Ya menudo continúo diciendo: "No es fácil mantenerse alejado de los apegos.” Y no
lo es… a menos que lo sea.
Lo que lo hace fácil para nosotros desapegarnos de personas, lugares y eventos que llenan nuestras vidas es una profunda conciencia de Quiénes Somos y cuál es nuestro propósito al vivir esta vida. Conversaciones con Dios ha dejado esto claro para mí. En términos muy claros se hizo evidente para mí que yo no soy mi cuerpo. Mi cuerpo no es algo que yo soy, es algo que yo tengo.
Quiero decirles que estoy muy apegado a mi cuerpo, y que no es fácil para mí entender que yo soy algo más que eso. Esta idea de que yo existo – el "yo” de "mí” que "yo soy” – completamente aparte y separado del cuerpo es una noción que se siente completamente ajena a mi experiencia… excepto cuando no lo es. He tenido momentos en mi vida cuando ha sido muy claro para mí que mi cuerpo no es más que una herramienta que yo uso en la creación de mi experiencia en-el-momento.
Sin embargo, estos momentos han sido la excepción y no la regla. En la mayoría de los momentos de mi vida he andado por ahí pensando que el cuerpo que tengo es el "yo” que soy Yo.
Cuando estoy residiendo en un lugar de suficiente sabiduría para entender que esto no es verdad, otras personas que viven conmigo y cerca de mí me dicen que he pasado a un estado alterado de conciencia. Esto es exactamente lo que tenemos que hacer si queremos pasar a un lugar en donde estamos menos apegados a las cosas que son exteriores al Yo. Debemos pasar a un estado alterado de conciencia. Debemos ir a un lugar de mayor conciencia. Debemos elevarnos y expandir nuestra experiencia de quienes somos.
Cuando yo sé lo que realmente soy y cuando entiendo profundamente lo que estoy haciendo aquí, me siento más y más desapegado de las personas, lugares y acontecimientos de mi vida física cotidiana. La vida que existe fuera de mi Yo Interior es magnética. Tira y me atrae hacia ella. Me aspira y me absorbe hacia ella. Pronto, me pierdo en el laberinto y no puedo encontrar la salida.
lo es… a menos que lo sea.
Lo que lo hace fácil para nosotros desapegarnos de personas, lugares y eventos que llenan nuestras vidas es una profunda conciencia de Quiénes Somos y cuál es nuestro propósito al vivir esta vida. Conversaciones con Dios ha dejado esto claro para mí. En términos muy claros se hizo evidente para mí que yo no soy mi cuerpo. Mi cuerpo no es algo que yo soy, es algo que yo tengo.
Quiero decirles que estoy muy apegado a mi cuerpo, y que no es fácil para mí entender que yo soy algo más que eso. Esta idea de que yo existo – el "yo” de "mí” que "yo soy” – completamente aparte y separado del cuerpo es una noción que se siente completamente ajena a mi experiencia… excepto cuando no lo es. He tenido momentos en mi vida cuando ha sido muy claro para mí que mi cuerpo no es más que una herramienta que yo uso en la creación de mi experiencia en-el-momento.
Sin embargo, estos momentos han sido la excepción y no la regla. En la mayoría de los momentos de mi vida he andado por ahí pensando que el cuerpo que tengo es el "yo” que soy Yo.
Cuando estoy residiendo en un lugar de suficiente sabiduría para entender que esto no es verdad, otras personas que viven conmigo y cerca de mí me dicen que he pasado a un estado alterado de conciencia. Esto es exactamente lo que tenemos que hacer si queremos pasar a un lugar en donde estamos menos apegados a las cosas que son exteriores al Yo. Debemos pasar a un estado alterado de conciencia. Debemos ir a un lugar de mayor conciencia. Debemos elevarnos y expandir nuestra experiencia de quienes somos.
Cuando yo sé lo que realmente soy y cuando entiendo profundamente lo que estoy haciendo aquí, me siento más y más desapegado de las personas, lugares y acontecimientos de mi vida física cotidiana. La vida que existe fuera de mi Yo Interior es magnética. Tira y me atrae hacia ella. Me aspira y me absorbe hacia ella. Pronto, me pierdo en el laberinto y no puedo encontrar la salida.
NEALE DONALD WALSCH
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