viernes, 23 de noviembre de 2012

Sin ego no puedes ser derrotado.


El ego siempre está intentando que todo el mundo se acomode a él. Ese es el problema. El hombre que no tiene ego se acomoda al mundo. De hecho, decir que él se acomoda no es correcto; él simplemente se encuentra acomodado.


El ego intenta que todo se acomode a él; eso es muy infantil, es lo que hacen los niños. El niño quiere que todo se haga instantáneamente; todo lo que él desea debe hacerse inmediatamente. Si desea la Luna, hay que dársela inmediatamente, ahora mismo. Ni siquiera puede esperar. El niño quiere que todo y todos se acomoden a él. El niño es un dictador; cuando nace un niño en una familia, cambia todo el ambiente. Convierte a todo el mundo en sirvientes, su dictadura no tiene límites; el ego nace en esa infancia. El ego es el fenómeno más inmaduro: es infantil, inmaduro, no sabe lo que está haciendo.


¿Quién eres tú? ¿Por qué tiene que acomodarse a ti el todo? Tú eres como una ola en el océano y estás intentando hacer que el océano se acomode a ti. Es estúpido. 

Patéticamente estúpido. El todo no necesita acomodarse a ti. No puede ser; es imposible. Puedes seguir creyéndolo, pero serás un fracasado. El ego siempre es un fracasado, porque pide lo imposible. Napoleones, Hitleres, Alejandros; pregúntales. Al final, son grandes fracasados. Personas ricas; pregúntales, al final. Han acumulado mucho, pero en el fondo sienten el fracaso. Puedes acumular poder de muchas maneras, pero tú serás un fracasado. El ego nunca puede ser un triunfador.

Hagas lo que hagas, al final todo el mundo muere. Esto es absolutamente cierto respecto al ego: no puedes vencer. Hagas lo que hagas, aunque seas virtuoso o bueno, si esta virtud y bondad está basada en el ego, no puedes vencer, llevas contigo la semilla de la derrota. Puedes ayudar a la gente, convertirte en un gran sirviente de la sociedad, pero si la base es el ego, no puedes vencer. Puedes hacer millones de cosas buenas, pero si hay ego, hay veneno. Estará envenenado todo lo que hagas. Ya seas pobre, rico; religioso, irreligioso: creyente, ateo; moral, inmoral; criminal, santo; no importa. Con ego no puedes vencer, porque el ego es la semilla del fracaso. Pero sin ego no puedes ser derrotado. Tu victoria es absoluta. Esta es la enseñanza más secreta del Zen.

Osho

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