Es posible que nada te cause tantos sufrimientos
como tu miedo de sufrir.
Por temor de sufrir tu soledad, sufres el tormento
de una mala compañía.
Por temor de sufrir el corte de una relación, sufres
por años el infierno de una mala pareja.
Por temor de sufrir el peso de las responsabilidades
del adulto, sufres de por vida el pesar de obrar
como un niño inválido.
Por temor de sufrir a causa de tus errores, sufres
las consecuencias del terrible error de no
comprometerte ni jugarte nunca.
Por temor de sufrir el rechazo de los otros, sufres
en tu soledad y tu aislamiento sin nunca salir hacia
el encuentro.
Por temor de sufrir el que alguien no te quiera,
sufres por comportarte tan huidiza o posesivamente,
que logras que todos huyan y te dejen solo.
Por temor de sufrir una relación sexual no bien
lograda, sufres por años la castración de una
impotencia impuesta.
Por temor de sufrir en el infierno, sufres un
infierno anticipado impidiéndote vivir en plenitud y
libertad.
Por temor de sufrir el fracasar en tus empresas,
sufres el terrible fracaso de no emprender ninguna.
Por temor de sufrir el verte sin dinero, sufres por
no disfrutar del dinero que hoy tienes.
Por temor de sufrir la alienación capitalista,
sufres resignado la esclavitud comunista, y por
temor de sufrir el demonio marxista, sufres paciente
el infierno capitalista.
Por temor de sufrir porque tu hijo dé un mal paso,
sufres la pena de verlo sobreprotegido e inmaduro,
incapaz de dar un paso.
Por temor de sufrir la perdida del hijo cuando
crece, sufres por verlo a tu lado fracasado.
Por temor de sufrir la despedida de tus muertos,
sufres el dolor interminable de las muertes no
aceptadas.
El temor sano al sufrimiento es una señal de alarma,
que suena a tiempo para que evites el dolor
innecesario, el temor enfermo al sufrimiento es una
alarma que suena siempre, te impide vivir y te causa
sufrimientos evitables.
René Trossero
No hay comentarios.:
Publicar un comentario