El manejo del estrés implica saber controlar y reducir nuestra tensión a través de la interpretación de nuestro estado emocional y físico. El grado de estrés y el deseo de cambiar determinarán el nivel de cambio que podamos conseguir.
Si prestamos atención, podremos retomar nuestras coordenadas a tiempo y la respuesta de nuestro cuerpo no se hará esperar. ¿Cómo puedes responder para disfrutar de tu viaje sin estrés?
Podemos ver el estrés como una señal que se enciende en nuestro automóvil (cuerpo), para llamar la atención cuando estamos desviándonos de nuestra ruta. Como una especie de navegador interno que se enciende cuando nos salimos de nuestro verdadero camino y nos apegamos a rutinas que no nos permiten vivir a un ritmo saludable.
Si prestamos atención, podremos retomar nuestras coordenadas a tiempo y la respuesta de nuestro cuerpo no se hará esperar. ¿Cómo puedes responder para disfrutar de tu viaje sin estrés?
1. Observa tu actitud
Nuestra actitud puede influir en que una situación o emoción se viva como estresante o no. Una persona con una actitud negativa a menudo comunicará más estrés de lo que tendría una persona con una actitud positiva.
2. Mide tu energía
Una mala dieta puede significar la elección improvisada de alimentos poco saludables de los que no obtenemos los nutrientes necesarios para estar bien y que nuestro cuerpo nos acompañe. Si favorecemos esta forma de estrés físico, también disminuye la capacidad para hacerle frente al estrés emocional. El no obtener la nutrición adecuada para el cuerpo afecta a como nuestro cerebro procesa la información.
Si te resulta difícil saber cuáles son esos alimentos, utiliza alguna guía de alimentos básicos para tu grupo sanguíneo, come con moderación y/o dentro de un horario regular.
3. Comienza a moverte
La actividad física insuficiente puede generar estrés, en cambio un programa de actividad física trae muchos beneficios. Te sugeriría
- Decidir un momento específico e incluir este tiempo dentro de tu horario, para que pueda convertirse en una rutina saludable.
- Decidir que ejercicio nos gusta y realizarlo al menos 3 veces por semana
- Si encuentras un alguien con quien salir a practicar, tendrás una motivación extra para no abandonar tu rutina.
- No necesitas acudir a un gimnasio obligatoriamente, 20 minutos de caminata vigorosa al día, pueden ser suficientes para notar los cambios.
4. Decídete a pedir ayuda
La mayoría de las personas necesitamos un entorno confiable para desahogarse y motivarse para poder cambiar en un momento de dificultad, pero lo sorprendente es ver a cuanta gente le da apuro tener que pedir ayuda. Si carecemos de la valentía necesaria para buscar esa ayuda, las situaciones estresantes pueden acabar deteriorando no solo nuestro cuerpo, sino nuestra vida. Además puedes:
- Hacer un esfuerzo por interactuar con los demás, ya que aunque la persona se sienta estresada, le alegrará encontrar amigos, aunque sólo sea para liberar la mente de preocupaciones. Reservar un tiempo para involucrarte en actividades que te aporten sensación de conexión.
- Muchas veces el ayudar a otros nos ayuda más a nosotros mismos.
5. Encuentra la forma de relajarte
Las personas que no tienen intereses externos, cultivan un hobby o desarrollan una afición pueden ser incapaces de manejar situaciones estresantes porque no existe ninguna salida para su estrés. Por ello sería bueno:
- Aprender una técnica de relajación, como imágenes guiadas, escuchar música, practicar yoga o meditación.
- Escuchar los mensajes que nos envía el cuerpo.
- Tomarse un pequeño retiro.
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