domingo, 4 de noviembre de 2012

Eres lo que crees que eres

Para ayudarles a reflexionar y entender mejor esta afirmación, les contaré una pequeña historia…, en la cual, es posible que nos identifiquemos de algún modo con el mensaje que nos traslada…

“Un granjero paseaba por el bosque junto a su perro, cuando de pronto se encontró entre los matorrales, algunas plumas y un huevo de color blanco marfil, justo en la base de un gran árbol. Era un huevo mediano, como el de un pato o una gallina, miró hacia arriba y no vio ningún nido, tampoco vio nidos a su alrededor, ni en las cercanías…

Decidió entonces llevárselo a su granja y dejarlo en el gallinero, exactamente junto a otros huevos que una hermosa gallina estaba incubando, era tan parecido al resto que la propia gallina, lo trató como uno más.

Pasaron algunas semanas, y el milagro de la vida surgió, de los huevos salieron preciosos pollitos, todos redonditos y amarillos…

Bueno, no todos…, uno de ellos era diferente, no era redondito, ni amarillo. Era evidente que no era un pollito, de aquel huevo que recogió el granjero en el bosque salió una cría de águila real, pero la gallina y el resto de pollitos parecía que no ponían reparo en ello, lo trataron desde el principio como uno más, como otro pollito.

Con el paso de los días, y de los meses se convirtió en una gallina más, se pasaba todo el día picando en el suelo intentando comer lo que encontraba por aquí y por allá, siguiendo siempre a su mamá gallina y a sus hermanos pollitos, incluso cacareaba como una gallina…

A veces, sentía que aquel no era su lugar, incluso soñaba que volaba, pero enseguida el resto de gallinas y pollitos le quitaban esa idea de la cabeza y continuaba haciendo lo mismo que hacia cualquier ave de la granja.

Cierto día, cuando paseaba con su mamá gallina vio en lo alto, en el cielo, una impresionante ave volando majestuosa, y le pregunto que era aquello, su madre le dijo: ¡es un águila real, la más grandiosa que vuela por los cielos, es elegante y poderosa a la vez, domina su territorio desde lo alto, tiene fuertes garras y no le tema a nada ni a nadie…¡

Pero no sueñes, le dijo su madre, tú eres una simple gallina, nunca serás como el águila…

Y con ese convencimiento, nuestra águila continuó su vida en la granja, viviendo como una gallina…”

Nuestro entorno, muchas veces marca nuestra vida. Pero nacer en un barrio humilde no significa que tengamos que vivir en él toda la vida, ¿verdad? ¡podemos cambiar¡, ¡debemos cambiar¡, tenemos que estar en alerta, nuestras circunstancias no somos nosotros…, podemos modificar nuestras circunstancias, es posible…, solo necesitamos cambiar algo antes, algo muy importante, primero tenemos que cambiar nosotros…, ¡tenemos que creer en nosotros…¡

Lo que creamos que somos o lo que creamos que somos capaces de hacer, depende de nuestro sistema de creencias, de nuestra comunicación interna, de nuestro diálogo interno, ¡no depende de lo que otros nos digan…¡, no te dejes influir negativamente, no te dejes convencer…

Nuestras creencias, marcan el devenir de nuestra existencia, nos hace sentirnos poderosos o insignificantes, nos hace ser felices o infelices, nos permite vivir una vida plena o una vida vacía, en fin, parece que los resultados dependen de nuestras “creencias”.

Tú decides lo que quieres ser…, recuerda: ¡si crees que eres una gallina, te vas a comportar como una gallina…¡ aunque seas un águila. Que seas de una forma u otra, o te comportes de una forma u otra, está directamente relacionado con lo que creas que eres…

Francisco Lutzardo
Personal Coaching
E-mail: flutzardo@gmail.com


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