La superficie tendrá que ser perturbada; no hay nada de malo en ello. Y si puedes estar enraizado en el centro, la perturbación en la superficie se volverá hermosa, tendrá una belleza propia. Si puedes estar en silencio dentro, entonces todos los sonidos de fuera se vuelven musicales. Entonces nada es malo; todo se vuelve un juego. Pero si no conoces el núcleo interno, el centro interno, si estás totalmente identificado con la superficie, te volverás loco. Y todo el mundo está casi loco.
Todas las técnicas religiosas, las técnicas de yoga, de meditación Zen, son básicamente para ayudarte a estar de nuevo en contacto con el centro, para entrar en ti, para olvidar la periferia, para dejar la periferia por el momento y relajarte en tu propio ser tan profundamente que lo externo desaparezca completamente y sólo permanezca lo interno. Una vez que sabes cómo retroceder, cómo entrar en ti mismo, no es difícil. Se vuelve tan fácil como cualquier otra cosa. Pero si no sabes, si sólo conoces la mente que se aferra a la superficie, es muy difícil. Relajarse en uno mismo no es difícil; no aferrarse a la superficie sí lo es.
Todas estas técnicas son para hacerte valeroso, fuerte, aventurero; para que puedas dejar de agarrarte y caigas dentro de ti mismo. Lo que parece un abismo oscuro, sin fondo, es la base misma de tu ser. Una vez que dejes la superficie, la periferia, estarás centrado.
Osho
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