lunes, 5 de octubre de 2015

Conversar (III)

Conversar es poner a espigar dos granos que se confunden y se identifican en copa y raíz. Los labios que ponen amor al conversar, tienen una canción muy alta que enciende la vida, y otra muy secreta, que se nos queda dentro.
Entre tanto tumulto, ruidos y carreras se olvida uno al conversar de sacar esas ideas que sirven para echar raíces, y esas raíces que sirven para sostener la amistad sin medir los años.

La vida moderna ha eliminado el espacio para conversar. Y ha empezado a llamar superfluo a ese tiempo en que cada persona da su mensaje, su palabra tibia, abre sus alforjas y enciende su luz. Con la vida moderna nos hemos acostumbrado a mirar “por fuera”, atendiendo sólo al fichero numerado de trabajos, lugares, cosas. Y olvidando que también por dentro hay un espacio inmenso que llenar. Y que en ese espacio tenemos obligación de colgar mariposas, sueños, milagros…

Tenemos obligación de conversar con palabras que sean llaves para ver de qué agoniza el hombre detrás de cada puerta. Y de qué enfermedad padece que lo está haciendo morir poquito a poco, todos los días.
Conversa para que la vida de los demás palpite con tu vida.

Zenaida Bacardí de Argamasilla


viernes, 18 de septiembre de 2015

Un hombre nuevo

Debe tener la disposición a renunciar a todas las formas de tener, para poder ser plenamente.

Sentir seguridad, tener sentimientos de identidad y confianza basados en la fe en lo que uno es, en la necesidad de relacionarse, interesarse, amar, solidarizarse con el mundo que nos rodea, en lugar de basarse en el deseo de tener, poseer, dominar al mundo, y así volverse esclavo de sus posesiones.

Aceptar el hecho de que nadie ni nada exterior al individuo le da significado a su vida, sino que esta independencia radical, y no la ambición, pueden llegar a ser la condición de la actividad plena, dedicada a compartir e interesarse por sus semejantes.

Sentir la alegría que causa dar y compartir, y no acumular y explotar.

Amar y respetar la vida en todas sus manifestaciones, sabiendo que no es sagrada la cosa, ni el poder, ni lo que está muerto, sino la vida y todo lo que contribuye a su desarrollo.

Tratar de reducir en la mayor medida posible la codicia, el odio y los engaños.

Desarrollar la capacidad de amar, y el pensamiento crítico, no sentimental.

Saber que ningún desarrollo es sano si no ocurre en una estructura, pero conocer también la diferencia entre la estructura como atribuyo de la vida, y el “orden” como atributo de no vivir, de la muerte.Desarrollar la imaginación, no para escapar de las circunstancias intolerables, sino para anticipar las posibilidades reales, como medio para suprimir las circunstancias intolerables.

No engañar, pero tampoco dejarse engañar por otros; se puede admitir ser llamado inocente, pero no ingenuo.

Percibir la unión por la vida y, por consiguiente, renunciar a la meta de conquistar a la naturaleza, someterla, explotarla, violarla, destruirla, y en vez de esto tratar de comprender y cooperar con la naturaleza.

Gozar de una libertad no arbitraria, sino que ofrezca la posibilidad de ser uno mismo, y no un atado de ambiciones, sino una estructura delicadamente equilibrada que en todo momento se enfrenta a la alternativa de desarrollarse o decaer, vivir o morir.

Saber que el mal y la destrucción son consecuencias necesarias de no desarrollarse.

Saber que sólo muy pocos han alcanzado la perfección en todas esas cualidades y SER, sin la ambición de alcanzar la meta reconociendo que esta ambición sólo es otra forma de codiciar, de tener.

Ser feliz en el proceso de vivir cada día más sin importar el avance que el destino nos permita realizar, porque vivir tan plenamente como se puede, resulta tan satisfactorio que es difícil preocuparse por lo que se logra.

Desconozco a su autor

viernes, 31 de julio de 2015

Fracaso es sinónimo de no haberlo intentado.

Fracaso no es sinònimo de ser fracasado...
SIGNIFICA QUE TODAVÍA NO TUVISTE ÉXITO.

Fracaso no significa que no lograste nada...
SIGNIFICA QUE NO APRENDISTE ALGO.

Fracaso no significa que actuaste como un necio...
SIGNIFICA QUE NO TUVISTE MUCHA FE.

Fracaso no significa que sufriste descrèdito...
SIGNIFICA QUE ESTUVISTE DISPUESTO A PROBAR.

Fracaso no es sinònimo de falta de capacidad...
SIGNIFICA QUE DEBES HACER LAS COSAS DE DISTINTA MANERA.

Fracaso no significa que eres inferior...
SIGNIFICA QUE NO ERES PERFECTO.

Fracaso no significa que perdiste tu vida...
SIGNIFICA QUE TIENES BUENAS RAZONES PARA EMPEZAR DE NUEVO.

Fracaso no significa que tengas que echarte atràs...
SIGNIFICA QUE TIENES QUE LUCHAR CON MAYOR AHÍNCO.

Fracaso no significa que jamàs lograràs tus metas...
SIGNIFICA QUE TARDARÁS UN POCO MÁS EN ALCANZARLAS.

Fracaso no significa que Dios te haya abandonado.. .
SIGNIFICA QUE TIENE UNA IDEA MEJOR PARA TI.

FRACASO ES SINÓNIMO DE NO HABERLO INTENTADO.

Desconozco a su autor


viernes, 10 de julio de 2015

Optimismo

En el deporte y en otras áreas no ganan siempre los más dotados sino los más dedicados y los que más ganas ponen.

Ganan los que son entusiastas y perseverantes; los que aprenden de las caídas y son ricos en confianza.

Por eso yo necesito cada día fortalecer mi optimismo con buenas lecturas, y pensamientos positivos. Necesito un filtro para las malas noticias y una gran grabadora para todo lo que brinda ánimo y resolución.

Me conviene alejarme de aquellos que todo lo ven oscuro y que con su negativismo aumentan el mal que critican.

Me hace bien no ver el país o la ciudad con la óptica sombría de ciertos noticieros que jamás destacan todo lo bueno.

Necesito una fe firme y una esperanza sólida para ganar donde pierden los pesimistas y los temerosos.

Cada día tengo el reto y la misión de mirar el sol aunque lo tapen las nubes.

Desconozco a su autor


miércoles, 8 de julio de 2015

Autoestima (coherencia) I

Vivimos en la mentira. No sólo mentimos a los demás, sino que nos mentimos a nosotros mismos. Mentimos en lo que decimos y mentimos en lo que vivimos.

La autoestima requiere que seamos coherente entre lo que pensamos y sentimos y lo que manifestamos a los demás y a nosotros mismos.

Vivimos en la incoherencia y en la mentira cuando mostramos debilidad y en realidad estamos manipulando a los demás; cuando ponemos cara de satisfacción y en realidad estamos tristes; cuando nos relacionamos con personas a las que detestamos; cuando decimos que sabemos la verdad y en realidad estamos llenos de dudas; cuando tratamos bien a todo el mundo excepto a las personas a las que decimos que amamos; cuando nos reímos y necesitamos llorar; cuando expresamos ira y en realidad tenemos miedo; cuando moralizamos sobre los demás y estamos llenos de vicios propios; cuando renunciamos a nuestro valores para ser aceptados; cuando apreciamos las ideas de otros yendo en contra de nuestra propia experiencia que nos dice lo contrario.

R. Ros


viernes, 3 de julio de 2015

No juzgues anticipadamente

Una pareja de jóvenes tenía varios años de casada y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo.
El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso pastor alemán.

El perro salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacadas por ladrones, siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.

Luego de siete años de tener al perro, la pareja logró tener el hijo tan ansiado.

La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro, éste se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebé y ya no era tan cariñoso y fiel como demostró serlo durante siete años.

Un día la pareja dejó al bebé plácidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cuál fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola.

El dueño del perro pensó lo peor, sacó un arma y en el acto mató al perro, corrió al cuarto del bebé y encuentró una gran serpiente degollada….

El dueño comienza a llorar y exclamar… ¡¡He matado a mi perro fiel!!

Cuantas veces no hemos juzgado a las personas; lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamiento y sentimientos.

Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.

La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel…Así aprenderemos a no levantar falsos testimonios contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demás…

Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas son frágiles y fáciles de dañar pero difícil de sanar.

Desconozco a su autor


jueves, 2 de julio de 2015

Los ojos del alma (II)

La costumbre decreta que no es correcto mirar fijamente a los demás, y si se nos sorprende haciéndolo cambiamos al instante la dirección de la mirada y procuramos dar a entender de algún modo que era otra la meta de nuestros ojos, para ocultar así nuestro embarazo. Es éste uno de los efectos de desplazamiento. A un hombre no debe sorprendérsele mirando muy seguido con fijeza a una mujer, como ella no le provoque coquetamente a hacerlo; y una dama tiene todavía menos libertad en este campo: si deja que sus ojos se encuentren por algunos momentos con los del varón, éste se sentirá autorizado a interpretarle las inclinaciones. Nuestros ojos son nuestra más íntima posesión y a nadie le consentimos asomarse por ellos sin permiso a las honduras de nuestros afectos.

Sería ingenuo suponer que la forma que tenemos de emplear nuestros ojos en las situaciones sociales es algo que está genéticamente determinado. Una explicación más aceptable es la que pone el origen de nuestras maneras de mirar en la costumbre y en los convencionalismos.

La función social de los ojos es estorbada en aquellos individuos que padecen graves afecciones de la vista. Muchos invidentes son propensos a evitar las aserciones, como si hubieran abdicado su derecho a autoafirmarse a cambio de que las demás personas, más afortunadas, les acepten y traten. La ceguera parcial es, a menudo, más dura de soportar que la total, porque mientras al paciente le queda alguna vista conserva la esperanza de ir mejorando, hasta el extremo de que se niega a admitir que su mal tenga causas importantes y las juzga todas de muy poca monta; tales esperanzas y convicciones le impiden adaptarse a su nueva situación y hacen que vaya difiriendo siempre el aprender a suplir con el uso de otros sentidos el de la vista que ya no le sirve. Los niños semi-invidentes tienden a usar sus ojos a la vez que los dedos cuando estudian el sistema Braille, y esto retrasa su adquisición de los hábitos y habilidades que les son tan necesarios.

Pierre Piveteau


miércoles, 1 de julio de 2015

Los ojos del alma (I)

A los ojos se les ha llamado «ventanas del alma», porque son las únicas partes del cuerpo que al observador le parecen psicológicamente transparentes. Así, esperamos que la persona honrada nos mire de frente y con franqueza, y hablamos de ojos inocentes y de miradas nobles o, también, de miradas torvas, ladinas o incluso criminales.

Hay quienes gustan de llevar gafas de sol aunque no les hagan ninguna falta y aun les estorben, como cuando van en el metro; es porque se imaginan que, con ellas, pueden ver sin ser vistos. El aspecto de los ojos cambia cuando somos presa de alguna emoción que nos excita; entonces brillan, centellean, lanzan pequeños destellos… y pueden «reflejar» nuestros sentimientos más íntimos. En realidad, lo que sucede es que la pupila se dilata y por eso parece refulgir

También a los gatos se les acusan las emociones en los ojos. Si vuestro minino se topa con un congénere de malas pulgas, o si le ofrecéis un bocado que le guste, veréis cómo se le dilatan las pupilas. Pero si el manjar le es extraño o se lo dais envuelto en un papel, sus ojos no se alterarán, a menos que logre olerlo. En un experimento que se hizo con seres humanos para estudiar esta clase de efectos, se mostró a un hombre y a una mujer la fotografía de un nene.

El tamaño de las pupilas de la mujer aumentó en casi una quinta parte, mientras que los ojos del hombre siguieron tal como estaban. Si a las mujeres se les muestra la fotografía de una madre con su nene en brazos, puede observarse cómo se les agrandan las pupilas en cerca de una cuarta parte, y aun las del hombre se agrandan también un poco al ver la misma fotografía.

Si se quiere penetrar «hasta el alma» de una persona no se la mira a la boca ni a la nariz, sino a los ojos y con la mayor concentración posible. Y cuando las miradas se encuentran, el resultado puede ser ya al primer vistazo amor (u odio). Pero la de la mirada mutua quizá sea una peligrosa indulgencia. Porque a nadie le podemos mirar a los ojos sin permitirle que, al mismo tiempo, nos mire él a nosotros. De suerte que el «coger» por los ojos ha de ser a la vez un «dar». El jovencito que mira extasiado a la beldad que se sienta frente por frente a él en un compartimiento del tren se expone a traicionar sus sentimientos como la joven decida mirarle también con insistencia.

Pierre Piveteau


lunes, 29 de junio de 2015

El éxito no es tenerlo todo

El éxito no es tenerlo todo, ni hacerlo todo, sino serlo todo.
Por lo general, basamos nuestro éxito en las conquistas externas, aquellas que son superfluas y que carecen de sentido, dirección, rumbo.
Estas conquistas nos dan posesiones que pasamos a tener y se vuelven el parámetro de vencedores y perdedores.

A veces, el éxito se basa en nuestras acciones y su impacto sobre los demás. Pero, es sólo cuando el éxito se base en las posesiones interiores, es decir, en lo que soy, es que puedo decir que soy exitoso. Pues lo que tengo se puede ir un día, lo que hago, pararé de hacer en algún momento, pero lo que soy es eternamente mío.

Debemos tener en cuenta que, según tu perspectiva, este impacto sobre los demás debe ser siempre espontáneo, positivo y no impuesto.
Nada peor que las personas trepadoras que basan su éxito en la medida en que derrumban los esquemas de otros(as), se aprovechan de sus debilidades y juegan con sus sentimientos.

Desconozco a su autor


jueves, 25 de junio de 2015

La vida te sonreirá (II)

La vida es para aprender a amar y a perdonar, a olvidar cuando debemos olvidar, a recordar cuando debemos recordar. La vida es para ampliar los afectos y reflexionar sobre nuestras vivencias, para que pensemos en los frutos de nuestros actos y veamos claramente, sin ningún tipo de adorno ni justificaciones oportunistas lo que hemos hecho en el tiempo y todavía, si podemos, volver sobre nuestros pasos para cambiar alguna situación.

No ocupes tu tiempo en ver solo el aspecto negativo de las cosas… sueña, imagina, planea una salida, invita a alguien a comer a tu casa, da un abrazo y ríete con las personas que sonríen, ama con las personas que aman, alégrate con quienes te alegren el día. Haz las cosas simples porque en los simple brilla una pequeña luz que se hace fantástica e inmensa a los ojos de quien atesora ilusiones.

Nunca hagas o digas algo que resulte demasiado duro a alguien solitario, porque aunque a ti te parezca que en circunstancias normales, cualquiera lo tomaría con naturalidad, una persona solitaria podría verse herida mortalmente, pues su mente y su corazón son más sensibles a las influencias del exterior.
Trata de llevarle un motivo de felicidad, un minuto de alegría, un momento de amor y te lo agradecerá infinitamente.

Sabes, la felicidad es pariente de la belleza y la belleza es el rostro de la verdad. Cuando descubrimos una verdad, descubrimos algo bello, y lo bello solo puedo regocijarnos en el alma. No pienses en aquello de que la verdad es “dura”, lo duro, feo o desagradable no es la verdad, eso se llama realidad, la que el ser humano crea todos los días con su insistente capacidad de nombrar y clasificar las cosas.

La verdad es otra cosa, la verdad es el motivo de la felicidad y la libertad, porque nos libera de fantasmas y dudas al caminar, porque nos hace bellos si la sabemos cuidar, porque es el final del camino al que hemos de llegar.
Disfruta tu tiempo sabiendo que el pasado y el futuro son instantes de una realidad que se actualiza de acuerdo a tu conciencia, la cual se enciende a cada instante e ilumina lo que toca, lo que ve y hasta lo que niega.

Recuerda que la vida es más que la suma de seres vivos, es un tesoro compartido del cual formas parte. Cuando comprendas esto, llenarás tus pulmones vacíos con un soplo de eternidad y serás uno con la vida, y la vida te sonreirá.

Desconozco a su autor


martes, 23 de junio de 2015

Árbol

Aprende del árbol y deja que los vientos de la vida te despojen de las ramas secas para dejar lugar a los retoños nuevos.

Aprende del árbol y deja caer las hojas secas del pasado para que abonen el suelo, donde tus raíces preparan el futuro.

Aprende del árbol y no hagas del invierno un tiempo de tristeza y de muerte, sino un tiempo de esperanza, para arraigarte mejor y revivir más fuerte en primavera.

Desconozco a su autor


miércoles, 17 de junio de 2015

Pasión y entrega

Tiene fuerza este pensamiento del filósofo francés René Descartes:

“La pasión es el único abogado que siempre convence.
El hombre más simple será más persuasivo que el más elocuente que carezca de pasión”.

Pocas barreras frenan a a aquel que busca una meta con pasión o con un deseo vehemente.

La pasión es el motor de las grandes obras.

La pasión es una entrega total a lo que se hace, unida a las ganas y al compromiso.

Es una cualidad que acompaña a los que se valoran y destierran las dudas con una firme confianza y un trabajo tesonero.

Para lograrlo gozan de buenas amistades y suelen tener como modelos a los grandes hombres.

Son personas que hacen memoria no de sus fracasos sino de sus éxitos y aprovechan al máximo el presente.

No viajan al ayer con la culpa ni al mañana con la preocupación y llenan su alma de luz y optimismo.

Su pasión los convierte en agentes del bien y en seres felices.

Desconozco a su autor


lunes, 15 de junio de 2015

Mi colección

No colecciono mariposas, ni cachivaches, ni estampillas, colecciono palabras, sentimientos, valores que tienen como autores a mi familia y amigos.

Tengo en mi mente un Banco con intereses que me devuelve con creces la abundancia de la palabra “Amor”, que se vuelve “valor”, que se expresa en sentimiento y vuelve contentos a los románticos, a los compositores, a los escritores, poetas, y en general a todos los que se sienten nutridos con esta mágica poción.

Colecciono la palabra “Sabiduría”, con comprensión, entendimiento, conocimiento y me da el sabor de la reflexión, de la integración, del análisis, la síntesis, la división y la integración, el orden y la transformación , el poder de decir “no” cuando bien comprendo o de decir “si” cuando me hace posible mi evolución.

Colecciono la palabra “Voluntad”, que me hace dinámica, que me motiva a la acción , a la ejecución, a la creatividad, al desarrollo de cualquier habilidad, a sentirme segura y confiada en mi realización.

Que bien me va con la palabra “Fortaleza”, con valor, con destreza, con vigor, con respeto, con honor, con honestidad y lealtad, con integridad, me maravillo con la “bondad”, con la “belleza”, con la grandeza porque con ellas decora mi alma y me da calma en estos momentos de dolor.

Suaviza mis síntomas y me coloca en una cima donde puedo meditar y vibrar energéticamente con la meditación, y “espiritualidad” se convierte en el compendio de todas las bellas palabras que me significan transformación y comunicación.

V. Lucía Aristizábal


viernes, 5 de junio de 2015

¡Tan cerca!

Si me dejo llevar por una serie de lamentaciones, me hundo, cada vez más, en el abismo.

Los pensamientos oscuros siguen atrayendo hacia mí nuevas miserias.

Debo vivir hoy. No puedo cambiar los acontecimientos.

¡Si lograse, tan sólo, dejar un resquicio para los recuerdos hermosos!

¡Si consiguiera no preocuparme tanto del mañana!

¿Qué tengo hoy de nuevo? La salud. El sol en el cielo. Comida y bebida. Un niño que me sonríe. Una flor en casa.

Tal vez busco la felicidad demasiado lejos de mí. ¡la felicidad se parece a las gafas! No las veo y, sin embargo, están sobre mi nariz! ¡Tan cerca!

Phil Bosmans


miércoles, 3 de junio de 2015

Ganar la batalla

Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún cuando su ejército era muy inferior en número. Estaba confiado que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda. Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla. Después de rezar con sus hombres, el general sacó una moneda y dijo, “Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ganaremos. Se es cruz, perderemos. El destino se revelará”.

Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara.
Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria. Después de la batalla, un teniente le dijo el general,

“Nadie puede cambiar el destino”.

“Es verdad”, contestó el general mientras mostraba la moneda al teniente, que tenía cara en ambos lados.

Obviamente la historia es irreal en el sentido de que una moneda no puede decidir nuestro futuro, sin embargo, nos deja muy claro que muchas veces, hemos perdido la batalla porque antes de iniciar nos creemos incapaces.
Es usual cuando hay exámenes por ejemplo, que muchos lo han perdido antes de iniciar, pues su actitud así lo propicia.

Todos tenemos muchas situaciones hoy en nuestra vida, y podemos enfrentarlas solos, con miedo, con angustia y creyéndonos perdedores.
Por mas cansado que te encuentres, por más difícil que veas la situación, aunque ya no sientas que tienes fuerzas. Puedes ganar, puedes vencer, puedes seguir adelante.

Desconozco su autor


martes, 2 de junio de 2015

Necesitamos silencio

En este mensaje al corazón te decimos, ¡Necesitamos Silencio! Sí, necesitamos silencio en nuestras vidas para poder vivir a plenitud.

Necesitamos silencio en nuestros corazones para contemplar las maravillas que nos rodean: la naturaleza con sus diferente tonalidades de verdes, los colores de las amapolas, de los lirios, de las rosas, las formas caprichosas de las rocas, la majestuosidad de las montañas, la humildad de las pequeñas colinas, la paz de los valles. La belleza de un atardecer, o de una noche de luna, o de un día soleado de campo, que se pierde porque nos falta silencio y soledad para contemplarlos.

Se necesita silencio para meditar en esos gestos de amor que tiene mucha gente para con nosotros. Para saborear la ternura de una madre que ama a sus hijos. Para contemplar la comprensión de nuestro amigo que no nos falló en los momentos de crisis. Para contemplar esos actos llenos de perdón que ha tenido la gente que nos ama.

Necesitamos silencio para ver la belleza escondida en el rostro sucio y travieso de un niño, en el candor e inocencia de un nene durmiendo, en la grandeza escondida de un pequeño que irá creciendo y se irá haciendo un hombre lentamente, y que ya tiene esa grandeza en potencia, en germen.

Se necesita silencio para poder contemplar la grandeza de tantas vidas heroicas, que han brindado lo suyo para hacer de este mundo un mundo mejor y que han estado muy cercanos a nosotros brindando su pan, su consejo, su amor, su perdón, su comprensión.

Necesitamos silencio para escuchar la voz del que sufre, la voz del que padece, el lamento del que nos necesita. Hay mucho lamento de soledad, de miedo, de dolor, de hambre, y de vacío. Hay mucha gente que sufre y el ruido en que vivimos nos impide contemplar el sufrimiento y el dolor de tanta gente. Necesitamos silencio para escucharlos.

Autor: Mons. Rómulo Emiliani.
Copia parcial (Un mensaje al corazón)


domingo, 31 de mayo de 2015

Soy

Ya no anda mi corazón con sed, ni mis manos palpando vacíos, ni mis ojos buscando distancias, ni insípida mi boca, ni rotos mis sueños, ni desierto mi camino.

Ya nadie me roba las estrellas, ni me aplasta las pisadas, ni me quita la risa. Nadie.

Porque ahora soy yo la que he aprendido a engarzar los sueños, a volar con las mariposas y a escudriñar el cielo.

Ahora sé lo que antes no sabía.

Y soy.

Zenaida Bacardí de Argamasilla


viernes, 29 de mayo de 2015

¡Vamos a quitarnos la máscara!

¿Por qué tenemos tanto miedo a mostrarnos? Abrir nuestro interior a la luz del día, por supuesto, es difícil. Si me vas a conocer, tengo que estar dispuesta a compartir contigo los miedos, enojos y envidias que parecen disminuirme como persona. Y eso me aterra.

Sin embargo, si nos aislamos, guardando nuestros secretos y nuestras emociones, sucede una extraña fermentación interna que con el tiempo se convierte en veneno y eventualmente nos mata.

El poeta John Berryman, que saltó a su muerte desde un puente, dejó escrito: “Nos enfermamos tanto como nos reservamos”. ¡Qué razón tenía!

Según el psicólogo John Powell, tememos bajar la máscara por varias razones: miedo a la intimidad, miedo a la separación, miedo a la fusión, miedo al rechazo y miedo a la responsabilidad.

Nos da miedo la intimidad; no sabemos a qué caminos nos pueda llevar. Temo mostrarte mi lado flaco, mi lado oscuro. Por lo tanto, evito comunicarme íntimamente contigo.

A algunos nos da miedo la separación. No quiero acercarme mucho a ti porque, quizá, después me dejes y eso me puede lastimar.

Otros tememos la fusión. ¿Si comparto todo contigo, qué me va a quedar para mí? ¿Todavía podré mantener mi propio pedazo de territorio, ése donde puedo estar solo?

También le tenemos miedo al rechazo. Si de verdad me conoces, sin edición, no te voy a gustar. Quizá pierdas poco a poco el interés una vez que sepas todo sobre mí. Así que sólo te muestro mi salón de trofeos y cierro el que guarda mis debilidades.

Por último, existe el miedo a la responsabilidad. Si me acerco mucho a ti, me involucro a fondo, y eso me obliga a estar cuando tú me necesites. No sé qué tan dispuesto estoy al compromiso.

Con estos miedos, disfrazamos nuestro verdadero yo. Disfrazamos uno de nuestros más fuertes y grandes atractivos: el encanto natural que viene de ser uno mismo.

Así que el secreto para evitar la soledad emocional y lograr la aceptación de los demás, paradójicamente, está en quitarnos las máscaras, porque de esta manera asumo los riesgos y me muestro tal como soy, con todo y mis defectos, entonces tú percibirás que confío en ti. Con esto te invito a hacer lo mismo.

Autor desconocido


sábado, 23 de mayo de 2015

La felicidad eres tú

Para ser feliz no has de hacer nada, ni conseguir nada, sino deshacerte de falsas ideas, ilusiones y fantasías que no te dejan ver la realidad. Eso sólo se consigue manteniéndote despierto y llamando a las cosas por su nombre.

Tú ya eres felicidad, eres la felicidad y el amor, pero no lo ves porque estás dormido. Nos han programado para ser felices o infelices (según aprieten el botón de la alabanza o de la crítica), y esto es lo que te tiene confundido. Has de darte cuenta de esto, salir de la programación y llamar a cada cosa por su nombre.

Tanto la enfermedad, necesidad de sentirme querido, como la medicina que se ansía, el amor recibido, están basados en premisas falsas. Necesidad emocional para conseguir la felicidad en el exterior, no hay ninguna; puesto que tú eres el amor y la felicidad en ti mismo. Sólo mostrando ese amor y gozándote en él vas a ser realmente feliz, sin apegos ni deseos, puesto que tienes en ti todos los elementos para ser feliz.

La respuesta de amor del exterior agrada y estimula, pero no te da más felicidad de la que tú dispones, pues tú eres toda la felicidad que seas capaz de desarrollar.

Anthony de Mello


domingo, 17 de mayo de 2015

Presta atención a tus pensamientos dominantes

Prestar atención a tus pensamientos dominantes, es vital para comenzar a forjar una vida de auténtica realización que huyas de los pensamientos negativos.

Demasiadas personas pasan la mayor parte de sus días sumergidos en una avalancha de pensamientos negativos, y eso trae como consecuencia que sus recursos personales se vean mermados.

Es imposible lograr grandes resultados cuando mentalmente se está en el lado negativo de la balanza.

Los triunfadores en el juego de la vida vigilan estrechamente sus pensamientos, y deliberadamente eliminan lo antes posible cualquier atisbo de pensamiento negativo. Prefieren ver la vida desde su perspectiva positiva, y la vida les corresponde en consecuencia.

Recuerda siempre que atraerás a tu vida aquello en lo que enfoques.

¡Decide enfocar siempre en positivo!

Elsy Mata Marcano

viernes, 15 de mayo de 2015

El amor a si mismo


La amistad consigo mismo, es como la perla de gran valor, adquiriendo esta riqueza, se adquiere todo lo demás.

Lejos de hacernos egoístas, nos hace más generosos. Si estás en paz con tu alma, estarás en paz con el cielo y con la tierra, nadie puede ayudar a otro sin ayudarse a sí mismo.

Nos enfermamos cuando no nos amamos. ¿Quién puede dar lo que no tiene?

El amor es libre o no es. No se puede forzar ni prescribir, nace en la libertad o no existe.

Lo que se hace libremente jamás puede llamarse sacrificio. La libertad con que se obra, es lo que lo distingue, entonces no es sacrificio, sino un don.

El egoísmo es la falta de amor a sí mismo, tal como la sobreprotección revela la falta de amor al otro.

Para ser genuinamente humilde, hay que amarse a sí mismo. El reconocerse, no es humillación que revela no amarse.

El soberbio, pedante, prepotente, intenta compensar el déficit de amor a sí mismo. Un corazón tierno, ennoblece nuestras esperanzas, pues nos convertimos en lo que creemos y esperamos.

“Necesito de mi plenitud para la tuya”. Nos damos a nosotros lo que damos a los otros, porque todos somos UNO.

« La vida es como una moneda, puedes gastarla como desees, pero sólo puedes gastarla una vez».

Autor desconocido

jueves, 14 de mayo de 2015

¡Vales mucho!

No solamente es más apreciado el ser espontáneo, sino que es mucho más fácil.

Mucha gente gasta bastante energía en aparentar lo que realmente no es.

¿Por qué sucede que hay personas que parecen “mimetizarse” con los demás y les cuesta ser natural y espontánea ¿Por qué se dice lo que realmente no se siente?

Lo sé bien, porque en mis primeros años de vida fui así. Tempranamente aprendí que no podía decir lo que pensaba, porque los mayores me lo reprochaban.

Luego, me pareció que los demás se sentían bien si uno estaba de acuerdo con ellos y mal si manifestaba opiniones diferentes, y yo buscaba desesperadamente la aceptación de los demás.

Sin embargo, fui descubriendo que los otros dejan de considerarte y respetarte 
al darse cuenta que uno no tiene una opinión clara y definida, y lo peor, uno deja de respetarse a sí mismo.

Aprendí que no tenemos por qué caerle bien a todos ni estar de acuerdo con todos. 
Es probable que cuando todos seamos sabios ya hayamos alcanzado la plena iluminación, estemos todos de acuerdo. 

Mientras tanto, en la búsqueda de la verdad, tendremos posiciones distintas, según nuestras experiencias y conocimientos.



Todo esto está relacionado con la seguridad en sí mismo.

En la medida que somos conscientes de nuestro propio valer, nos atrevemos a ser nosotros mismos y pensar por sí mismos. No hay que andar por el mundo buscando satisfacer a los demás, ni llenando las expectativas de los otros. Hay que disponerse a aceptar a los demás con sus virtudes y defectos, con sus opiniones y puntos de vista, y disponerse a respetarse también a sí mismo.

Es posible que al principio se pierdan amigos que no compartan nuestra manera de ser y opinar, pero si eres consecuente con tus ideas y contigo mismo, tendrás muchos verdaderos amigos en el futuro.

Decir la verdad puede que moleste a alguien, pero la mayoría aprenderá a valorar a quien es veraz. “que tu sí, sea sí; que tu no, sea no”.

Una buena práctica es darse mensajes a sí mismo, ya sea mediante un diálogo interno, carteles, escritos, dibujos, etc., que digan: “Tengo seguridad y confianza en mí”.

Tú vales mucho más de lo que te imaginas. y eres importante para los demás.

Autor desconocido

lunes, 11 de mayo de 2015

La auténtica suerte

¡La vida es como una lotería! Muchos creen haber perdido; peor todavía: creen que su vecino, más alegre y confiado, ha ganado. Sin embargo, los números de la lotería son tan diferentes entre sí. La diferencia radica en la forma de ver y en la forma de valorar. Y esto depende de cada uno de nosotros.

He encontrado un gran número de personas sensiblemente distintas entre sí. He escuchado sus más profundos secretos. Pero nunca he encontrado a nadie a quien le hubiera tocado “la lotería”, “el premio gordo”, de la pura y perfecta felicidad. Cada uno, de alguna forma, tenía algo que le contrariaba. Los creyentes llaman a este algo “la propia cruz”. Los indiferentes y los ateos lo llaman “no tener suerte”. Había incluso personas que, a pesar del sufrimiento y la desgracia, seguían contentas bajo el peso de las dificultades y contrariedades. Otras estaban abatidas, asqueadas y disgustadas.

A menudo, unas y otras, habían vivido la misma realidad, pero, ¡¡cuán distintos eran los resultados!! 

La vida es como una lotería. Sin embargo, cada uno puede poner mucho de sí.

P. Phil Bosmans


miércoles, 29 de abril de 2015

Clases de hombres

Los que pasan la vida soñando y
los que dan vida a sus sueños.

Los que sueñan con logros y
los que logran sus sueños.

Los que siguen las huellas
y los que las dejaron.

Los que ven para poder creer y
los que creen antes de ver.

Los que te pisan al subir y
los que suben a ayudar.

Los que te dan confianza y
los que te la quitan.

Los que dan sin pedir a cambio y
los que te piden el cambio.

Los que escogen una de dos y
los que toman las dos.

Los que se asoman por la ventana y
los que se salen por ella.

Los que hacen, se reproducen y mueren
y los que nacen, producen y nunca mueren.

Desconozco el autor

viernes, 24 de abril de 2015

El éxito a través de las dificultades

No esperes el momento oportuno: créalo.

Dad a un hombre resolución y gramática,
y nadie podrá adivinar hasta dónde llegará su éxito.

No pierdas nunca un minuto de tu tiempo:
si un hombre del talento de Gladstone llevaba siempre un libro en el bolsillo, por miedo a dejar escapar un instante de su vida, ¿qué no deberá hacer cualquiera para evitar las pérdidas de tiempo?

No tengas más preocupación que la de escoger tu carrera. ¿Para qué sirves? Esta es la pregunta de la época.

Concentra tu energía en un solo e inmutable fin. No desperdicies el tiempo en vanas dudas ni pienses en muchas cosas, sino en una sola y con obstinación.

No dilapides tu tiempo en sueños sobre el pasado o el futuro; presta atención, en cambio, para aprovechar el momento presente.

Ten siempre buen humor y acostúmbrate a encontrar alegre la existencia. Ten buenos modales. El hombre de buenos modales no necesita riqueza. Encuentra todas las puertas abiertas y sin pagar puede pasar por donde quiera.

El más elevado talento no vale tanto como el tacto y el sentido común. En la carrera de la vida, sólo el sentido común puede facilitar la entrada en la pista. Respétate y ten confianza en ti; es el mejor medio de inspirarla a los demás.

"¡Trabaja o muere!":
éste es el lema de la naturaleza.
Si dejas de trabajar, mueres intelectual, moral y físicamente.

Ten carácter; del carácter viene el éxito.

Sé amante de la exactitud:
veinte cosas a medio hacer no valen tanto como una bien hecha.

Tu vida será lo que hagas de ella.
El mundo nos devuelve lo que le damos.
Aprendamos a obtener provecho de nuestros fracasos.
Nada vale tanto como la obstinación.

El talento duda, anda a tientas, se fatiga;
pero la obstinación está segura de ganar.

Asegúrate salud sólida y larga vida.

La condición esencial del éxito está en ser
'un animal de primera clase'.

Sé breve; termina todo negocio en un dos por tres.

Orison Swett Marden

miércoles, 22 de abril de 2015

La belleza

Y un poeta dijo: Háblanos de la Belleza.

Y él respondió:

¿Dónde buscaréis la belleza y cómo haréis para encontrarla a menos que ella misma sea vuestro camino y vuestro guía?
¿Y cómo hablaréis de ella, a menos que ella misma teja vuestro hablar?

El agraviado y el injuriado dicen: "La belleza es gentil y buena. Camina entre nosotros como una madre joven, casi avergonzada de su propia gloria"

Y el apasionado dice: "No, la belleza es cosa de poder y temor, como una tempestad sacude la tierra bajo nuestros pies y el cielo sobre nosotros."

El cansado y rendido dice: "La belleza es hecha de blandos murmullos. Habló en nuestro espíritu. Su voz se rinde a nuestros silencios como una débil luz que se estremece de miedo a las sombras."

Pero el inquieto dice: "La hemos oído dar voces entre las montañas. Y, con sus voces, se oyó rodar de cascos y batir de alas y rugir de leones."

Durante la noche, los serenos de la ciudad dicen: "La belleza vendrá del este, con el alba."

Y, al mediodía, los trabajadores y los viajeros dicen: "La hemos visto inclinarse sobre la tierra desde las ventanas del atardecer."

En el invierno, dice el que se halla entre la nieve: "Vendrá con la primavera, saltando sobre las colinas."

Y, en el calor del verano, los cosechadores dicen: "La vimos danzando con las hojas de otoño y tenía un torbellino de nieve en su pelo."

Todas estas cosas habéis dicho de la belleza.

Pero, en verdad, hablasteis, no de ella, sino de vuestras necesidades insatisfechas.

Y la belleza no es una necesidad, sino un éxtasis.

No es una sedienta boca, ni una vacía mano extendida.

Sino, más bien, un corazón ardiente y un alma encantada:

No es la imagen que veis ni la canción que oís.

Sino, más bien, una imagen que veis cerrando los ojos y una canción que oís tapándoos los oídos.

No es la savia que corre debajo de la rugosa corteza, ni el ala prendida a una garra.

Sino, más bien, un jardín eternamente en flor y una bandada de ángeles en vuelo eternamente.

Pueblo de Orfalese, la belleza es la vida, cuando la vida descubre su sagrado rostro.

Pero vosotros sois la vida y vosotros sois el velo.

La belleza es la eternidad que se contempla a sí misma en un espejo.

Pero vosotros sois la eternidad y vosotros sois el espejo.

KHALIL GIBRÁN


miércoles, 15 de abril de 2015

Alicia en el país de las maravillas

ALICIA LE HABLA AL GATO CHESHIRE

(…)se interrumpió al ver al gato de Cheshire instalado en la copa de un árbol.

El gato sonrió apenas vio a Alicia lo que la hizo suponer que el animalito tenía buen carácter a pesar de que mostraba unas garras muy largas y una gran cantidad de dientes. Esto último indicaba que se le debía tratar con respeto.

-Mínino, mínino... -llamó Alicia tímidamente, sin estar muy segura de si al gato le gustaría que le llamasen así—. ¿Podría decirme, por favor, por qué camino debo seguir?

-Eso depende, en gran parte, del sitio a donde quieras ir –repuso el gato.

-No me importa mucho donde sea...-declaró Alicia.

-Entonces no tiene importancia el camino que sigas... -contestó el gato.

-...siempre que llegue a alguna parte -agregó la muchacha, como para completar la explicación.

-¡Ah!, dijo el gato: -ten la seguridad de que llegarás, sobre todo si caminas bastante, añadiendo:

¡...Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces!"

Lewis Carroll


domingo, 12 de abril de 2015

Felices

FELICES
Los que saben reírse de sí mismos,
porque nunca terminarán de divertirse.

FELICES
los que son suficientemente inteligentes
como para no tomarse en serio a sí mismos,
porque serán apreciados por quienes les rodean.

FELICES
los que saben descansar y dormir sin buscar excusa,
porque llegarán a ser sabios.

FELICES
los que saben distinguir una montaña de una piedra,
porque evitarán muchos inconvenientes.

FELICES
los que están atentos a las necesidades
de los demás sin sentirse indispensables;
porque serán portadores de alegría.

FELICES
los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas
y con tranquilidad las cosas grandes;
porque irán lejos en la vida.

FELICES
los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio;
porque su camino estará pleno de sol.

FELICES
los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar;
porque no se turbarán en lo imprevisible.

FELICES
los que saben escuchar y callar;
porque aprenderán cosas nuevas.

FELICES
los que saben callar y ojalá sonreír
cuando se les quita la palabra, se los contradice;
o cuando les pisan los pies,
porque el Amor empieza a penetrar en su corazón.

FELICES
los que son capaces de interpretar con benevolencia
las actitudes de los demás,
porque conocen el valor de la Caridad.

FELICES
los que saben reconocerse a sí mismos en todo lo que encuentran;
porque habrán hallado la Paz y la verdadera Sabiduría.

DESCONOZCO EL AUTOR

jueves, 9 de abril de 2015

El Profesor que reto a sus estudiantes.

¿Existe el MAL?
El profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta.
¿Dios creó todo lo que existe?"
Un estudiante contestó valiente:
- Sí, lo hizo.
- ¿Dios creó todo?, pregunto nuevamente el profesor.
- Sí señor, respondió el joven.
El profesor contestó...
- “Si Dios creó todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe”. Y bajo el precepto que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces “Dios es malo”.
El estudiante se quedó callado ante tal respuesta.
Y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe era un mito.
Otro estudiante levantó su mano y dijo:
- ¿Puedo hacer una pregunta, profesor?
Por supuesto, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó:
- ¿Profesor, existe el frío?
El profesor respondió:
- ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?
El muchacho respondió:
- “De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de Física, lo que consideramos frío, en realidad es la ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor”.
- Y, ¿existe la oscuridad? Continuó el estudiante.
El profesor respondió:
- Por supuesto.
El estudiante contestó:
- Nuevamente se equivoca, Señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente”.
Finalmente, el joven preguntó al profesor:
-Señor, ¿existe el mal?
El profesor respondió:
-Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.
A lo que el estudiante respondió:
-El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo.
El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios.
Dios no creó al mal.
No es como la fe o el amor, que existen como existe el calor y la luz.
El mal es el resultado que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.
Entonces el profesor, después de asentar con la cabeza, se quedó callado.
Dicen que el joven se llamaba ALBERT EINSTEIN

lunes, 23 de marzo de 2015

La importancia del padre

A los niños les encanta actuar si sus padres están entre el público.

Un grupo de niños, antes de una actuación, estaban hablando acerca de esto...

- Mi papá es doctor, gana mucho dinero y tenemos una piscina.

- Mi papá es abogado, viaja a otros lugares y habla con gente muy importante.

- Mi papá tiene su propia empresa y tenemos nuestro propio avión.

Y el último dijo... "Mi papá está aquí"

Los niños consideran la presencia pública de sus padres como un símbolo físico de importancia y consideración, que es mucho más importante que cualquier otra cantidad de cosas materiales. Esté ahí para sus hijos hoy.

Ellos recordarán mucho más su presencia que sus presentes.

Desconozco su autor


domingo, 15 de marzo de 2015

¡Optimismo ante todo!

Nada más satisfactorio que conocer, convivir, trabajar, disfrutar y compartir con personas de "Buena Voluntad".

Personas de "Buena Voluntad" son aquellas que verdaderamente tratan de ver sólo el lado bueno de las cosas; que miran con optimismo las posibilidades, que ponen su capacidad por encima de las dificultades que diariamente se viven, que agradecen hasta el más mínimo detalle, y las que se esfuerzan por prestar su colaboración en beneficio de los demás.

Una persona de "Buena Voluntad" siempre es bienvenida en cualquier lugar, e invitada obligada para cualquier evento.
¿Eres tú realmente una persona de "Buena Voluntad?"

El pesimista debilita su capacidad y su voluntad al cargar con el peso inútil de los mensajes negativos que se crea.

Con su ansiedad y negativismo no arregla ninguno de los problemas que él mismo se crea, y se siente, a toda hora, cercado de amenazas de fracaso.

El optimista, en cambio, toma sus asuntos con calma y sabe que puede llevarlos a feliz término.

Con suficiente confianza en Dios, y en sí mismo, el optimista encuentra las orientaciones y la fuerza para lograr todo lo que se propone.

Si eres indeciso o inseguro, comienza ahora mismo a repetirte una y otra vez:

¡Procederé ahora!

¡Lo haré, lo haré bien y ahora!

Hasta que se te grave profundamente en la conciencia, repítelo al despertar, mientras te bañas y te vistes, al mirarte al espejo, al programar cada paso y compromiso de tu día.

Graba profundamente en tu mente la imagen de la persona segura, diligente, proactiva y efectiva que debes ser en todo momento. En poco tiempo empezarás a reaccionar automáticamente a esta afirmación.

Desconozco su autor

domingo, 1 de marzo de 2015

El mismo traje

Cierta vez un hombre visitó a su Rabí, y le relató su problema:

- Rabí, soy un sastre. Con los años gané una excelente reputación por mi experiencia y alta calidad de mi trabajo. Todos los nobles de los alrededores me encargan sus trajes y los vestidos de sus esposas. Hace unos meses, recibí el encargo más importante de mi vida: El príncipe en persona escuchó de mí y me solicitó que le cosiera un ropaje con la seda más fina que es posible conseguir en el país. Puse los mejores materiales e hice mi mejor esfuerzo. Quería demostrar mi arte, y que este trabajo me abriera las puertas a una vida de éxito y opulencia. Pero cuando le presenté la prenda terminada, el príncipe comenzó a gritarme e insultarme.

- ¿Ésto es lo mejor que puedes hacer? Es una atrocidad. ¿Quién te enseñó a coser?

- Me ordenó que me retirara y arrojó el traje tras de mí. Rabí, estoy arruinado. Todo mi capital estaba invertido en esa vestimenta, y peor aún, mi reputación ha sido totalmente destruida. Nadie volverá a encargarme una prenda luego de esto. No entiendo qué sucedió, ha sido el mejor traje que he hecho en años.

El Rabí le contestó:

- Vuelve a tu negocio, descose cada una de las puntadas de la prenda y cóselas exactamente como lo habías hecho antes. Luego, llévala al príncipe de nuevo.

- Pero obtendré el mismo traje que tengo ahora -protestó el sastre-, además, mi estado de ánimo no es el mismo.

- Haz lo que te indico, y Dios te ayudará, dijo el Rabí.

Dos semanas después, el sastre retornó a donde el Rabí:

- Rabí, usted ha salvado mi vida. Cuando le presenté nuevamente el traje al príncipe, su rostro se iluminó y exclamó: "¡Este es el traje más hermoso y delicado que haya visto en toda mi vida!" Me pagó generosamente y prometió entregarme más trabajo y recomendarme a sus amigos. Pero Rabí, deseo saber ¿cuál era la diferencia entre el primer traje y el segundo?

El Rabí le explicó:

- El primer traje, fue cosido con arrogancia y orgullo. El resultado fue una vestimenta espiritualmente repulsiva que, aunque técnicamente perfecta, carecía de gracia y belleza. Sin embargo, la segunda costura fue hecha con humildad y con el corazón quebrado, transmitiendo una belleza esencial que provocaba admiración en quien la veía.

Desconozco su autor


lunes, 23 de febrero de 2015

La magia del entusiasmo

"Los integrantes de una humilde familia hacían lo posible por ser felices, pero como eran tiempos duros, a veces resultaba difícil. Bastaba con ver la fachada de su casa para darse cuenta de que algo no iba bien. Ya no se preocupaban por limpiar las ventanas, ni cuidar el pequeño jardín que tenían al frente. La cerca estaba totalmente desbaratada y la puerta principal ya no tenía pintura.

Un día, el hijo mayor fue al mercado y mientras estaba allí, observaba con curiosidad a la gente entusiasta que compraba. Le llamó poderosamente la atención un bello jarrón, en un pequeño puesto donde vendían artículos de segunda mano. Al verlo, entusiasmado, buscó las pocas monedas que tenía en el bolsillo; era lo justo que se requería para comprarlo, pero hacerlo significaba que se quedarían sin dinero. Pensó que no estaban para derroches, pero era tan especial… Además, a su mamá le encantaría.

El vendedor, mientras se lo envolvía, le dijo: 'Disfrútalo y cuídalo mucho, porque este jarrón es mágico'.

Y en efecto, toda la familia se entusiasmó con su compra, y nadie le reprochó que se hubiera gastado sus últimas monedas en él.

Un día, al observar la belleza del jarrón, el padre se dio cuenta de lo arruinada y descuidada que estaba la sala. Así que sin pensarlo, entusiasta, buscó la brocha y un poco de pintura que quedaba y en pocas horas dejó la habitación como nueva.

Cuando el segundo hijo vio lo bien que quedó la sala, tomó un cubo con agua y jabón y lavó todas las ventanas. Cuando el tercer hijo miró a través de estas, notó el terrible estado en el que estaba el jardín, así que cortó el césped, quitó las malas hierbas y removió la tierra.

El cuarto hijo, al ver la tierra limpia, plantó semillas. Cuando llegó el verano, la hija menor salió al jardín y notó que habían florecido las margaritas; cortó algunas y se las llevó a su madre para que las pusiera en el jarrón".

Cuando perdemos la motivación, el entusiasmo y la alegría, caemos fácilmente en un estado de abandono y apatía que se refleja en todas las áreas de nuestra vida.

La mayoría de las veces nos quedamos esperando a que alguien tome la iniciativa o que pase un evento con la suficiente fuerza como para cambiar y mejorar nuestra condición de vida, sin que tengamos que hacer algo para conseguirlo.

Nuestra felicidad no depende de lo que tenemos o de lo que todavía no hemos podido conseguir. La felicidad depende básicamente de nuestra actitud y de la forma de asumir e interpretar la vida; no se experimenta afuera, sino adentro y cada uno de nosotros puede recuperar la motivación y el entusiasmo necesarios para construir su propia felicidad.

Cuando nos sentimos a gusto con nosotros mismos, disfrutamos cada cosa que hacemos, y aceptamos y resaltamos los elementos positivos que tiene el lugar donde estamos, experimentamos la felicidad, que no es otra cosa que ese sentimiento de plenitud y de alegría interior. Cuando abrigamos sueños y trabajamos por la realización de los mismos; cuando tenemos metas, aunque estas sean pequeñas y cumplimos con ellas, atesoramos la satisfacción silenciosa de haberlas alcanzado a pesar de tantos obstáculos superados.

Muchas veces elegimos ser infelices por causa de situaciones pequeñas e intrascendentes a las que prestamos demasiada atención, permitiéndoles que nos afecten profundamente y que nos hagan perder el equilibrio y la felicidad que teníamos.

Dejemos de prestarle atención a todo aquello que se presenta en forma negativa o diferente a lo que esperábamos, tomemos la decisión de atender y mostrarle interés sólo a todo lo bueno y lo grato que nos suceda cada día, aunque sea muy pequeño; de esta manera podremos extender el bienestar y la alegría que nos permitirán superar los momentos difíciles, y disfrutar más de la vida.

Claves para retomar la vida con entusiasmo:

-Realiza tus tareas con alegría. Cuando hacemos nuestro trabajo con calidad, pasión, amor y entrega, podemos proyectar lo mejor de nosotros y conseguir los mejores resultados.

-Cambia las viejas fórmulas. Si te repites una y otra vez los mismos pensamientos negativos, si te dejas manipular creyendo que la felicidad consiste en comprar y acumular, te alejarás cada vez más de la felicidad verdadera.

-Involúcrate en nuevos proyectos. Es preciso renovar nuestra vida, llenarla de emociones y de proyectos nuevos. Siempre que te encuentres decaído y desanimado, haz algo que esté fuera de la rutina y renueva tu estado de ánimo.

-Todo, absolutamente todo puede convertirse en una actividad gratificante cuando se realiza con una actitud apropiada y el deseo de ser felices.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar muy bien!

Autor Desconocido

jueves, 12 de febrero de 2015

¡Quiero volver a confiar!

Fui criada con principios morales comunes:

Cuando era niña, madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos eran autoridades dignas de respeto y consideración.

Cuanto más próximos o más viejos, más afecto.

Inimaginable responder maleducadamente a los más ancianos, maestros o autoridades.

Confiabamos en los adultos porque todos eran padres , madres o familiares de todos los chicos de la cuadra, del barrio, de la ciudad.

Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los sapos, de las películas de terror.

Hoy me dio una tristeza infinita por todo lo que perdimos.

Por todo lo que mis nietos un día temerán.

Por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.

Derechos humanos para criminales, deberes ilimitados para ciudadanos honestos.

No tomar ventaja, es ser idiota.

Pagar deudas al día es ser tonto... Amnistía para los estafadores...

¿Qué pasó con nosotros?

Profesores maltratados en las aulas, comerciantes amenazados por traficantes, rejas en nuestras ventanas y puertas.

Autos que valen más que abrazos,

Hijas queriendo una cirugía como regalo por pasar de año.

Celulares en las mochilas de los jovencitos

¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo?

La diversión vale más que un diploma.

Más vale una pantalla gigante que una conversación

Más vale un maquillaje que un helado.

Más vale parecer que ser...

¡Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores!

Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano.

Quiero la honestidad como motivo de orgullo.

Quiero la rectitud de carácter,
la cara limpia y la mirada a los ojos.

Quiero la vergüenza, y la solidaridad.

Quiero la esperanza, la alegría,
la confianza

Quiero callarle la boca a quien dice:
"tenemos que estar a nivel de...", al hablar de una persona.

Abajo el "TENER", viva el "SER"

Y viva el retorno de la verdadera vida,
simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril, leve como la brisa de la mañana!

Y definitivamente bella, como cada amanecer.

Adoro mi mundo simple y común.

Vamos a volver a ser "gente".

Construir un mundo mejor, más justo, más humano, donde las personas respeten a las personas.

¿Utopía?

¿Quién sabe?...

Hagamos el intento:

Empecemos a caminar creyendo primero y después transmitiendo este mensaje.

Nuestros hijos se lo merecen y nuestros nietos nos lo agradecerán.

Desconozco a su autor


martes, 10 de febrero de 2015

Disfrutar

La palabra disfrutar no casualmente viene de la palabra fruto.

Disfrutar quiere decir tomar del árbol de la vida sus más preciados frutos y saborearlos, saborear el hecho de vivir.

Qué estúpido sería tomarnos el trabajo de hacer crecer un árbol y después no permitirnos siquiera tomar esos frutos para sentir su sabor.

Qué idiota suena el trabajo de hacer crecer los frutos que uno nunca comerá, ni dejará para que otros coman ni regalará a nadie para que disfrute, ni pondrá a disposición de quien los precise.

A veces me resulta muy triste hablar con gente que me llama, me escribe una carta o me cruzo circunstancialmente, gente que me cuenta que se ha pasado toda la vida preparando el terreno, toda la vida aireando la tierra, toda la vida comprando abonos y fertilizantes, toda la vida consiguiendo semillas más y más sofisticadas, toda la vida viajando a buscar los fertizantes más caros, y los tutores más específicos, gente que ha gastado fortunas en planes de riego y tiempo incontable en su sacrificio personal, y ha cuidado esas plantas renunciando a muchas cosas, hasta verlas crecidas.

Gente que ahora, que encuentra esos árboles ahi, con los frutos prontos... ahora, no se anima a comer de ellos.

Qué estúpida esencia la del ser humano cuando obra de esta manera.

Qué imbécil idea de lo que es la vida, hacer crecer el fruto para luego no darse el permiso de disfrutarlo.

Qué bueno sería animarse a saber que aquello que le da sentido a la siembra es poder disfrutarla, o poder compartirla, o poder decidir cederla para que otro la disfrute...

Jorge Bucay
El Camino de la Felicidad

domingo, 8 de febrero de 2015

El miedo a morirnos

Un día, hace algunos años, conversando con varios amigos, me percaté de lo pequeño de mi familia, y todavía rodando el dolor de algunas muertes recientes, me sentí mal cuando uno de ellos me dijo:
"-debes prepararte, porque uno se va quedando solo".

Hoy agradezco estas palabras porque me permitieron comprender lo que actualmente, luego de un largo periplo, he podido hacer carne en mí.

No cabe duda que si nadie nos enseñó a qué hacer con la vida, mucho menos nos asomaron qué hacer con la muerte, no sólo con la de los que queremos, sino con la nuestra.

Nuestra cultura, ya agonizante en muchos aspectos, nos dio en respuesta a estas oscuridades, pensamientos como:

"La vida es corta, ¡vívela!,
Lo único seguro es morirse,
En la muerte todos somos iguales,
De pronto te mueres y todo se acaba".

Todos estos pensamientos te subrayan un mismo y gran pensamiento:

LA MUERTE ES LO OPUESTO A LA VIDA, y es éste el que nos esclaviza y nos mantiene en un nado continuo, rápido y directo a la muerte, por eso, bien dice Leonard Orr:

EL PROBLEMA NO ES MORIRSE, ES VIVIR MURIÉNDOSE.

LA VIDA NO TIENE OPUESTOS, es un milagro, en ella ocurren transformaciones, ciclos, vivencias, amores, desamores, etc., pero no opone a nada porque sigue .

Opuesto a la muerte es nacer, nunca la vida, porque vivir es como el mar, el cielo, el viento, ¿te has imaginado que esto desaparezca?

Nunca está inscrito en el milagro, y lo que allí se inscribe no tiene fin. Por eso no entendemos la TRANSFORMACIÓN, y la boicoteamos porque nos refiere solamente el temible reloj que nos enseñaron a temerle porque el fin se acerca.

Todo esto es una idea que desdice de la creación, del amor y del milagro. De allí que encuentres al planeta entero peleando contra el tiempo, la vejez, el deterioro, la enfermedad, al no poder, hasta deformarse en el intento y sucumbir inevitablemente al peso del fin.

Nos cuesta aceptar el encanto de los ciclos, de los cambios, la desaparición de lo viejo, por el regreso de lo nuevo. La gente vive una vida deprimida, sin sentido, resentida, pero se resiste al fin.

Porque en el fondo de todas estas ideas mortuorias, nuestra alma sabe la verdad, pero al no hacerla consciente, no la vive con calidad.

La llamada muerte es una forma de transformación del ciclo de nacer, la vida continúa. Por eso en este instante, mientras lees, toma contacto con alguien que se haya transformado en tu vida, de quien que no tengas su presencia, deja que te toque, que te abrace, siente su calor; en este instante ese ser está vivo en ti.

Por eso, para contactar la vida, sólo hace falta el amor.

No trato de elaborar un tratado filosófico acerca de la muerte o de la vida, simplemente, la que nos vendieron, no nos ha servido, por eso nuestro gran alivio ha sido matar, desaparecer, alejar, dar la espalda, negar, señalar o discriminar.

Y así, tenemos la ilusión de desaparecer a alguien o a algo, y creemos que el problema no está, cuando éste seguirá llamando nuestra atención y envenenando nuestro corazón.

El miedo a morir sólo forma parte de la idea de fin, de la ignorancia del proceso y del no permitirse el disfrute de la transformación, mientras no abramos las cortinas de la vida, seguiremos perseguidos por el dolor, la deformación, el deterioro y la inevitable oscuridad; por todo esto, les invito a dar un sentido grito de alivio:

¡DÉJENME VIVIR!

Desconozco su autor


miércoles, 4 de febrero de 2015

El cuento de las arenas

Un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de pasar a través de toda clase y trazado de campiñas, al fin alcanzó las arenas del desierto.

Del mismo modo que había sorteado todos los otros obstáculos, el río trató de atravesar este último, pero se dio cuenta de que sus aguas desaparecían en las arenas tan pronto llegaba a éstas. Estaba convencido, no obstante, de que su destino era cruzar este desierto y sin embargo, no había manera.

Entonces una recóndita voz, que venía desde el desierto mismo le susurró: "El Viento cruza el desierto y así puede hacerlo el río" El río objetó que se estaba estrellando contra las arenas y solamente conseguía ser absorbido, que el viento podía volar y ésa era la razón por la cual podía cruzar el desierto.

"Arrojándote con violencia como lo vienes haciendo no lograrás cruzarlo. Desaparecerás o te convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve hacia tu destino"

-¿Pero cómo esto podrá suceder?

"Consintiendo en ser absorbido por el viento".

Esta idea no era aceptable para el río. Después de todo él nunca había sido absorbido antes. No quería perder su individualidad. "Y, una vez perdida ésta, ¿cómo puede uno saber si podrá recuperarla alguna vez?"

"El viento", dijeron las arenas, "cumple esa función. Eleva el agua, la transporta sobre el desierto y luego la deja caer. Cayendo como lluvia, el agua nuevamente se vuelve río"

-¿Cómo puedo saber que esto es verdad?

"Así es, y si tú no lo crees, no te volverás más que un pantano y aún eso tomaría muchos, pero muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa que un río."

-¿Pero no puedo seguir siendo el mismo río que ahora soy?

"Tú no puedes en ningún caso permanecer así", continuó la voz. "Tu parte esencial es transportada y forma un río nuevamente. Eres llamado así, aún hoy, porque no sabes qué parte tuya es la esencial."

Cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a resonar en los pensamientos del río. Vagamente, recordó un estado en el cual él, o una parte de él ¿cuál sería?, había sido transportado en los brazos del viento.

También recordó --¿o le pareció?-- que eso era lo que realmente debía hacer, aún cuando no fuera lo más obvio.

Y el río elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, que gentil y fácilmente lo llevó hacia arriba y a lo lejos, dejándolo caer suavemente tan pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchas pero muchas millas más lejos.

Y porque había tenido sus dudas, el río pudo recordar y registrar más firmemente en su mente, los detalles de la experiencia.

Reflexionó: "Sí, ahora conozco mi verdadera identidad". El río estaba aprendiendo pero las arenas susurraron:

"Nosotras conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y porque nosotras las arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas del río hasta la montaña"

Y es por eso que se dice que el camino en el cuál el Río de la Vida ha de continuar su travesía está escrito en las Arenas.

©Awad Afifi