lunes, 8 de julio de 2013

Tomando Impulso

Toma mi mano,
déjame ayudarte,
pero espera,
no soy muy fuerte,
así que toma impulso ,
para que el esfuerzo se
divida entre los dos.
A lo mejor mi mano,
nada más será una guía,
y el esfuerzo será nada más tuyo,
y lo único que necesitabas
era confianza para poder elevarte.

No titubees, mi mano sigue extendida,
sin condiciones ni requisitos ,
si la tomas, no estás adquiriendo
conmigo ningún compromiso
ni tampoco alguna deuda.

Quien diga que no ha necesitado
de una mano amiga para caminar
hacia adelante,
es que no ha recapacitado bien.

El afirmar que somos lo que somos
gracias solo a nuestro esfuerzo, es
una verdad a medias.

Porque el hombre siempre ha necesitado
un estímulo para mirar hacia arriba,
sólo que a veces nos concentramos tanto
en nuestra tarea,
que no le damos importancia
a las manos que se extendieron,
porque fueron tan rápidas,
que no se notaron.

Ojalá que eso haya sido,
y no nuestra ambición y egoísmo,
que nos cegó de tal manera,
que no nos permitió ver la
existencia de esas ayudas,
durante nuestras vidas.

Así que, tomemos un respiro
en nuestras actividades,
meditemos y exclamemos…

¡Benditas esas manos anónimas
que se tendieron para ayudarme
a llegar hasta donde estoy…!

Pero espera,
aun quedan planos más altos por subir,
pero no te preocupes…
aquí está mi mano extendida…
pero esta vez, sí te pediré algo…

¡Mira hacia abajo,
y si hay alguien que necesite una mano,
extiéndele la tuya, y…

¡Subiremos todos!

Sergio Pérez Castañeda


No hay comentarios.:

Publicar un comentario