domingo, 27 de enero de 2013

Trabajo de Crecimiento Interior

¿Por qué trabajar para el crecimiento interior, si es algo que no se ve? , ¿Por qué hacer trabajos que parecen tan etéreos como el desarrollo de la conciencia o la construcción del carácter?

Nuestros cuidados y nuestras atenciones son para esa minúscula parte que es el cuerpo físico; y es por la relación del cuerpo con el ambiente que tenemos sufrimiento o alegría, serenidad o estrés; todo en función de acontecimientos externos. Estamos condicionados por una infinitésima parte de lo que es la vida y de lo que somos nosotros.

Para eso el trabajo interior, para llegar a conocer las 100.000 partes al completo. Para que un acontecimiento de la materia, del exterior, del cuerpo, no nos afecte más que lo justo, es decir 1 parte de100.000.



No hay ninguna razón que justifique el sufrimiento, no hay ninguna razón que justifique la tristeza, no hay ninguna razón que justifique el dolor. A pesar de las situaciones por las que estés pasando en tu vida, a pesar de un entorno probablemente hostil, a pesar incluso de pérdidas, no es justificación para sufrir ni para alargar ese sufrimiento en el tiempo.

¿Estás sufriendo o eres infeliz?, ¿hasta cuándo tienes previsto seguir sufriendo?, ¿hasta cuándo tienes previsto mantener esa vida de infelicidad y tristeza?, ¿esperas algún acontecimiento que te saque de ese estado?, ¿esperas que pase un determinado tiempo?, ¿esperas que alguien tome alguna decisión por ti? Por si no lo sabes, ya te lo digo yo ahora: Ninguna situación futura, ni el paso del tiempo, ni decisiones ajenas, te van a sacar del sufrimiento.

El sufrimiento, el dolor, la tristeza, son tuyos; por lo que sólo tú has de ser capaz por ti mism@ de salir del sufrimiento, para no volver jamás.

Te propongo un trabajo, si, trabajo, no hay nada que nos sea dado, todo se ha de trabajar; así que te propongo un trabajo para vivir con alegría, para ser feliz.

“Trabajo de crecimiento interior”

Al que también podríamos llamar:

Evolución interior.
Desarrollo de la conciencia.
Construcción del carácter.

Antes de empezar a desarrollar el trabajo, que nos va a ocupar una buena temporada, vamos a dedicar unas líneas a aclaras los conceptos expuestos anteriormente:

Crecimiento o Evolución interior:

Está claro que el mero hecho de vivir ya comporta un crecimiento y una evolución, pero no son más que la evolución y el crecimiento de vida. El hecho de envejecer no supone ningún plus en habilidades interiores.

¿Qué es, entonces, evolución o crecimiento interior?:

- Es un proceso para ser libres interiormente.
- Es un proceso en el que se consigue una transformación que nos va a dar la capacidad de elegir como nos queremos sentir.
- Es una transformación en la que podemos ver y sentir, de un modo natural, una realidad que está más allá de lo que ha sido hasta ahora tu experiencia, ya que te permite ver el mundo con una amplitud y una profundidad desconocidas hasta ahora.
- Es un trabajo para contemplar la Realidad.
- Es ver con ojos nuevos, es descubrir, no solo intelectualmente, sino desde el corazón, que somos UNO con el Universo, es ver la conexión de todo lo creado.

Desarrollo de la conciencia:
La conciencia es el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. Por lo tanto desarrollar la conciencia es llevar ese conocimiento al límite extremo para conocer absolutamente todo de uno mismo, y todo es cuerpo, mente, energía, emociones, espiritualidad.

Construcción del carácter:

Esta va a ser la clave. Vamos a crecer y a evolucionar construyendo nuestro carácter.
El carácter de una persona lo constituyen las peculiaridades colectivas o cualidades que la distinguen de los demás.

Construimos nuestro carácter al repetir pensamientos, al repetir emociones y sentimientos, y por los hechos que resultan de ellos. Piensa en algo muy a menudo y durante suficiente tiempo, y ese pensamiento tendrá expresión, tanto así como la palabra o la acción.

Repite un hecho muy a menudo, frecuentemente, y se convertirá en un hábito.

Un pensamiento es pronto rechazado, un hecho es prontamente olvidado, pero dejan una marca en el carácter, aunque sea ligero. Cuando se vuelven costumbre, ellos se autograban profundamente en la parte invisible de la naturaleza de la persona.

El carácter es la colección de hábitos y tendencias consecuentes que hemos construido en todas las partes de nuestra constitución. Es la acumulación de hábitos del cuerpo, de las emociones y sentimientos, de los hábitos de la manera de pensar y de la moral, hábitos de obedecer a la voz de la conciencia, o de ceder a la tentación, como también, hábitos de entrenamiento en todos los campos del esfuerzo. Es lo que hemos construido en nosotros mismos.

El carácter es el ropaje interno e invisible que el Ego teje alrededor de sí mediante sus pensamientos y acciones, hebra por hebra, fibra por fibra, justamente como la larva construye su capullo en el cual debe vivir más tarde. Durante la vida mejoramos este carácter, o lo degradamos y lo echamos a perder. Al final de la vida, el carácter todavía permanece como una acumulación de fuerzas y energías, y como tal, no puede ser aniquilado ni destruido. ¿Qué le sucede al carácter después de la muerte?

Las Enseñanzas Antiguas afirman que permanece inalterado y latente en planos internos de la Naturaleza, hasta que en edades distantes el Ego regresa a tomar cuerpo físico; y así, ese Ego reencuentra su patrimonio, ese carácter, el cual ha estado esperando por su dueño. Es como un cheque de viajero, enviado con anticipación, esperando en su destino a que llegue el viajero.

Es la “Voluntad y Testamento” que nuestro actual ser hace para su futura existencia, cuando ese Ego regrese a la Tierra como un niño recién nacido, el cual ahora empieza a automanifestarse nuevamente, es el “capital” con el que comienza su nueva reencarnación. La entidad recién nacida, por lo tanto, es virtualmente una reproducción de la entidad que ya existió previamente.

El carácter de una persona está profundamente arraigado y no cambia de un día para otro, o de hora en hora, como lo hacen nuestra manera de pensar y nuestros sentimientos. No podemos sacudirnos nuestro carácter como lo hacemos con nuestra disposición de ánimo, pero podemos cambiarlo y remodelarlo con el mismo método que utilizamos al construirlo. Si un edificio no es lo que debería de ser, y queremos remodelarlo o reconstruirlo, eso sólo puede lograrse al reemplazar partes defectuosas por unas nuevas y mejor diseñadas, y esto debe hacerse poco a poco.

No puede lograrse con un impulso sencillo, sino mediante un proceso lento y laborioso. Esta es la razón por la cual deberíamos ser muy cuidadosos con nuestra manera de pensar y con nuestros hechos cuando ocurren por primera vez. Debemos hacerlo de tal forma que no haya oportunidad de que sean reemplazados en un futuro.

No existen atajos para remodelar el carácter. Esa es la razón por la cual las resoluciones de Año Nuevo, aunque beneficiosas, son tan a menudo inefectivas. En nuestra euforia pasamos por alto la realidad de que lo que esperamos que cambie con un mínimo esfuerzo, fue construido por pensamientos y hechos, repetidos una y otra vez, durante largos periodos en el pasado. A fin de que funcione, el esfuerzo debe ser constantemente renovado y resueltamente continuado a lo largo del año, mes a mes, día a día.

Hay una porción de Sabiduría Oriental que dice:

Si siembro un pensamiento, cosecharé una acción;
Si siembro una acción, cosecharé un hábito;
Si siembro un hábito, cosecharé un carácter;
Si siembro un carácter, cosecharé un destino
.



Vamos a dedicar esta segunda parte para situarnos en nuestros campos de trabajo, ya que no sólo vamos a trabajar el cuerpo físico, sino que vamos, sobre todo a trabajar el cuerpo energético.

El campo energético humano, o Aura

El ser tiene dos aspectos:

+ El cuerpo físico material.
+ El cuerpo energético, que no puede ser visto si no se es clarividente.

El cuerpo energético humano es una manifestación de la energía universal íntimamente vinculada con la vida humana.

+ Se denomina aura, y ha sido descrita como un ente luminoso que rodea al cuerpo físico y penetra en él, y que emite su propia radiación característica.

Los investigadores, basándose en sus observaciones han creado modelos teóricos que dividen al aura en varias capas, a veces denominadas cuerpos, que se interpenetran y rodean mutuamente en capas sucesivas.

Centros de energía

En cada una de las capas del aura, hay ciertos Centros de Energía, o Chakras, según se los llama en sánscrito, palabra que significa literalmente rueda o disco giratorio.

Cada individuo posee estos centros de fuerza, aunque el grado de desarrollo de los mismos varía considerablemente. Cuando no están desarrollados, su brillo es apagado y las partículas etéricas se mueven con lentitud, formando lo meramente indispensable para la transmisión de la fuerza y nada más; en personas desarrolladas, en cambio, los chakras brillan y palpitan, resplandeciendo como soles en miniatura. Su tamaño varía desde unos 5 centímetros hasta unos 15 centímetros de diámetro.

Los chakras etéricos tienen dos funciones distintas:

1. Absorber y distribuir Prana, o Vitalidad, al cuerpo etérico y de éste al cuerpo físico, manteniéndolos así activos.

2. Traer a la conciencia física la cualidad, cualquiera que ella sea, inherente al centro astral correspondiente.
Los chakras y la conciencia

Los chakras son centros de actividad, receptores, asimiladores y transmisores de las energías vitales.

Cada chakra refleja un aspecto de la conciencia esencial para nuestra vida. Los chakras en conjunto forman un sistema para modelar la conciencia, que nos permite conocernos mejor; en lo mental, en lo corporal, en el comportamiento y en la cultura. El sistema de chakras es un valioso instrumento de desarrollo personal.
Desde el comportamiento instintivo hasta las estrategias más conscientemente planeadas, desde la emoción hasta la creación artística, los chakras son los programas maestros que rigen nuestra vida, nuestros amores, nuestro aprendizaje y nuestra iluminación, a manera de arco iris o canal de comunicación tendido entre la mente, el espíritu y la materia, el pasado y el futuro.

Los chakras existen en muchas dimensiones y por ello constituyen puntos de acceso a dichas dimensiones:

+ En el dominio de lo físico, son regiones del organismo y puede medirse su actividad electromagnética alrededor de los principales ganglios nerviosos.

# Pueden, por lo tanto, utilizarse para diagnosticar y curar enfermedades, y tienen, en el mundo físico, instrumentos y asociaciones correspondientes:

* Los hormigueos en el estómago.
* Los nudos en la garganta.
* Las palpitaciones del corazón.
* La experiencia del orgasmo.

o Son manifestaciones de la presencia de los chakras en nuestro cuerpo.

+ En el dominio de los acontecimientos explican los tipos de actividad, las reacciones habituales, las pautas de interacción:

# El trabajo es una actividad del primer chakra, en tanto que necesario para la supervivencia.
# La música, que guarda relación con el sonido y la comunicación, es una actividad del quinto chakra.
# Los sueños, en tanto que función de visión interior, son una actividad del sexto chakra.

+ En la dimensión del tiempo, los chakras describen etapas y ciclos de vida personales:

# En la adolescencia nos dedicamos a desarrollar los chakras inferiores:

* Hay que establecerse profesionalmente.
* Explorar la sociabilidad y la sexualidad.
* Desarrollar nuestro sentido de poder personal y dominio del mundo.

# En épocas posteriores de la vida quedamos en libertad para explorar algunos de los dominios más creadores y etéreos de nuestra vida espiritual.

* Y aunque esta sucesión de hechos pueda ser distinta de una persona a otra, en general todos recordamos aspectos de nuestra biografía y podemos ver las fases en que desarrollábamos determinados rasgos de nuestro ser. Esos fueron tiempos de transito por un chakra concreto.

+ En términos de evolución, los chakras son paradigmas de la conciencia universal que prevalece en una época determinada:

# En los tiempos primitivos la humanidad existía en el primer chakra y el afán de supervivencia centraba todas sus actividades.
# La agricultura y la navegación marcaron el comienzo de la era del segundo chakra.
# En la actualidad estamos pasando y finalizando la tercera era; nuestra cultura se abre paso mediante mecanismos de poder, de empleo de la energía y la agresión.
# Estamos inaugurando una nueva era, que nos llevará al chakra del corazón, una fase de paz, de amor y de equilibrio entre la carne y el espíritu.
# Aunque estas transiciones no suelen ser nítidas, ni súbitas, algunas etapas si pueden observarse con claridad en el transcurso de la historia.

+ En el universo mental, los chakras son pautas de conciencia, sistemas de creencias a través de los cuales experimentamos el mundo que nos rodea, a la vez que lo vamos elaborando.

# Conforme cambian los paradigmas de nuestra conciencia, el mundo que nos rodea cambia, y ello tanto en el sentido individual como colectivo.
# Nuestros sistemas de creencias, en el núcleo de nuestro ser, crean los chakras que rigen nuestra vidas. Y son las creencias lo que da forma al mundo que vamos haciendo.

¿Qué es un chakra?

La palabra chakra proviene del sánscrito y significa rueda o disco. Es un remolino que gira.

En el plano físico, los chakras guardan relación con los ganglios nerviosos, donde se registra una intensa actividad, y también con las glándulas del sistema endocrino.

Pese a la interdependencia de los chakras con los sistemas nervioso y endocrino, no debemos imaginar que sean sinónimos de ninguna estructura del cuerpo físico, como tampoco el aura forma parte del cuerpo físico, sino que se superpone a él.

Sin embargo, sus efectos sobre el cuerpo físico son intensos.
La configuración y el contenido de los chakras se forman, en su mayor parte, por las pautas repetidas de nuestros actos en la vida cotidiana, ya que nosotros mismos somos siempre el punto central de dichas acciones.

Los movimientos y los hábitos reiterados generan formas y acciones en el mundo que nos rodea. No obstante, la programación que recibimos de nuestros padres y nuestra cultura, la constitución física, las situaciones en que nacemos y la información acumulada en vidas anteriores son también factores importantes.

Las pautas contenidas en los chakras tienden a perpetuarse mediante esta interrelación con el mundo exterior. Debido a ello, sucede a veces que uno se queda como atrapado en la pauta de acción de algún chakra, que se reproduce sin cesar a sí misma; es lo que se llama un bloqueo de ese chakra, y que nos aprisiona en un nivel determinado, como puede ser una determinada relación personal, un empleo, un hábito o, más a menudo, una cierta manera de pensar. Dicho bloqueo puede ser consecuencia de la hiperactividad, o por el contrario, del desarrollo insuficiente de uno de los chakras.

Tenemos cientos de chakras, pero los más importantes son siete que se asocian con siete niveles básicos de la conciencia; cuando experimentamos la apertura de un chakra entramos asimismo en la comprensión del estado de conciencia que se asocia a él:

o Primer chakra:

+ Localizado en la base de la columna.
+ Se asocia con la supervivencia.
+ Su elemento es la tierra.

o Segundo chakra:

+ Localizado en el pubis.
+ Se asocia con las emociones y la sexualidad.
+ Su elemento es el agua.

o Tercer chakra:

+ Localizado en el plexo solar.
+ Se asocia con el poder personal y la energía metabólica.
+ Su elemento es el fuego.

o Cuarto chakra:

+ Localizado hacia el esternón.
+ Se asocia con el amor.
+ Su elemento es el aire.

o Quinto chakra:

+ Localizado en la garganta.
+ Se asocia con la comunicación y creatividad.
+ Su elemento es el sonido.

o Sexto chakra:

+ Localizado en el centro de la frente.
+ Se asocia con la clarividencia, la intuición y la imaginación.
+ Su elemento es la luz.

o Séptimo chakra:

+ Localizado en lo más alto del cráneo.
+ Se asocia con el conocimiento y la comprensión.
+ Su elemento es el entendimiento

Juntos, estos siete chakras constituyen las componentes principales de nuestra conciencia, y pocas personas habrán pasado por la vida sin tener que ver con cada uno de estos niveles.

Los chakras pueden estar abiertos, cerrados o en cualquier estado intermedio, pueden estar hiperactivos o hipoactivos, pueden tener una energía densa o débil, pueden estar centrados o escorados hacia algún lado, pueden estar sanos o dañados en alguna de sus partes, etc., etc., etc.

o Tales estados pueden ser los aspectos básicos de la personalidad del individuo durante la mayor parte de su vida, o variar de un momento a otro en función de las situaciones.

o Un chakra enfermo suele ser incapaz de cambiar de estado con prontitud, y es entonces cuando debe intervenir la curación.

La cantidad de energía que se encuentra en un plano determinado y su calidad dependen de la situación y el estado del chakra.

o Tomando como ejemplo el tercer chakra, (el del poder personal), una persona que lo tenga muy cerrado sentiría pánico ante la situación de tener que hablar en público; para otro, en cambio, sería una oportunidad estimulante.

o Una persona que tenga el segundo chakra, (el de la sexualidad) muy abierto, quizás disfrute variando entre gran número de relaciones sexuales, mientras que otra que lo tenga cerrado, quizás sufra incluso para mantener una relación monógama.

o Un individuo con el chakra cardiaco muy abierto tal vez llevará su sentido de la abnegación hasta el sacrificio y de él diríamos que no toca con los pies en el suelo.

Lo ideal es que todos los chakras se encuentren abiertos, activos y equilibrados. Esto se consigue por medio de diversos ejercicios, con la meditación, los puntos de acupuntura, el entendimiento en general, lo que conduce a un estado de consciencia más profundo. El cual, además se halla al alcance de cualquiera.

Es momento de empezar a trabajar, y el trabajo va a centrarse tanto en nuestro cuerpo físico como en nuestro cuerpo energético; y del cuerpo energético vamos a trabajar el cuerpo astral y el cuerpo mental inferior. Es decir, además de nuestro cuerpo físico, vamos a trabajar las emociones y los pensamientos.

El cuerpo físico

El cuerpo físico sólo es un instrumento nuestro, no somos nosotros, es el instrumento que nos hemos dado para llevar a cabo nuestro trabajo. Pero es un instrumento viviente. Posee algo que puede llamarse semiconciencia, tiene hábitos, y algo que se asemeja a una voluntad, de tal manera que puede resistirse a nuestros esfuerzos por cambiar sus métodos.

El primer paso para someter el cuerpo físico a nuestro control es separarnos de él en conciencia, y darnos cuenta de que no somos él, sino que somos su dueño.

Pero esta actitud no se adquiere sólo con pensar en ella. Es el resultado de una disciplina rígida y persistente.

Separarse del cuerpo comporta un trabajo de cuatro etapas:

- Purificación del cuerpo.
- Control del cuerpo.
- Mantenerlo saludable.
- Sensibilización del cuerpo.

Salud

Después de la purificación, el requisito más importante es la salud.

Salud significa funcionamiento armonioso de todos los órganos vitales del cuerpo físico.

La persona que goza de buena salud casi no se da cuenta de su cuerpo físico, mientras que la que sufre de mala salud está siempre pendiente de alguna parte de su cuerpo.

Cuando la enfermedad es causa de distracción, es un obstáculo en el camino de unión con el alma.

En muchos casos, la enfermedad resulta de desarmonía interna y falta de dominio propio, y desaparece cuando desaparecen esas causas.

Pero a veces, la enfermedad no se puede superar por causas kármicas o por ser necesaria esa enfermedad para el trabajo que ha de desarrollar esa persona. Entonces la persona debe proseguir su trabajo, manteniendo la actitud correcta.

Sensibilidad

Y después aun es necesario algo más, para que el sistema nervioso responda a las energías superiores.

Ese algo más es la sensibilidad.

La pureza tiene que ver con la calidad del material. La sensibilidad tiene que ver con su capacidad vibratoria. Porque si la pureza fuera suficiente, cualquier niño nacido de padres con cuerpos puros y sensibles, y alimentado con comidas puras desde que nace, podría entrar fácilmente en la vida superior, pero lo cierto es que no puede. Su sistema nervioso no ha sido sometido a aquel proceso especial que le sensibiliza y le capacita para responder a las vibraciones más sutiles.

Esto se consigue con la meditación.

Producir todos estos cambios, a algunas personas, les resulta más fácil que a otras; eso se debe a que han trabajado en esa dirección en vidas anteriores, y lo que ahora parece un desarrollo fácil no es nada más que volver a algo ya trabajado en el pasado.

Cada uno obtiene lo que se merece y ha conquistado.

Trabajo diario

Aquí empieza tu trabajo. Reserva un espacio en tu casa y un tiempo en tu agenda. Intenta que el espacio siempre sea el mismo, y trabaja siempre a la misma hora. Si trabajas siempre en el mismo espacio se va a ir impregnando ese lugar de tu energía, de esa energía de crecimiento que estás trabajando; y si siempre lo haces a la misma hora, todo tu ser está ya preparado a esa hora para realizar el trabajo, con lo que siempre será un poco más fácil.

Las mejores horas del día para la práctica son a la salida y a la puesta del sol.

Te presento una serie de ejercicios para realizar antes de la meditación, siempre en el caso de que no practiques yoga, o natación, u otro tipo de ejercicio físico.

Si ya realizaras los ejercicios, puedes pasar directamente a la meditación.

En la mañana

Respiraciones

Respiración pránica (6-3-6-3):

* Inhala contando 6.
* Retén contando 3.
* Exhala contando 6.
* Reten contando 3.
* Repite 21 veces.

Respiración alterna:

* Con los dedos pulgar y anular de la mano derecha vas a ir tapando de manera alternativa las fosas nasales de la siguiente manera.

o Tapa el lado izquierdo e INHALA por el derecho.
o Tapa el derecho, destapa el izquierdo y EXHALA.
o Vuelve a INHALAR por el lado izquierdo.
o Tapa el izquierdo, destapa el derecho y EXHALA.

+ Esto es una vuelta.
+ Hacer 21 vueltas

Respiración de fuego:

La respiración de fuego es una respiración rápida, 2 ó 3 veces por segundo, inhalando y exhalando por la nariz; dando un golpe al abdomen en la exhalación, dejando que la inhalación llegue sola.

Si no la has practicado nunca, es más difícil de lo que parece, por lo que hasta que la domines, hazla más lenta.

* 3 series de 50 respiraciones.

Ejercicio físico

Ejercicios para los ojos, (6º chakra):

* Cierra los ojos y báñalos en la oscuridad.

- Lleva la atención al entrecejo.
- Realiza 3 respiraciones lentas y profundas.

* Abre los ojos y mira al frente, sin parpadear.

- Sin mover la cabeza, mira al cielo y luego a la tierra. 5 veces.

* Cierra los ojos, regresa a la oscuridad. 3 respiraciones.
* Abre los ojos y mira al frente.

- Sin mover la cabeza, mira a la derecha y después a la izquierda. 5 veces.

* Cierra los ojos y vuelve a la oscuridad. 3 respiraciones.
* Abre los ojos y mira al frente.

- Haz círculos completos con los ojos, 5 veces a la derecha y 5 veces a la izquierda.

* Cierra los ojos y vuelve a la oscuridad. 3 respiraciones.
* Abre los ojos.

Ejercicios para el cuello, (5º chakra):

* De pie, los brazos a lo largo del cuerpo.

o Deja caer la cabeza atrás, inhalando.
o Lleva la cabeza hacia delante, exhalando.

+ 12 veces.

o Gira la cabeza a izquierda, exhalando.
o Y a la derecha, exhalando.

+ 12 veces.

o Lleva la cabeza a izquierda, inhalando, y derecha, exhalando; como si quisieras tocar con los oídos en los hombros.

+ 12 veces.

o Haz 12 círculos completos, inhalando cuando vas por detrás, y exhalando cuando vas por delante.
o Haz 12 círculos hacia el otro lado.

Ejercicios para el tórax, (4º chakra):

* Apertura del tórax.

o De pie, los pies separados a la anchura de las caderas.
o Lleva los brazos detrás del cuerpo y entrelaza los dedos de las manos.
o Lleva las manos atrás con los brazos rectos, los hombros atrás, sacando el pecho.
o Deja caer la cabeza atrás y sube los brazos.
o Rota el tronco a la izquierda inhalando, y a la derecha exhalando; 12 veces.
o Relaja.

* Molino de viento.

o De pie, los pies separados a la anchura de las caderas.
o Brazos en cruz.
o Gira el torso sobre el eje de la columna, a la izquierda inhalando y a la derecha exhalando; 12 veces.

* Giro de hombros.

o De pie, los brazos relajados al lado del cuerpo.
o Gira los hombros hacia delante 12 veces
o Y hacia atrás otras 12 veces.

* Círculos con los brazos.

o De pie, los brazos relajados al lado del cuerpo.
o Haz círculos con los dos brazos hacia delante, 12 veces.
o Y hacia atrás, otras 12 veces.

Ejercicios 1º, 2º y tercer chakra

* Rotación del tronco.

o De pie, manos a la cintura.
o Girar en circulo el cuerpo desde la pelvis, llevándolo lo más lejos posible.

+ Inhala cuando haces el semicírculo por detrás y exhala cuando lo haces por delante. 12 veces

o Círculos en el otro sentido.

+ Con la misma respiración. 12 veces.

* Rotación de caderas.

o De pie, las manos en las caderas.

+ Girar la pelvis, inhalando cuando haces el semicírculo por detrás y exhalando cuando lo haces por delante. 12 veces.

+ Cambia de sentido, con la misma respiración. 12 veces.
* Rotación de rodillas.

o De pie, las piernas juntos.
o Flexiona ligeramente las rodillas y apoya las manos en ellas.
o Haz 12 giros con las rodillas a la derecha y 12 a la izquierda.

* Rotación de pies.

o Quédate sobre un pie, y separa del suelo el otro, con la pierna recta.

+ Gira el pie 12 veces a la derecha y 12 a la izquierda.

o Cambia de pierna.

* Sentadillas.

o De pie, los brazos al lado del cuerpo o en las caderas.
o Flexiona un poco las rodillas y vuelve a subir.

+ 100 veces.

* Saltar.

o Como si fueras una criatura, ponte a dar saltos en el aire, siempre en postura relajada y con los miembros muy sueltos. Al término de cada salto, aterriza doblando las rodillas, acentuando el descenso hacia la tierra. Esto nos ayuda a entrar en contacto con el plano terrestre, por cuanto cedemos a la gravedad.

Invocación:

No debemos empezar ninguna meditación sin pedir ayuda. Por eso, comenzaremos siempre la meditación con una invocación. Puedes usar la formula que te apetezca, si no usas ninguna y no sabes que hacer, te presento esta.
Coloca las palmas de las manos juntas en el mudra de oración delante del chakra cardiaco, y di en silencio:

Al Ser Supremo

Padre Divino, Madre Divina
A mi Maestro espiritual
A todos los Santos
A todos los Maestros Espirituales
A todos los Grandes Seres
A los Seres de Luz y Ayudantes Espirituales
A mi Ser Supremo
A mi Alma

Gracias por las Bendiciones Divinas
Gracias por Guía Divina
Gracias por la ayuda y la protección.
Gracias por la protección.
Gracias por la fuerza interior para continuar con esta práctica espiritual
Gracias por la Iluminación y la Unión Divina
Gracias por la Abundancia y la Prosperidad
Gracias por la energía de sanación.
Con gratitud
Con respeto
Con amor, gracias.

Meditación de arraigo:

Arraigarse es unir la propia energía vital con la energía de la Tierra.

Siéntate en el suelo o en una silla con los pies bien apoyados en el suelo, con la espalda recta.

Empieza a relajar el cuerpo permitiendo que salga toda la tensión con la exhalación.

Dirige la atención a tu interior, olvida tus actividades y date permiso para ser consciente sólo de este momento y este lugar.

Quédate durante unos momentos solamente con tu respiración.

Empieza a sentir y a percibir la fuerza vital y la energía que existen dentro de tu cuerpo y de tu ser.

Siente su movimiento y su flujo en todo tu cuerpo. Observa su dirección y cualquier diferencia que pueda existir en áreas específicas de ti mismo/a.

Recuerda que la energía sigue al pensamiento.

Lleva la atención y la concentración a los pies relajándolos mientras lo haces.

Esto hace que se hundan con firmeza en el suelo.

Siente como el suelo soporta su peso.

Concéntrate en la energía que se acumula en tus pies.

Date cuenta de cualquier respuesta que puedas tener con el flujo de esa energía, como hormigueo, calor o frío. Sin reaccionar, sólo percíbelas.

Si no se sienten, tampoco pasa nada.

Lleva ahora tu conciencia debajo de las plantas de tus pies e imagina que la fuerza vital y la energía se desplazan con tus pensamientos.

Como la energía sigue a tus pensamientos, empieza a sentir y a percibir que bajas.

Imagina que estás echando raíces, igual que una planta o un árbol.

La fuerza vital desciende, atravesando los cimientos de cualquier construcción en que te encuentres bajando al cuerpo de la Tierra.

Con firmeza fija tu concentración en unirte a la Tierra y echar raíces dentro de su cuerpo.

Deja que la Tierra empiece a sostenerte en lugar de hacerlo tú.

Concéntrate en la energía que está debajo de ti, bajando cada vez más profundamente en el interior de la Tierra.

Imagina que las puntas de los dedos de tus pies se estiran en las profundidades de la Tierra. Siente el calor que te rodea.

Y empieza a absorber el alimento de la Tierra dentro de tu propio cuerpo

Mentalmente aspira ese alimento que la Tierra te da en abundancia.

Percibe la pesadez de tu cuerpo y siente cómo se fortalece mientras se hace tu conexión de arraigo con la Tierra.

Permite que este arraigo se establezca firme y claramente en tu conciencia y en tu cuerpo.

Siente la seguridad y la protección filtrándose en ti.

Entrégate a la Tierra desde tu interior, y en las profundidades, empieza a sentir el latido que es la fuerza vital de la misma Tierra.

Mientras sientes ese latido, deja que la palpitación de tu propio corazón se fusione y se combine con ese latido, llegando ambos a unificarse.

Con esto te unes a la misma esencia de la Tierra haciéndote uno con ella.

Conectarse

Como es arriba, también es abajo.

Necesitamos un enlace y un canal directo con nuestro SER SUPERIOR, ya que este es quién nos servirá incondicionalmente y siempre nos dará la verdad, sea agradable o no.

Arraigarse es unir la propia energía vital con la energía de la Tierra.

El procedimiento para la conexión es parecido al del arraigo, pero subiendo.

Concentrándose en el flujo de la energía del arraigo ascendiendo por el cuerpo.



Arraigado en el lugar, empieza a sentir que la fuerza vital y la energía de la Tierra suben por el interior de tu cuerpo.

Sin cambiar la respiración, deja que suba la energía con la inhalación, desde la planta de los pies, sintiendo como se eleva por el cuerpo.

Conforme sube la energía puedes sentir que en tu interior tienes más fuerza y más vida.

Deja que la energía de la Tierra suba cada vez más por tu cuerpo.

Siente como impregna tu cuerpo, por dentro y por fuera.

Mientras circula hacia arriba a través de ti, siente la fuerza, siente el calor y la vitalidad.

Permite que esa energía se eleve hasta que te cubra por completo.

Deja que siga elevándose hasta que cubra tu cabeza.

Siente que eres un ser de la Tierra arraigado firmemente en su cuerpo.

Deja que esta sea tu conciencia durante unos instantes, mientras haces una pausa para acostumbrarte a esta sensación y este conocimiento.

Empieza a fijar ahora tu atención en la coronilla, y siente fluir le energía a esa parte de tu cuerpo y de tu ser.

Percibe ahora la energía del Universo, descendiendo a todas las cosas con vida, a la Tierra y a ti.

Date permiso para percibir su ligereza y su sensación, imagina que llega hasta el interior de tu propio ser a través de la coronilla.

Siente esa fuerza y esa energía emanando desde el infinito hacia ti. Siente la conexión con el Universo, con la Fuente de la vida y de la Creación.

Mientras te conectas con esa energía puedes sentir como tu conocimiento y tu nivel de conciencia se incrementan.

Puedes notar algunas sensaciones encima de ti, cerca de tu cabeza y de tu frente.

Deja que ese hormigueo, que ese calor, que ese frío, simplemente sea una parte de ti y siente la fuerza vital superior conectándote clara y firmemente con el Universo, con tu propio guía superior y con tu la misma vida.

Empieza a sentir como esa fuerza desciende suavemente por dentro de tu cuerpo. Imagina y siente su movimiento que, desde arriba, baja a través de la coronilla.

Siente su flujo de sanación y de limpieza descendiendo por el interior y el exterior de tu cuerpo y de tu ser. Siente como te sana a su paso, refrescándote, guiándote.

Deja que esa energía superior se convierta en una parte de ti. Siente como baja por tu cuello, tus hombros y tus brazos, siente la energía descendiendo por tu cuerpo, encerrando e impregnando cada órgano en su interior.

Ahora, percibe la energía de abajo, de la Tierra fusionándose y combinándose con esta energía del Universo.

Siente el equilibrio de estas dos fuerzas sintiéndote recto/a, apoyándote, dándote vida y guiándote.

Mientras se equilibran y se fusionan entre sí, te equilibran a ti.

Percibe la energía que hay en el centro de tu ser, en el corazón. Es ahí donde se encuentran las dos energías, donde hay una paz y un equilibrio perfectos.

Siente ahora ese centro de tu ser y toma plena conciencia de ello.
Toma ahora tu tiempo para que tú mismo/a flotes y llegues a ese lugar, donde se encuentran todas las cosas. En ese lugar puedes descubrir la sanación, la paz, la alegría, la libertad.

Descansa, arraigado/a abajo y conectada/o arriba. Deja que la Tierra te sostenga y el Universo te guíe.

Date permiso para descansar en los brazos del Universo y flotar a la deriva en un océano interminable de tranquilidad perfecta.

Hasta que cuando consideres que tienes suficiente ……………..

Empieza a tomar conciencia de tu respiración; suave y lentamente profundiza tu nivel de respiración, mientras lo haces, lentamente, adáptate para volver a percibir tu cuerpo.

Incrementa el nivel de tu respiración y toma conciencia del lugar donde te encuentras. Empieza a mover el cuerpo.

El arraigo y la conexión, puede ser una técnica que se realice en dos o tres minutos y que sea el inicio de cada una de las meditaciones que se realicen.

Durante el día:

Cuidado con lo que piensas, cuidado con lo que sientes, cuidado con lo que dices, cuidado con lo que haces. Imagina que la persona que está delante de ti, eres tú. Piensa, siente, di y haz lo que te gustaría que pensaran, que dijeran y que sintieran de ti, y que hicieran para ti.

Alfonso Vallejo

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