Éste llegó vestido con ropas de mendigante. El anfitrión, sin reconocerlo, lo hizo a un lado y le dijo: “No podemos tenerte en el umbral. Esperamos en cualquier momento al famoso Maestro Ikkyú”.
El Maestro volvió a su casa, cambió sus ropas por el manto ceremonial y se presentó nuevamente. Fue recibido con respeto e introducido en la sala del banquete. Allí se quitó el manto, lo acomodó sobre el cojín que le habían reservado y dijo: “Supongo que has invitado al manto, ya que a mí me echaste hace un momento”.
El Maestro volvió a su casa, cambió sus ropas por el manto ceremonial y se presentó nuevamente. Fue recibido con respeto e introducido en la sala del banquete. Allí se quitó el manto, lo acomodó sobre el cojín que le habían reservado y dijo: “Supongo que has invitado al manto, ya que a mí me echaste hace un momento”.
Luego se marchó.
Esta historia nos muestra que debemos aprender a ver más allá de las apariencias. Dar y darnos la oportunidad de conocer a las personas realmente; dejemos los prejuicios a un lado, el verdadero valor de las personas se encuentra en el interior. Es en lo único que debemos centrar nuestra atención ya que es lo esencial y "real".
Lo valioso esta en el interior y a menudo lo menospreciamos a cambio de las apariencias superficiales. Lo exterior son solo estereotipos o mascaras sociales que se deterioran con las circunstancias y el tiempo.
Incluso las distintas situaciones que se nos presentan en la vida, debemos valorarlas a profundidad y no solo en la superficie.
“Un frasco de perfume puede parecer bonito o feo; pero lo que realmente vale es la esencia que contiene dentro” SG
Siria Grandet –Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (BAZI)
Fuente: Armonizando tu vida
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