“Una mujer estaba buscando algo en el suelo junto a un farol. Pasó por allí un hombre y se paró, curioso, a observar a la mujer, que afanosamente buscaba y buscaba. Intrigado, después de un rato, el hombre preguntó:
- Buena mujer, perdona que me inmiscuya en tus asuntos, pero ¿podrías decirme qué buscas?
Y la mujer repuso:
- Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz he venido a buscarla junto a este farol”. (Cuento Zen)
Los seres humanos tendemos a posponer la felicidad. Pensamos que cuando tengamos a cierta pareja por fin seremos felices, pero al pasar el tiempo nos damos cuenta que no es así, que aun no somos felices del todo; entonces pensamos, ¡ah! cuando logre comprarme mi carro último modelo, mi casa en el mejor lugar, cuando me acomode en la “alta” sociedad, cuando viaje a tal lugar, etcétera, seré feliz. Pero al pasar el tiempo nos damos cuenta que no era así… tratamos de encontrar la felicidad ya sea con personas o cosas materiales y conforme va transcurriendo la vida nos vamos sintiendo cada vez mas vacios y frustrados.
Esperamos que los demás o las circunstancias cambien para poder ser felices.Siempre estamos en busca de la felicidad; se nos va la vida, sin darnos cuenta que jamás la encontraremos en el exterior.
¡Nosotros somos nuestra propia felicidad!... no necesitamos que nada ni nadie venga a hacernos felices. Debemos amarnos y valorarnos a nosotros mismos, darnos cuenta que somos seres humanos irrepetibles. No esperes a que los demás o las circunstancias cambien (nunca será así), busquemos dentro de nosotros mismos, deshagámonos de lo que no nos sirve para nuestro crecimiento.
“Conócete a ti mismo y conocerás la totalidad”. No es una tarea sencilla, pero sí es lo único que vale la pena realizar. Lo demás vendrá por añadidura.
Recuerda: No podemos dar lo que no tenemos y no podemos recibir lo que no damos.
Siria Grandet –Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (4 Pilares del Destino).
Fuente: Armonizando tu vida
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