondicional”.
De Niño(a) a Niño (a) , te saludo y abrazo en la luz que ya eres!!
Bendiciones
Socorro Ceja
Tanatóloga Master, Psicoterapeuta Familiar y Orientadora Espiritual
http://grupoluzyverdad.org
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