martes, 5 de marzo de 2013

Cuento Sufi: El sendero




Un día, un becerro tuvo que atravesar un bosque virgen para volver a su pastura. Como era un animal irracional, abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando colinas.

Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, jefe de un rebaño, que viendo el espacio ya abierto hizo a sus compañeros seguir por allí. Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese sendero: entraban y salían, giraban a la derecha y a la izquierda, descendían, se desviaban de obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva alternativa.
Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en un amplio camino donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría haber sido vencida en treinta minutos si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.

Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un poblado y, finalmente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto era el peor posible.

Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía, al ver que los hombres tienen la tendencia a seguir como ciegos el camino que ya está abierto, sin preguntarse nunca si esa es la mejor elección.

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Así esta la humanidad... las personas  continuamos transitando por tortuosos caminos establecidos por otros; haciendo lo que nos dicen que hagamos, perpetuando paradigmas, sin preguntarnos si esto es lo correcto... si es lo mas conveniente... sin detenerse ni atreverse a pensar si hay otras alternativas de hacer mejor las cosas.

“El que algo sea normal, no significa que sea correcto”. Siria Grandet

Siria Grandet- Consultora de Feng Shui Clásico y Astrología China (Ba Zi)
Fuente: Armonizando tu vida

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