martes, 4 de diciembre de 2012

El poder de las emociones



A  lo largo de mi vida he aprendido a valorar lo imprescindible de lo accesorio, el envoltorio del contenido: desde pequeño he pensado que construir nubes era mejor que destruir postales, coleccionar imágenes de la vida más gratificante que lamentar recuerdos lamentables. He aprendido durante estos años, que el ser humano tiene una capacidad especial para regocijarse en sus miserias, pero que incluso desde el abatimiento, desde el desconsuelo, nacen las emociones.
Somos capaces de crear el más bello poema de amor desde el desamor, los versos más tristes esta noche desde las lágrimas de la desesperación. La locura proporciona imágenes y texturas en cuadros que son un placer para nuestros ojos, y la imaginería es capaz de representar el momento del sufrimiento, de la muerte, de la expiración dotando a un trozo de madera de la belleza imposible de unos ojos de mujer que lloran el desconsuelo de ver a su hijo crucificado: es el poder de las emociones.
Llevamos siglos alimentando el arte a través del sufrimiento. ¿Sabéis por qué?. Porque cuando sufrimos somos débiles, y en la debilidad hay un acto emocionante de ternura que somos capaces de transformar en arte.
Pero también, al mismo tiempo que sufrimos, somos capaces de gozar, de disfrutar, de reír, de llorar de alegría, y aquí viene el primer axioma: todos somos capaces de sufrir, pero muy pocos tienen la capacidad de gozar, de ser feliz… .¿Por qué?
Nacemos con la capacidad de dar y recibir amor. El amor puede transformar nuestro mundo.  Amar, amar en tiempos del cólera, amar en momentos difíciles, amar cuando no somos capaces de levantarnos por la mañana, cuando nos pesa el mundo a nuestros pies. Amar. Amar oliendo el café el sábado por la mañana, amar desde la soledad de nuestra cama, cuando no hay nadie a quien abrazar al otro lado de las sábanas, amar desde la explosión de colores con los matices que nos da la vida, amar desde mi paseo en bici, amar desde la locura de mis sentimientos, cuando tenemos mariposas en el estómago porque hay alguien que puede llegar a ser especial, amar cuando un amigo nos da su mano, cuando alguien espontáneamente nos da un abrazo. Amar sin rendirnos a las condiciones.
Piensa en el siguiente axioma: el amor transforma la debilidad del ser humano en una fuerza mágica. Mira a los ojos de tu vecina que todos los días ves y nunca miras, regálale ese pequeño abrazo que siempre quisiste dar a un desconocido, transfórmalo en veraz, que te salga de dentro hacia fuera, quiérete, ámate, date el gusto de quererte a ti mismo, mírate al espejo y reconoce un montón de kilos de emociones capaces de transformar tu mundo, gózate, disfruta de cada pequeño momento que compartas contigo mismo, porque si te amas, si te das la oportunidad de transformar tus debilidades en oportunidades, el mundo podrá disfrutar de ti, y de eso se trata, de pasar por este ciclo de vida dejando una huella emocional, una impronta en los corazones de los demás.
Autor:
José Luis Fuentes Rodríguez
E-mail: joseluisfuentesrodriguez@gmail.com

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